Los bomberos brasileños retomaron este domingo la búsqueda de las personas desaparecidas tras el derrumbe de una pared rocosa de un cañón en un lago del interior de Minas Gerais. Tras varias horas, los rescatistas lograron localizar los cuerpos de las últimas tres víctimas.

De esa manera son diez fallecidos producto del fragmento rocoso que se desprendió de un barranco y cayó, perpendicular, encima de cuatro lanchas que paseaban por el lago, una región turística al sudeste de Brasil. En la zona había unas 20 embarcaciones con turistas. 

Las causas del derrumbe todavía están siendo investigadas, pero los especialistas afirman que las intensas lluvias que han caído los últimos días en el sudeste de Brasil favorecieron el desprendimiento. 

"El agua en exceso penetra por las fracturas de la roca y aumenta el peso del bloque de piedra. Con estas lluvias intensas el bloque se desprendió. La caída del bloque de roca es como una forma de torre. Es necesario evitar acercarse al paredón y en caso de lluvia la actividad turística debe ser suspendida", dijo el geólogo Fabio Braz al diario O Globo.

Los muertos y desaparecidos viajaban en la embarcación que sufrió el mayor impacto bajo la roca, según informaron. Otras 31 personas resultaron heridas, nueve de las cuales precisaron ser hospitalizadas.

El gobernador Romeu Zema firmó un decreto oficial de duelo de tres días en todo el estado de Minas Gerais, como muestra de dolor por las víctimas de la tragedia.