A poco más de un mes del inicio de las hostilidades entre Rusia y Ucrania, este martes se llevó a cabo una nueva ronda de negociaciones entre las partes en Estambul, Turquía. La intención de este tipo de encuentros es alcanzar un acuerdo de alto el fuego, que hasta la fecha no ha sido posible. 

Asimismo, la previa de la cumbre estuvo plagada de especulaciones. El ministro de Exteriores de Ucrania, Dimitro Kuleba, aconsejaba a los asistentes a las negociaciones “no comer ni beber nada y evitar tocar cualquier superficie”.

Este lunes iniciaron las conversaciones en Estambul, Turquía, aunque todavía persiste el temor luego de la presunta intoxicación de Roman Abramovich, dueño del Chelsea, que participó de las primeras conversaciones y este martes también será parte.

Esta última reunión, si bien registró algún tipo de avance, estuvo lejos de garantizar el fin de las hostilidades. No obstante, dejó una promesa alentadora: Rusia ha decidido reducir drásticamente su actividad militar centrada en las ciudades ucranianas Kiev y Chernígov (Chernihiv), según declaró su secretario de Estado de Defensa.

El secretario de Estado ruso, Alexander Fomin, dijo que la decisión se tomó en aras de crear la confianza mutua y las condiciones necesarias para que se produzcan nuevas conversaciones.

“Como las negociaciones sobre un acuerdo de neutralidad y el estatuto no nuclear de Ucrania entran en una dimensión práctica (...), se decidió, para aumentar la confianza, reducir de manera radical la actividad militar hacia Kiev y Chernígov (Chernihiv)”, declaró Fomin en Estambul. El jefe de la delegación rusa, Vladimir Medinksi, dijo que las negociaciones fueron “significativas”.

Cabe recordar que entre las exigencias, Rusia pide que Ucrania acepte un estatus de neutralidad, es decir, que renuncie a unirse a la OTAN. En segundo lugar, que Kiev reconozca como territorio ruso a la península de Crimea, que Moscú se anexionó hace ocho años con un referéndum celebrado en ese territorio bajo presencia militar y no reconocido por la comunidad internacional. También piden el reconocimiento de Donetsk y Lugansk, en el área oriental ucrania de Donbás, como Estados independientes.

Por su parte, Ucrania reclama tres cuestiones: la primera es la obtención de garantías de seguridad. La segunda es el reconocimiento de su integridad territorial dentro de sus fronteras internacionalmente reconocidas —lo que incluye a Crimea y el Donbás— y la tercera es un alto el fuego y la retirada del Ejército ruso.

Kiev exige además la apertura de corredores humanitarios para evacuar a la población de las zonas asediadas por las tropas rusas con un compromiso expreso de Moscú de que no se va a atacar a los civiles que huyen.