Según un artículo del científico Gavin Yamey, de la Universidad estadounidense de Duke en la revista The Lancet, el mecanismo COVAX de la ONU fue una “hermosa idea de solidaridad” pero que “desafortunadamente, no sucedió”.

COVAX es una iniciativa dirigida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzada en abril 2020 con el objetivo de acelerar el ingreso de vacunas en los países con ingresos medios o bajos. Es manejado por una alianza público-privada de salud conocida como Gavi, la Alianza Mundial de Vacunas. 

Actualmente, de las 2 mil millones de dosis de vacuna COVID-19 distribuidas por los laboratorios en todo el mundo, solo el 4% fue mediante el mecanismo creado por Naciones Unidas.

Yamey formó parte de un grupo de trabajo, convocado a principios de 2020, para discutir el diseño de COVAX. “Fue una hermosa idea, nacida de la solidaridad. Desafortunadamente, no sucedió, los países ricos se comportaron peor que las peores pesadillas de nadie”, sentenció.

The Lancet remarca que el motivo del fracaso fue la falta de interés de los países ricos. A medida que estos fueron firmando contratos y acuerdos bilaterales con fabricantes de vacunas, sencillamente se “desvaneció” el interés por el compromiso con COVAX. 

La OMS estima que el mundo necesita al menos 11 mil millones de dosis de vacuna para acabar con la pandemia. En ese contexto, COVAX esperaba distribuir 2.000 millones de dosis en 2021. Hasta mayo, apenas llegó a 68 millones en todo el mundo. 

Los principales también ingresan como parte de este “fracaso”. Entre otros, Pfizer firmó contrato con COVAX por 40 millones de dosis. Hasta mayo, apenas había entregado 1 millón del total comprometido.