La nueva Constitución chilena deberá esperar. La Ley Fundamental, consagrada por el régimen de Augusto Pinochet y diseñada por los llamado Chicago Boys, el texto constitucional para una dictadura y para hacer de Chile un modelo neoliberal que saltó en pedazos en 2019, seguirá vigente en el país durante un tiempo más.

El resultado del plebiscito que el 4 de septiembre examinaba la propuesta llevada a cabo por una Convención elegida para el diseño del futuro del país ha sido claro: con el 99,9% de los votos escrutados, 7.878.434 personas han votado en contra, 4.855.507 han optado por el Apruebo. 

La decepción era palpable entre los partidarios del Apruebo, que han mostrado músculo y capacidad de movilización en los últimos días pero que no han conseguido remontar unas encuestas que desde hace meses marcaban la enorme distancia entre las dos opciones. Una, defendida por los sectores más progresistas del país, otra por los poderes económicos y casi la totalidad de los medios de comunicación, agrupados en torno a la familia Edwards y el influyente El Mercurio.

Para esa alianza de derecha el gran derrotado de la noche chilena es el presidente Gabriel Boric, quien apoyó el texto presentado por la Convencional, pero que ha preparado el camino por si se certificaba el rechazo. “Ha hablado el pueblo de Chile y lo ha hecho de forma fuerte, clara. Los chilenos y chilenas han exigido una nueva oportunidad para encontrarnos y debemos estar a la altura en este llamado”, reconoció Boric con los resultados oficiales en una intervención televisada.

La hoja de ruta del presidente pasa por presentar un nuevo pacto que venza la resistencia de los sectores más conservadores y atraiga a los votantes que han acudido a las urnas como consecuencia de la obligatoriedad del sufragio. El camino fue marcado en octubre de 2020, cuando casi seis millones de chilenos, un 78% de los votantes, aprobaron la redacción de un nuevo texto constitucional. Pero no está claro cómo se va a dar el acuerdo necesario para que el proceso se reinicie una vez queda caducado el mandato de la Convencional que redactó el texto rechazado en la noche del 4 de septiembre.

El candidato de la derecha, José Antonio Kast, ha reclamado para sí el rechazo de la Constitución y extiende la derrota al Gobierno. Otros grupos como la Unión Demócrata Independiente y el partido Socialista han celebrado los resultados. El Rechazo ha conseguido agitar el miedo a la Constitución derrotada en torno a dos ejes fundamentales, uno, la consagración de los derechos de los pueblos originarios, que suponía un cambio radical en las relaciones con el pueblo mapuche, tradicional chivo expiatorio de la sociedad chilena; y el derecho al aborto, un tema central en la región latinoamericana.