“Tengo un discurso de 1.300 hojas. Hablaré todo el tiempo que sea necesario”, advirtió el diputado socialista Jaime Naranjo al inicio de su alocución en la Cámara de Diputados de Chile, en el marco de una sesión clave donde se trató el pedido de juicio político al Presidente Sebastián Piñera. 

El motivo del extenso discurso tenía que ver con una estrategia política sin precedentes: el legislador Giorgio Jackson estaba con cuarentena domiciliaria por haber sido contacto estrecho de Covid-19 hasta la medianoche y su voto era clave. Por eso, Naranjo hizo tiempo con un maratónico discurso de 15 horas, para que el legislador pudiese llegar al Congreso y ser parte de la votación.

“Nunca en la historia de este país un presidente de la República en el ejercicio de su cargo había sido acusado por dos cosas tan graves como es haber violado los derechos humanos y haber comprometido el honor de la nación, por eso yo espero que esta sala apruebe la acusación”, cerró Naranjo tras casi 15 horas de intervención, ya a la 1.30 de la madrugada del martes. En el medio comió pasas de uva, tomó agua y fue sometido a un control médico. También contó con dos pausas, una de 15 minutos y otra de 20.

Tras las últimas palabras de Naranjo, hubo una ovación de la oposición. Mientras tanto, una vez cumplido su aislamiento, Jackson salió en su auto y recorrió los 120 kilómetros que separan Santiago de Valparaíso, donde se encuentra el Congreso. Al llegar, le agradeció a Naranjo con un efusivo abrazo.

Cabe señalar que la llegada de Jackson era crucial porque si bien la izquierda tiene la mayoría de representantes en la Cámara Baja (83 diputados), sin él solo tenían 77 votos asegurados, uno menos de los necesarios para aprobar el proceso contra Piñera.

Piñera es acusado de atentar contra el principio de probidad y el derecho a vivir en un medioambiente libre de contaminación, y por haber comprometido el honor de la nación. Según la investigación de los medios chilenos CIPER y LaBot, los hijos de Piñera vendieron la minera Dominga al empresario Carlos Alberto Delano -íntimo amigo del presidente- por 152 millones de dólares.