Si es verdad como algunos señalan que la política es el arte de administrar los consensos y la diferencias, Argentina se encamina a cerrar el acuerdo con el Fondo antes de marzo.

Y es qué en la Casa Rosada apuestan fuerte al consenso logrado con EE.UU. sobre el pago de la deuda. Las razones por las que Estados Unidos apoya la Argentina en su negociación son más financieras que gepolíticas: el gran país del Norte es el accionista más importante del fondo monetario internacional y Argentina  es su más grande deudor, con un 50% de los préstamos del fondo dio dirigidos hacia Buenos Aires. De hecho la deuda con el FMi es tan abultada que la estrategia principal de Martín Guzmán para negociar con los técnicos del fondo es la de "el deudor significativo", lo que en criollo se lee como "cambiame las condiciones de pago o declaro el default y le dinamito el balance". Esa es la razón por la que todos saben que la administración demócrata de Joe Biden Argentina en cualquier clase de acuerdo.

Pero dentro de las fronteras argentinas el consenso no es tan claro. Esta semana, en una reunión informativa en que el presidente Alberto Fernández fue el "primus inter pares" entre todos los gobernadores, el mandatario de San Luis,  Alberto Rodríguez Saa, dijo y con público lo que muchos repiten en privado: no hay que pagar la deuda.

En rigor de verdad, el consenso entre el ala “albertista” del Frente de Todos y Juntos por el Cambio se centra básicamente en lo sostenido por los técnicos del Fondo Monetario Internacional en Washington, y que pueden sintetizarse en cinco puntos, a saber: 1) Hay que acordar con el Fondo porque no arreglar es “caerse del mapa” 2) No importa por ahora tanto la inflación, porque ayuda a licuar el déficit fiscal y porque aparte es un problema global 3) hay que reducir el déficit fiscal 4) hay que aumentar el Ingreso de dólares por la explotación de recursos naturales 5) se necesitan controles cambiarios.

Pero lo cierto es que cada vez son mas dentro del kirchnerismo duro  y muchos en el peronismo creen que este consenso terminará por frenar la economía. Como ejemplo, ponen lo hecho por Duhalde, Néstor Kirchner y CFK, que en los hechos fue a contramano del consenso de Washington y el FMI en la primera década de este siglo, y que fue la última experiencia de expansión económicas sostenida( la “década ganada” entre 2002-2011). La verdad histórica parece ser distinta a la que propone el FMI, ya que la Argentina pudo crecer en un escenario de default y reestructuración incompleta de la deuda, aun cuando esta bloqueaba el financiamiento externo de la economía. Los gobernadores más belicosos con el organismo internacionales parecen no estar solos. Y no son pocos en  el kirchnerismo que creen que una reducción del rojo fiscal frenaría la recuperación de la economía, porque en  una economía con tanta desigualdad.  la inyección de recursos fiscales  a las empresas como los ATP, por ejemplo, terminaron siendo una fuente de presión sobre la brecha cambiaria y por lo tanto la inflación.

En el mercado, en tanto, piensan que coquetear con el default cómo hace Martín Guzmán es en realidad una táctica equivocada. Principalmente afirman que eso se debe a que Guzmán uso las microdevaluaciones del dólar oficial en 2021 para darle un mayor equilibrio a las cuentas fiscales, pero dispararon la inflación, ya que con los gastos congelados en el corto plazo, el resultado fiscal mejoraba. Claro esta que esa inflación, acelerada por la mayor devaluación del peso, licua salarios y frena la actividad económica, induciendo de esa manera una menor demanda de divisas y a una explosión de la brecha cambiaría que ya supera el 100%. Una estrategia, que aunque valiente, dice en el mercado, no deja de ser arriesgada y pone en peligro a Argentina en el corto plazo y le acorta los tiempos de negociación al país con el Fondo. "En a Argentina de 2022 solo hay dos cosas que no se encuentran en el sur del mundo: tiempo y dólares. Y ninguna de los dos se hacen en el país" afirma un viejo operador de la city porteña. Frase que hoy a la lista de lo que valen los bonos argentinos, parece  ser cada vez más cierta.