El gobierno nacional está en la búsqueda de un acuerda con el FMI. El FMI también quiere acordar con la Argentina. Sería una incongruencia que dos necesitados caigan en la trampa de perder-perder, cuando podrían lograr un zafar-zafar.

Argentina, si no acuerda con el FMI, perdería la llegada de financiamiento de otros organismos internacionales, algo que sería letal para el programa económico.

El FMI, si no acuerda con Argentina un plan de reestructuración de deuda a 10 años con 4 de gracia, mostraría una mala imagen ante el escenario mundial post pandemia.

El Ministro de economía se encamina a un acuerdo y luego lo presentará en sociedad para que sea aprobado por el Congreso, lo inverso de lo que se mencionaba hace unas semanas atrás.

El presidente del Banco Central advierte que necesitamos exportar U$S 90.000 millones de dólares al año y colocar el stock de leliq y pases en el mercado de capitales, para darle liquidez al Banco Central, se trataría de una suma cercana a los $ 4,4 millón de millones, o U$S 44.000 millones oficiales a la cotización actual.

En el corto plazo luce poco probable que las exportaciones pasen de U$S 60.000 a U$S 90.000 millones, tampoco sería posible colocar los $ 4,4 millón de millones en el mercado de capitales.

El acuerdo con el FMI es una condición necesaria pero no suficiente para iniciar un proceso de reactivación económica, baja del déficit, menos emisión e inflación.

La Argentina cuenta con muy poquitas reservas y necesita imperiosamente que ingresen dólares para reforzarlas. Toda llegada de un swap de monedas como el de China es un inflador para mostrar un aumento de reservas brutas, pero no aumentan las reservas netas. Se habla de un swap de Rusia o Arabia, da lo mismo, es una promesa de reservas que está en un papel, pero que no son disponibles.

Argentina necesita que ingresen dólares de verdad, el acuerdo con los bonistas privados y el FMI le dan aire al gobierno, despeja vencimientos de deuda de corto plazo, pero sigue sin mostrar excedentes para engrosar genuinamente las reservas.

El mundo no está muy distinto que Argentina. Estados Unidos tiene un endeudamiento del 293% del PBI, alto déficit fiscal y emisión monetaria. Es la moneda del mundo, pero inevitablemente tendrá un aumento de precios en la economía, la inflación en cualquier parte del mundo es un fenómeno monetario. Nadie está exento de precios a la suba.

Otros países están tan endeudados como Estados Unidos, China tiene una deuda equivalente al 287,1% del PBI, Japón 420% del PBI y la Zona Euro 293% del PBI. Argentina (¿la peor de todas?) tiene una deuda del 126% del PBI, si no fuera porque no hay plan económico, deberíamos estar mucho mejor.

La Argentina cuenta con un stock de dólares muy elevado en el exterior, el activo de la posición de inversión internacional (dólares de argentinos en el exterior) suma U$S 410.300 millones. Los extranjeros tienen en Argentina U$S 282.901 millones. Argentina es uno de los pocos países del mundo que tiene una posición acreedora internacional de U$S 127.399 millones.

Resulta llamativo que las inversiones directas estén mostrando un fuerte crecimiento ya que se ubican en los U$S 92.206 millones al segundo trimestre del año 2021, cuando al cuarto trimestre del año 2019 se ubican en U$S 70.458 millones.

Conclusiones

Sería inminente un acuerdo con el FMI, el organismo le exige una suba sostenida de las reservas líquidas, esto implica en buen romance, una devaluación del dólar oficial para incrementar las exportaciones y disminuir las importaciones, Argentina no está recibiendo financiamiento genuino y todo dólar que camina va a parar al exterior.

El mundo va a un escenario de mayor inflación, lo dijo el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, “la inflación es un fenómeno permanente”, en este escenario la deuda argentina podría licuarse ante una mayor inflación mundial, combinada con un alto período de gracia de la deuda argentina.

La deuda contraída por el Banco Central es un grave problema, hoy son $ 4,4 millón de millones, se pueden tomar dos caminos, colocar esta deuda en el mercado de capitales (algo dudoso por el tamaño de nuestro mercado) o bien licuarla vía una devaluación monetaria, este parecería el camino más cercano.

Argentina necesita que vuelvan capitales al país, ya sea de extranjeros o de argentinos que tienen ahorros en el exterior o en el colchón. Se estima que en el colchón habría U$S 200.000 millones, las reservas a junio ascenderían a U$S 42.437 millones, y quedarían en el exterior unos U$S 167.863 millones. Nuestros activos están a precios de regalo, por ejemplo, YPF vale en bolsa U$S 3.212 millones oficiales. Grupo Financiero Galicia U$S 2.652 millones oficiales. Ternium U$S 620 millones oficiales. Aluar U$S 2.587 millones oficiales. Claramente son todas gangas.

El Bono AE38 cerró en U$S 35,80, en el año 2022 reparte dividendos por U$S 2,0 y en el año 2023 por U$S 3,88, entre el día de hoy y julio del año 2023 recuperas U$S 5,80, lo que te deja una tasa del 16,2% en dólares en 20 meses. Otra ganga.

El gobierno no la tiene fácil, pero la realidad es que la deuda roleada a 4 años sin vencimientos de capital, le deja un camino muy fácil para poder surfear la crisis, en un país en donde los activos están a precios de regalo. Un campo en zona núcleo puede valer U$S 10.000 la hectárea, un campo en Estados Unidos U$S 45.000 la hectárea. No es lo mismo, pero en Argentina comprás 4,5 veces más que en el país del norte. 

Los inversores no tienen confianza en el gobierno, pero el precio de los activos es muy atractivo. El gran debate es qué pesa más, si la desconfianza o el valor de los activos.

El dólar blue aumentó 12 veces en 5 años, las propiedades solo 6 veces. Cada uno elige su camino. Lo que está claro es que hoy Argentina medida en precio de las empresas cotizantes en bolsa, en bonos soberanos o propiedades está regalada.