En los tiempos que corren en Argentina, el aguinaldo es más que un derecho laboral: es un salvavidas emocional y financiero. Para muchos, representa la bocanada de aire que permite ponerse al día con las tarjetas atrasadas, pagar deudas impagas o dar una mano a padres y abuelos con los gastos del hogar. No hay que subestimar su impacto: llega en un momento del año donde las cuentas aprietan, los ánimos flaquean y el bolsillo pide una tregua.

Ahora bien, imaginemos —aunque sea por un instante— que ese salvavidas no es una tabla a la que aferrarse para no hundirse, sino una oportunidad para proyectar. Supongamos que no todo el aguinaldo se va en apagar incendios. ¿Qué podríamos hacer con él si estamos en una situación un poco más despejada?La respuesta, claro, depende del momento de la vida en el que nos encontremos. Porque no hay un único “mejor uso” para el aguinaldo, sino tantos como historias y trayectorias laborales.

Para los más jóvenes: sembrar habilidades

Si sos parte de la generación Z y estás transitando tus primeros años de vida laboral, juntarte con un par de amigos para importar un producto, venderlo en redes o montar una tienda online quizás no te haga millonario, pero sí te va a dejar algo más valioso: experiencia enriquecedora, llena de habilidades nuevas y una primera mirada al mundo emprendedor. No importa tanto si tenés éxito, estarás invirtiendo en aprender.¿Te da curiosidad el mundo cripto? Adelante, con moderación y bien asesorado. A veces, si toca perder plata, igual se gana visión.

Para quienes tienen entre 30 y 45: invertir en lo que más vale

Los de la generación Y, con sueldos medios, hijos pequeños o adolescentes y miles de responsabilidades encima, suelen tener aguinaldos que alcanzan, pero no sobran. Para este grupo, la mejor inversión es el tiempo y las experiencias compartidas. Un viaje en familia, una salida especial, hacer la fiesta de 15 de una hija, no se mide en rendimiento financiero, pero devuelve recuerdos imborrables y vínculos que se fortalecen. También podemos aprovechar los créditos a tasa 0% para cambiar el auto familiar o ayudar a nuestros hijos a comprar su primer vehículo. Este será el dinero mejor invertido y del que nunca te arrepentirás.

Para la generación X: invertir con estrategia y algo de osadía

Entre los 45 y 60 años, muchos ya cuentan con mayor estabilidad económica, hijos más grandes y cargos más altos con aguinaldos más generosos. Es un momento ideal para pensar en inversiones financieras con un enfoque estratégico y diversificado. Siendo que nos encontramos, en la víspera de las elecciones de medio término, donde el Gobierno deberá revalidar su respaldo político, puede ser oportuno considerar un portafolio parcialmente dolarizado. Por ejemplo, los fondos comunes de inversión que canalizan dinero hacia acciones internacionales (como Google (Alphabet), Apple, Berkshire Hathaway, Amazon, etc.) permiten acceder a mercados globales sin la complejidad ni el riesgo de operar directamente esas acciones desde Argentina. Estos fondos ofrecen una forma práctica de diversificar el riesgo y aprovechar oportunidades internacionales, combinando gestión profesional con potencial de rentabilidad a mediano y largo plazo.

Para los mayores de 60: tiempo, deseo y libertad

Finalmente, en esta fantasía optimista donde los jubilados no necesitan su aguinaldo para pagar medicamentos o ponerse al día con la obra social, a ellos les decimos: armá la valija. Si toda una vida trabajaste soñando con conocer un rincón del mundo, este es el momento. Tenés el tiempo, tenés el deseo y, si el aguinaldo acompaña, también tenés los medios. Porque el placer no se posterga, y viajar también es una forma de justicia.

El aguinaldo no es sólo un ingreso extra. Es un espejo que refleja las urgencias, pero también las posibilidades. Usarlo bien no siempre significa guardarlo, invertirlo o multiplicarlo, puede ser una oportunidad que deje huella en tu camino.