Los indicadores muestran que, a pesar de que la sociedad avanzó mucho en lo que respecta a los derechos de las mujeres y su rol en la sociedad, las mujeres continúan con un mayor desempleo, obtienen menores salarios y les cuesta más acceder a cargos claves.

Algunos puntos relevantes para destacar, a la hora de hacer un análisis de la situación de las mujeres en el mundo laboral, son:

1. El acceso al primer empleo: Según los datos que refleja el INDEC, para la mujer es más difícil el acceso al trabajo, sobre todo cuando se trata del primer empleo. Por ejemplo, en el  4° Trimestre 2020, en el corazón de la pandemia, la desocupación entre mujeres jóvenes era del 26% y entre  hombres  jóvenes era del 19%, esta brecha demuestra que para las mujeres, conseguir el primer empleo es más complicado. Ese porcentaje se fue corrigiendo y en el tercer trimestre de 2021 el desempleo entre las mujeres jóvenes fue del 18 %, contra el 16% de los hombres jóvenes, sin embargo, sigue habiendo una diferencia donde se refleja que para la mujer es más complejo el acceso al primer empleo.

2. Los salarios: Hay varios estudios que demuestran que las mujeres perciben menor remuneración que los hombres. Esto se puede analizar de diferentes maneras. Compañías profesionales no pagan más o menos por ser hombre o mujer. Sí es cierto que el desarrollo profesional de las mujeres se ve “alterado” si una mujer decide priorizar la maternidad y en consecuencia, hay un periodo donde no crece profesionalmente y se atrasa. Es en este momento donde puede darse una remuneración algo menor por menor crecimiento en el puesto. Esto ha ido cambiando porque las empresas son mucho más flexibles en términos de licencias. Habría que comparar mujeres que no hayan optado por la maternidad y hombres con desarrollo profesional similar, en este caso no hay tanta diferencia salarial. Otro aspecto a tener en cuenta, es cuando una mujer tiene que aplicar a un puesto nuevo, por prejuicio social, tienden a pedir menos salario de lo que puede pedir un hombre y ahí se produce una nueva brecha salarial.

3. La inserción de las mujeres en las carreras más demandadas del mercado: Por mandatos históricos o prejuicios sociales, las mujeres tienen menor presencia en las carreras tecnológicas, como las que tienen que ver con la ciencia, la tecnología,  la ingeniería o los sistemas. Aún hoy hay un menor porcentaje de mujeres que estudian y/o se gradúan en esas carreras con mayor demanda laboral. En cambio, enfermería es una carrera con mucha demanda laboral y hay pleno empleo con preponderancia de mujeres.

4. El liderazgo de las mujeres en las compañías: Se ha avanzado mucho en este aspecto hoy hay muchas mujeres Gerente Generales o CEOs, pero aún persiste mucha diferencia. Cabe aclarar que hay mujeres que privilegian otros intereses personales y se bajan de la carrera para ser número 1 como por ejemplo, la maternidad.