Escenario económico-financiero 2025: desafíos y oportunidades
Todo cierre de año nos invita a pensar en los desafíos y oportunidades para el año siguiente.
Una mirada prospectiva implica necesariamente analizar el escenario económico y financiero que tenemos por delante y en función de ese escenario identificar desafíos, oportunidades y riesgos.
El punto de partida para un ejercicio de planificación es el escenario macroeconómico base en el cual se van a desarrollar las actividades. Eso implica entender qué puede estar pasando con el nivel de actividad, la inflación, el tipo de cambio, las tasas de interés, la brecha cambiaria, etc. Es decir, todas aquellas variables que hacen a la evolución de los negocios.
Además de diagramar un escenario, se deben comprender los fundamentos detrás de esas proyecciones, para entender cuáles son las oportunidades y desafíos e identificar los cambios que se pueden producir con potencial para alterar ese escenario (riesgos).
Escenario Base 2025
El escenario base para 2025 se puede definir como de baja nominalidad y consolidación de los fundamentos económicos que llevaron al equilibrio actual, aunque no exento de determinados riesgos. El eje principal es el de una economía que busca adaptarse a convivir con niveles de tipo de cambio real bajos.
-Nivel de Actividad: La dinámica del nivel de actividad de los últimos meses de 2024 está permitiendo mitigar el impacto negativo de los primeros meses y dejar un arrastre positivo para 2025. El último dato corresponde a octubre y de mantenerse ese nivel hasta fin de año, el arrastre estadístico es de 2,1%. Nuestra expectativa es que de la mano de nuevas inversiones y de cierta recuperación del salario real, en 2024 se logren 2 puntos adicionales de crecimiento neto. Eso dejaría al año 2025 con un crecimiento promedio del 4,1%.
-Tipo de Cambio: El principal interrogante está en la estrategia que elija el equipo económico para la política cambiaria. Hoy el foco está puesto en bajar la nominalidad y eso implica recortar el crawling peg al 1% mensual y buscar así la convergencia hacia niveles mensuales de inflación más bajos. El riesgo pasa por el frente externo, donde se ven débiles los precios de commodities (soja y petróleo) y además nos encontramos con un escenario de dólar más fuerte de lo esperado, con depreciación de las monedas de algunos de nuestros principales socios comerciales. El camino inicial es la baja del crawling peg, pero esa velocidad de ajuste estará en alguna medida marcada por lo que suceda en el frente externo. Por ahora el escenario base tiene una depreciación del 12,7% en el año.
-Inflación: Si se logra bajar el crawling peg al 1%, la inflación mensual seguirá su sendero descendente. Las expectativas de mercado vienen oscilando entre el 20% y el 25% anual depende del momento en que se analice el dato. En nuestro caso estamos trabajando con un supuesto base de 23% de inflación, que implica una desaceleración gradual con escalones.
-Tasa de Interés: Si bien el BCRA está definiendo sus objetivos monetarios en términos de cantidades (metas de agregados), la tasa de interés sigue teniendo un rol central, en especial cuando se la mira con relación a la devaluación esperada. El equilibrio que luce innegociable es aquel en el cual la tasa de interés en pesos tiene que ser superior a la expectativa de devaluación más la tasa de interés en dólares, para asegurar que las empresas sigan tomando créditos en moneda extranjera y generar oferta de divisas en el mercado cambiario. Por ese motivo vemos estable a la tasa hasta que se consolide la baja del crawling peg y el mercado lo traslade a las tasas implícitas en los futuros de tipo de cambio (expectativa de devaluación). Luego si, esperamos un sendero gradualmente descendente, con tasas reales que buscan ser positivas.
-Brecha Cambiaria: Si se cumple el sendero planteado para la depreciación del peso y para la tasa de interés, la brecha podría mantenerse con oscilaciones, pero dentro de un parámetro acotado. El BCRA tiene margen de intervención para absorber pesos si percibe un riesgo alto de dolarización de carteras. De todas maneras, la brecha será el principal termómetro que indique si el escenario externo está afectando o no a los equilibrios externos.
-Salarios: Con la baja del ritmo inflacionario, aparece algo de margen para una mejora del salario real. Imaginamos que esa mejora es gradual dado el nivel de salarios en dólares actuales y muy vinculada a las ganancias de productividad y eficiencia que se puedan ir dando. La experiencia indica que los años de tipo de cambio real bajo implican una necesidad extra de lograr bajas de costos.
Desafíos, Oportunidades y Riesgos
El principal ancla para el año próximo es la solvencia fiscal. Es clave que esa variable se mantenga, porque es el factor que le da estabilidad en el largo plazo a los indicadores financieros que se vienen observando. Si el equilibrio fiscal se mantiene, los indicadores de endeudamiento seguirán siendo razonablemente buenos y por lo tanto cada vez estará más cerca el retorno del Tesoro Nacional a los mercados voluntarios de deuda. Si eso se logra, uno de los factores que más stress genera sobre las reservas habrá desaparecido.
En lo que va de 2024, el BCRA tuvo fuentes en Dólares por USD 24.480 millones, la mayor parte generada por las compras que realizó en el MULC y el resto por el aumento de los encajes en moneda extranjera (Blanqueo).
Pero tuvo que desprenderse de USD 15.310 millones, aplicando más de USD 10.000 millones a pagar obligaciones del Tesoro tanto con Organismos Internacionales como con tenedores de deuda. Los USD 5.079 millones restantes los usó para intervenir en el mercado reabsorbiendo pesos y para dar cumplimiento a otras obligaciones del BCRA.
En definitiva, el Tesoro en 2024 le costó más de USD 10.000 millones al BCRA. Con acceso al mercado de capitales y renovando un acuerdo con el FMI, esa cifra debería disminuir significativamente. Es más: parte de los dólares que le vendió el BCRA al Tesoro son para pagar vencimientos de 2025. Por eso el listado de Desafíos empieza por ese lado.
Desafíos 2025:
-Atravesar el año Electoral sin Shocks: Dado el historial de alta volatilidad en años electorales, el primer desafío 2025 es lograr transitar el año sin shocks que debiliten al oficialismo o generen dudas sobre el sostenimiento de los fundamentos que hoy generan una buena valoración de los mercados: el equilibrio fiscal.
-Retornar al Mercado Voluntario de Deuda: El segundo desafío es seguir bajando el Riesgo País para recuperar el acceso al mercado voluntario de deuda. Eso cambia el potencial del BCRA para mejorar su posición de reservas. Hoy el Tesoro es el principal demandante de divisas.
-Eliminar Definitivamente los Controles Cambiarios: El Cepo evita la salida de dólares, pero sobre todo limita fuertemente el ingreso de divisas. Lograr eliminar esos controles sin grandes shocks nominales es un desafío central y un pilar para construir hacia adelante.
Oportunidades:
-Estabilidad Nominal y Crédito: La disminución de la inflación da margen para la recuperación del salario real y sobre todo para la planificación de negocios con un horizonte temporal más amplio. En especial si se logra recuperar el crédito. Sin dudas el potencial económico cambia de escala cuando retorna el crédito de largo plazo y la única manera de lograrlo es con previsibilidad y menor nominalidad.
-Oportunidades en Sectores Específicos: Hay varios sectores en los que se ven oportunidades de negocios con alto potencial (rentabilidad y volumen). Sin dudas el sector energético y la minería arrancan en primera línea, pero detrás se pueden ir sumando sectores de servicios que también pueden adquirir otra escala. Eso deja oportunidades de inversión con alto potencial.
-Valuación de Algunos Activos: Vinculado al punto anterior ya que, si se logran otras escalas en sectores específicos, hay activos que tienen un margen de aumento muy fuerte en términos de valuación. Hay que mirar a otras economías de la región para entender dónde puede haber valor.
Principales Riesgos:
-Fortalecimiento del Dólar a Nivel Mundial: En las últimas semanas en Estados Unidos aumentaron las expectativas inflacionarias, bajó la probabilidad de bajas significativas de tasas de interés en 2025 y se fortaleció el dólar. Son todas señales negativas para la economía local que necesita volver a acceder a los mercados de deuda a un costo bajo.
-Caída de Precios de Commodities: Además, el dólar fuerte genera incentivos a la baja para el precio de los principales commodities de exportación, con la soja a la cabeza.
-Debilidad de Brasil: La economía de Brasil se muestra con fundamentos negativos que llevan a una marcada debilidad del Real. Para sostenerlo el BCB requiere de altas tasas reales de interés (que impactan negativamente en el equilibrio fiscal) y de un stock de reservas muy alto. Un real que se siga debilitando plantea riesgos altos para muchos sectores industriales argentinos, que tienen alto grado de interacción / competencia con Brasil.
-Inestabilidad Política Post Elecciones: El último riesgo para tener presente, es la posibilidad de que un eventual resultado electoral adverso al oficialismo cambie el actual sentiment positivo del mercado de capitales.
Una Mirada desde la Perspectiva Financiera
El escenario base planteado genera oportunidades claras de inversión que se van diferenciando según el horizonte temporal con el que planifique cada inversor.
En el corto plazo seguimos viendo oportunidades en los instrumentos de Tasa Fija, que ofrecen rendimiento algo por arriba del rendimiento real de los activos que ajustan por inflación.
Si estiramos el horizonte de inversión, los activos CER pasan a ser los que más valor ofrecen, porque están operando (por flujos negativos) a niveles de tasa real que parecen estar por arriba de los niveles de equilibrio necesarios para un escenario de menor nominalidad.
Para cerrar el análisis de los instrumentos de Renta Fija, aparecen las opciones en “moneda dura”, donde todavía queda recorrido hacia arriba para lograr el acceso al mercado de capitales (baja de riesgo país). Esos escenarios positivos deberían impactar mejor en los instrumentos de mayor duration.
La renta Variable, que ha dejado muy buenos resultados en 2024 sigue siendo un activo de cobertura con el cual se pueden capturar también los escenarios positivos. Si se aprovechan las oportunidades de negocios, hay empresas en sectores específicos con fuerte potencial de aumento.
En síntesis, el año que viene requerirá ir ajustando periódicamente las estrategias de inversión, para maximizar los retornos en función de cómo se vayan acomodando las variables y sobre todo estar atentos para entender si en algún momento la complejidad del escenario hace necesario una toma mayor de coberturas.
Desde MEGAQM nuestro desafío es estar muy atentos a estos escenarios para ir adecuando las estrategias de inversión de nuestros productos y poder transmitirles esos cambios a nuestros clientes, para que puedan adecuar sus carteras en función de las necesidades específicas de cada negocio.