La inflación se acelera fuerte pero los inversores miran el bálsamo del acuerdo con el FMI y la flexibilización del cepo
La marcha atrás de Trump con los aranceles recíprocos, permite mejorar las expectativas de sectores como Oil&Gas y Alimentos. Las perspectivas positivas para el consumo se mantienen inalterables a pesar de una posible aceleración de la inflación, producto de que el Dólar Oficial va a confluir con el MEP. Esperamos que en 2025 la economía crezca al menos 5%, con una tasa superior en 2026.
Los aranceles recíprocos quedaron atrás. Ahora lo que importa e impacta es el ajuste cambiario, ya que el ajuste máximo inmediato es de 23% (esperamos que sea de 16%), el cual si bien es insuficiente para eliminar el atraso cambiario, va a permitir que el superávit comercial de 2025 sea en torno a de USD15.000 millones.
La inflación de marzo fue de 3,7% pero lo más importante es que el nuevo escenario cambiario podría gatillar subas adicionales entre 5% y 6,4%, con lo cual podemos ir pensando en un piso para este año en 31,7%. Esto va a repercutir sobre los salarios que, al esperar crecimiento económico, difícilmente aumenten por debajo a 34%.
La sucesiva obtención de superávit fiscal, ayuda a la calificación de los títulos soberanos y refuerza la capacidad de pago del Gobierno. En contexto del acuerdo con el Fondo, la nueva meta de superávit primario del gobierno comprometida con el FMI pasa de 1,3 a 1,6%. No sólo es obtenible sino que el Gobierno mantiene el ancla fiscal a pesar de las elecciones.
El FMI vino al rescate de la Argentina en el momento justo. Adelanta USD12.000 millones. Además, se vienen préstamos de otros organismos por USD6.100 millones de libre disponibilidad (sería mayor pero la diferencia es para uso específico), REPO por USD2.000 millones y un crédito directo de los Estados Unidos, que no quieren ser menos que China, por el swap de monedas, dentro de la guerra comercial que mantienen.
El acuerdo con el FMI es muy flexible y ventajoso ya que hay 10 años de plazo para devolver el préstamo, se refinancian los vencimientos previstos anteriormente para los próximos años y hay un período de gracia de cuatro años y medio. Éstos últimos dos puntos serán claves para cumplir las metas que implican desembolsos adicionales. ¿Qué implica este acuerdo con el Fondo? Recapitalizar el BCRA: respaldar los pesos emitidos y ayudar en el proceso de desinflación. Este nuevo acuerdo sirve para respaldar el desarme del cepo cambiario. Los fondos recibidos del FMI no se pueden usar para pagarle a China (exigencia de los Estados Unidos).
Se levanta el cepo para Personas Humanas, e inicia la tercera fase del Programa Económico del Gobierno con flexibilización cambiaria y flotación entre bandas. De mínima, en lo inmediato al BCRA llegan USD12.000 millones y de acá a fin de junio al menos USD22.000 millones. Al Central poder de fuego no le va a faltar, por lo que el MEP tiene más para bajar que para subir.
Para las empresas sigue casi todo igual. Uno de los cambios es que ahora van a poder distribuir dividendos a partir de este año, además de que se viene una nueva serie de Bopreal para el pago de dividendos (stock de dividendos retenidos/no girados) previos a 2025.
¿Cómo operaría el nuevo Régimen cambiario? Es una flotación cambiaria entre bandas donde la fuerza de la oferta y demanda ayudará a encontrar el precio de equilibrio del dólar. Más allá de esto, el Central puede intervenir dentro de las bandas para comprar reservas y así poder cumplir con las metas del fondo, o vender en casos de “volatilidad inusual”. Además las bandas se van a ajustar al 2% mensual (1% para arriba la superior y 1% para abajo la inferior), con el objetivo de que dentro de 12 meses (o menos) no hayan intervenciones. Acá la inflación manda.
Con estas bandas estamos ante una devaluación encubierta, pero debemos considerar que el flujo de compras y ventas de las personas humanas no mueven la aguja en el MULC, así que la volatilidad estaría controlada relativamente. El Gobierno inclusive comenta que la banda inferior disminuiría por el enorme respaldo que tendría el BCRA, sumado al superávit comercial y la liquidación del cambio, bastante por encima al extinto dólar blend.
Complementando las flexibilizaciones cambiarias para importadores, se elimina por única vez la restricción de 90 días anteriores (la “restricción cruzada”), para permitir que las personas jurídicas puedan volver a operar en el MULC en forma eficiente. ¿Y qué se hace dentro de la banda de flotación? Operan los exportadores, importadores, pago de dividendos y personas humanas; el saldo de esas operaciones van a las Reservas del BCRA (suma o resta, en forma directa o vía encajes) y el precio más representativo de esa rueda va a ser tomado como Dólar Mayorista para liquidar operaciones en el MULC. Ojo que la restricción cruzada es por única vez, así que si luego se va por la banda de flotación, hay que volver a esperar 90 días para ir el MULC.
El dólar futuro para abril se encuentra en $1.191, mientras que entre mayo y julio se mueve entre $1.236 y $1.295. De ocurrir esto, estamos frente a una caída del MEP entre 3% y 10%, con una brecha con el Blue que tenderá a desaparecer, tal como ocurre en momentos de amplia liberación cambiaria. Más allá de que el Dólar Mayorista puede buscar el techo de la banda, todos los fundamentos juegan a la baja. Eso sí, el atraso cambiario se mantiene y el dólar debería de cotizar en $1.700. ¿Lo esperamos en ese valor? No, porque con los préstamos acordados, el peso se va a fortalecer por el ingreso de liquidez para el BCRA.
El Gobierno cree que con la flotación habrá estabilidad y que el TC tenderá hacia los $911. Dejando de lado que luego de estar arriba, la semana pasada, arriba de $1.350, parece difícil esperar que se ubique por debajo a $1.000. Sin embargo, es interesante notar que el viernes el MEP cerró en $1.333 con un Dólar Teórico en $1.377. Ahora, con los USD12.000 millones que adelanta el FMI, el Dólar Teórico se ubicaría en $928. La clave está en que las cuentas públicas mantengan un superávit creciente y que se logre acumular reservas. No estamos diciendo que vaya a ocurrir, pero los números lo avalan y el hecho de que haya período de gracia para pagarle al FMI y refinanciación de los próximos vencimientos, favorecen a la acumulación de Reservas del BCRA.