“Nunca subestimes la capacidad y experiencia de los grandes maestros. En inversiones, eso es sinónimo de Warren Buffett".

En la actualidad, todo transcurre a una velocidad sin precedentes. Todos queremos las cosas para ahora mismo, sin esperar un segundo de más. La impaciencia es algo que realmente se ha apoderado de cada uno de nosotros en todo momento, sin importar la circunstancia.

Sin ir más lejos, este sábado al mediodía acabo de almorzar con mi familia y unos amigos en un restaurante. Quien nos estaba atendiendo tardó más de 15 minutos en traernos las bebidas. Pareció una eternidad. De hecho, fueron mis hijos y sus amigos los que empezaron a impacientarse y preguntar a partir del minuto 5 por qué el mozo no había traído aún su gaseosa y el pan.

Ellos no tienen la culpa, son el reflejo de nosotros, sus padres, que vivimos a toda velocidad sin poner un freno ni siquiera a nuestras actividades ordinarias, por más que estén vinculadas al ocio y el goce.

Llevo lo anterior al terreno de los mercados financieros y las inversiones. Los nuevos participantes que se fueron sumando al mundo bursátil en los últimos años arribaron con el objetivo de convertirse en millonarios de la noche a la mañana. Ganar dos cifras con sus apuestas era una cuestión de poco tiempo. Para su desilusión, eso es realmente imposible.

La idea de que uno puede tener un timing perfecto de mercado que le permita solo sumar apuestas ganadoras permanentemente tiene una probabilidad inferior al 1%. De hecho, hay estadísticas que muestra que de cada 100 inversores que se dedican al trading en los mercados, 97 de ellos pierden todo su dinero en los 12 meses posteriores y los 3 restantes abandonan su misión al segundo año. Como ocurre en el casino, la banca siempre gana.

Lo anterior claramente refuerza la idea de que quienes invierten en el mercado deben hacerlo pensando en el largo plazo, teniendo una estrategia de inversión consistente y transitando el camino de la tortuga (no el de la liebre) si lo que se pretende es tener éxito.

Durante el año de la pandemia, estos inversores que venían en busca de sus millones en apenas semanas o meses, se multiplicaron exponencialmente. Con los primeros “grandes” resultados que obtuvieron apostando a las “estrellas” del mercado del momento, su arrogancia y soberbia creció sin límites. Esa sobre confianza los llevó a atacar sin piedad a los grandes gurúes del mercado, acusándolos de no entender la nueva dinámica emergente que se había manifestado a partir de la pandemia.

El gran centro de las críticas fue, ni más ni menos, que el legendario Warren Buffett. Su “pobre” resultado de los últimos años frente al índice S&P 500 y algunas malas decisiones de portafolio que tomó en los primeros meses de la pandemia, exacerbaron las críticas de quienes consideran que su metodología de inversión había quedado obsoleta para los nuevos tiempos.

Esta metodología que, ni más ni menos, señala que para invertir en una empresa uno debe entender a la perfección qué produce, cómo lo hace y a qué mercados vende.

Lejos de quedar antigua, esa forma de ver las cosas está más vigente que nunca. En tiempos de masiva liquidez que fluye a los mercados financieros comprando cualquier activo financiero en busca de retornos extraordinarios, los riesgos se incrementan exponencialmente. La ausencia de análisis consistente y la sobre confianza en los inversores son rasgos que se perciben en abundancia. Ese combo, con el correr del tiempo, suele ser letal.

Y trae pérdidas irremediablemente irremontables. Tiempos de revancha. Si hay algo que pasa siempre en el mundo de las inversiones es que el tiempo suele poner todo en su lugar. Los últimos tres meses han mostrado algo de esto. Con la rotación de los portafolios, ante la expectativa de la reapertura de la economía global (algo en duda en este momento), las acciones más rezagadas comenzaron a tomar impulso en detrimento de las que fueron las más demandadas durante la pandemia.

Muchas pequeñas empresas tecnológicas que fueron furor en 2020, y sobre las cuales estos nuevos traders del mercado podían construir sus grandilocuentes credenciales, han retrocedido más de un 50% en dólares en apenas algunas semanas. No es que estas empresas no tengan un interesante potencial, sino que sus valuaciones habían llegado a niveles realmente insostenibles.

En contraste, las aburridas inversiones que fue incorporando Warren Buffett a su holding Berkshire Hathaway (BRK-B) comenzaron a dar sus frutos en este volátil comienzo de año. 

La revancha del "viejito" Warren Buffett

Mientras que el tecnológico Nasdaq acumula una mejor de 1,4% en los últimos tres meses, la acción de Berkshire Hathaway avanza casi 10 veces más: 13,3%.

¿Cuáles fueron las últimas incorporaciones de Warren y su equipo?

De acuerdo a la última presentación de su balance trimestral, al 31 de diciembre los activos elegidos fueron los siguientes:

La revancha del "viejito" Warren Buffett

Las inversiones anteriores muestran una apuesta importante en el sector salud, comunicaciones, petróleo y consumo discrecional. Esto muestra un equilibrio entre sectores de reapertura económica e industrias que han quedado con valuaciones muy atractivas a pesar de la fuerte incertidumbre.

Pero sobre todas las cosas, tienen tres ingredientes que todo inversor que desee recorrer el camino de la tortuga debe considerar:

Entender el proceso productivo de las empresas. Adquirir activos de valor con un margen de seguridad atractivo. Cultivar la paciencia coincidente con una estrategia de largo plazo.

Con estos tres atributos, la “obsoleta” estrategia de Warren Buffett vuelve a dar sus frutos y la revancha contra sus detractores se cocina a fuego lento. Adicionalmente, y como “frutilla del postre”, Berkshire estuvo recomprando acciones propias a un ritmo sin precedentes, mandando una última señal al inversor: el holding está barato considerando los activos de calidad que tiene y su disponibilidad de caja.