Liderar equipos no es para cualquiera. Más en los tiempos que corren, donde los conocimientos técnicos son muy necesarios, pero no suficientes para estar al frente de un grupo de trabajo.

En la actualidad, las denominadas soft skills son vitales para lograr armonía y cumplir con los objetivos y las metas establecidas. Son, también, las capacidades más buscadas hoy en día por las empresas.

Y, del mismo modo que sucede con las cuestiones técnicas, el liderazgo genera desafíos constantemente. La lista puede ser extensa, pero hay al menos tres que enfrentan los jefes a diario.

Comunicación

La comunicación es de vital importancia a la hora de estar al frente de un equipo de trabajo y, para conseguirlo, es necesario que el mensaje que se envía al grupo sea claro y conciso.

Para evitar malentendidos o superposición de trabajo es importante transmitir el objetivo que se quiere cumplir. Hacer hincapié en el detalle y en la información que es relevante es fundamental para conseguirlo.

Una herramienta muy útil para lograr que cada integrante comprenda su rol y el de sus pares, es plantear objetivos SMART. Las probabilidades de que el trabajo diario se logre y que no haya confusiones se incrementarán notablemente.

Confianza

Hacer que un equipo crea en quien está al frente del grupo no es una tarea fácil. Es que ganarse la confianza de una persona requiere tiempo, perseverancia y demostrar preocupación por el entorno.

Hoy, los líderes deben ejercitar la empatía con los integrantes de su equipo. Debe estar atentos a la salud y al bienestar físico, mental y emocional de cada uno de los colaboradores.

La escucha activa sobre las opiniones y pensamientos del equipo es de suma importancia a la hora de generar confianza. Demuestra que se realizó un esfuerzo de escuchar su posición y de comprender sus argumentos y motivaciones.

Una de las herramientas más utilizadas es el feedback. Por eso, dar retroalimentación no es algo que sólo deba realizase una vez al año en la “evaluación de desempeño”, sino que debe ser de uso cotidiano, si se busca optimizar la performance del grupo.

Hay algo que quedó demostrado, y por eso es tan importante: cuando se logra la confianza, las personas trabajan de forma eficiente, asumen responsabilidades y apoyan de manera voluntaria al equipo.

Versatilidad

Vivimos una época de cambios constantes. En el rubro de servicios, los clientes pueden modificar sus demandas. Los modelos de negocio son diferentes y se adaptan a las necesidades del mercado.

En el ámbito de la tercerización administrativa y contable, por caso, se puede observar con claridad este tipo de situaciones. Un equipo de trabajo puede llegar a tener bajo su responsabilidad más de 20 clientes de distintos rubros.

Por eso, es fundamental contar con la flexibilidad, la iniciativa y el aprendizaje continuo y, además, tener la capacidad de adaptación a los cambios que se producen en las empresas.

Quienes muestran esta capacidad en su entorno laboral se caracterizan por seguir una serie de conductas especificas:

-Modifican su comportamiento para adecuarse a nuevas estrategias.

-Asimilan con rapidez nuevos conocimientos y los aplican con eficacia a su puesto de trabajo.

-Saben afrontar situaciones cambiantes e innovadoras.

-Muestran fortaleza, tolerancia y autocontrol ante las adversidades y contradicciones.

Consecuencias de un buen liderazgo

La colaboración interpersonal entre los integrantes hacia una meta en común servirá como motor para poder alcanzarla. Será fundamental que cada uno se sientan comprometido con la causa que los incumbe.

Trabajar en equipo permite aumentar la efectividad, debido a que las tareas no quedan inconclusas por el problema que pueda tener un integrante, ya sea de falta de tiempo o de capacidad.

Para que esto pueda llevarse a cabo, se precisa un liderazgo fuerte que identifique las fortalezas y debilidades de cada miembro del grupo y le asigne funciones adecuadas que pueda cumplir en tiempo y forma.

En definitiva, un líder debe saber cuál es la mejor forma de motivar a su equipo. Así, se logrará que el team “se pongan la camiseta” y se lo impulse a trabajar bajo una misma visión que los lleve a cumplir las metas estipuladas.