Con el dólar aumentando un 5% en la semana, en días que mostraron récord de liquidación de divisas por parte del sector agropecuario (USD 360 M diarios desde el lunes), se evidencian mayores inquietudes respecto de su nivel. La comunicación pública del JP Morgan de que es momento de hacer una pausa posicionándose en dólares, desarmando el carry frente a una re-estimación de los riesgos asociados, apalancó una percepción creciente de que el dólar se ubicaba en niveles demasiado bajos. Percepción que se rubricó con la información de la semana pasada sobre un dato viejo (1T del 2025), en donde el déficit de cuenta corriente (el saldo externo) resultó un poco peor de lo que se pensaba. Para colmo, el fallo de la jueza Preska en NY, ordenando la transferencia de acciones de YPF que tiene el Estado argentino a los fondos Burford Capital y Eton Park como parte de pago por la expropiación de la petrolera concretada en 2012, añadió una nueva dosis de incertidumbre sobre el mercado.

Ciertamente, lo veníamos anunciando. La hipótesis de la “escasez de pesos” para anticipar un dólar a $1000 no tenía asidero en parte porque ese “enfoque monetario de la balanza de pagos” hace tiempo (desde la década del 70) ser inadecuado para explicar movimientos de divisas y porque la noción de que la mayor productividad por las reformas efectuadas justifica un atraso cambiario también tiene problemas serios de consistencia y secuencialidad. Con todo, la idea de financiar un déficit de cuenta corriente externo con entradas de capitales (Repos, Bontes, etc) podría resultar atractivo siempre y cuando los inversores estuvieran dispuestos a financiar el agujero de manera permanente. Y cada vez más, los inversores están atentos a cuál es la capacidad argentina de generar dólares de manera genuina. Incluso con superávit fiscal.

De acá en adelante, tendremos un dólar que va a ir tanteando valores cada vez más altos, especialmente cuando desde la segunda o tercera semana de julio amaine la liquidación del agro, en donde el MULC jugará con cartas nuevas. Dejaremos para otra ocasión las implicancias de este dólar más alto: sobre los precios, sobre la actividad y, sobre todo, en su capacidad para corregir el déficit externo. Por lo pronto, incluso con una actividad económica que se mueve de manera errática (en abril recuperó lo que había caído en marzo y en 4 meses opera apenas 0,6% por encima de diciembre) y aun con precios que vuelven a acelerarse un poco a raíz de los movimientos cambiarios, consideramos que el gobierno tendrá un buen resultado electoral en septiembre (PBA) y en octubre (nacionales), aunque eso no implique una victoria apabullante.

Las últimas novedades electorales. En Santa Fe se evidenció una creciente desafección política, dado que hubo una asistencia poco mayor al 50%. Es muy difícil analizar el patrón de toda la provincia, dado que fueron elecciones locales (intendentes en algunas localidades, concejales), pero en definitiva se observó un "resultado de tercios" entre el oficialismo de la UCR (en alianza con PRO y Socialistas), el PJ y LLA. En la mayor parte de las localidades ganó "Unidos", el frente similar a JxC, incluyendo la capital Santa Fe, pero en varios ganó el PJ (incluyendo Rosario). En Rosario (no se votó a intendente, elección que será en 2027) los porcentajes fueron similares: 31% PJ, 29% LLA (había ganado en las PASO de abril), 27% Unidos (que remontó el 10% de las PASO). Cómo se va a trasladar este resultado a la elección nacional dependerá de varios factores: de los nombres de los candidatos a cargos nacionales, del esfuerzo de las autoridades locales para atraer votos, etc. Podrían verse resultados similares a estos o con mayor sesgo hacia LLA, aunque Santa Fe siempre tiene una impronta muy local.

En Formosa, en unas elecciones a diputados provinciales y convencionales constituyentes, se repitió una aplastante victoria del PJ, que sacó el 67% de los votos, resultado que allana el camino para una reforma constitucional. El Frente Amplio Formoseño (algo parecido a JxC) sacó el 21% y LLA el 11%.

En Corrientes, después de varios rumores que anticipaban un acuerdo entre Valdés (UCR) y LLA para definir una alianza con vistas a la elección a gobernador el próximo 31 de agosto, al final no lo hubo. Valdés, LLA y PJ irán todos en frentes separados, al igual que el exgobernador Colombi. Camau Espínola (senador nacional del peronismo federal) sí acordó con Valdés para que esté en la boleta a senador nuevamente. Así, esa provincia tendrá una oferta electoral similar a la de Santa Fe.

En Buenos Aires se juntan Ritondo y referentes del PRO de la PBA con Pareja y referentes de LLA. No se van a definir nombres, pero ya está claro que, para las elecciones provinciales del 7 de septiembre, irán en un frente llamado La Libertad Avanza, y el color será violeta (sin ningún rastro amarillo), como veníamos anticipando. La configuración de la boleta posiblemente sea 75/25 a favor de LLA, pero las listas de concejales respetarían el despliegue territorial de cada fuerza, o sea, tendrán predominio del PRO (algo que reclamaban los intendentes del PRO). Se renueva la mitad de las 92 bancas de la Cámara de Diputados provincial, y la mitad de las 46 bancas de Senadores. El PRO arriesga 8 de sus 13 escaños en Diputados y 4 de los 9 senadores. Cuánto retendrá de esto dependerá de las negociaciones de candidatos, con fecha límite el 19 de julio. Dicho esto, todavía no hay definiciones de cómo será el acuerdo entre CFK y Kicillof (en conjunto con Massa) para las elecciones en la provincia y las nacionales. Y tampoco queda claro, por el momento, la factibilidad de un frente de centro, pero hubo señales a favor de un frente que aglutinaría a la UCR, la CC, GEN y algunos referentes del PJ (no se sabe qué hará el nuevo partido de Manes, ni cómo engancharán algunos referentes remanentes del PRO). Cierre de alianzas: 9 de julio. Candidatos: 19 de julio.