No hubo Plan de Estabilización ante la crisis. El anuncio que efectuó el nuevo ministro de Economía, Sergio Massa, sonó más a un service sobre el "Plan Aguantar" que se fue aplicando a medida que se desataba la crisis financiera y cambiaria.

El puente de liquidez en dólares que anunció Massa va a alcanzar para cerrar las necesidades de divisas del año. Es recargar el tubo de oxígeno, pero no soluciona los problemas de fondo. El riesgo es que la mejora en la foto del stock no cambie la trama de la película. Si se logra reforzar la posición de reservas con estos U$S 7.000 millones prometidos, pero el flujo diario sigue mostrando drenaje, es difícil que se puedan anclar expectativas en el plano financiero.

Se reafirmó el compromiso pleno con el programa del FMI, incluso sobreactuando la meta monetaria, a partir de la devolución de Adelantos del Tesoro. Es importante aferrarse al ancla institucional. Hoy ese programa te da una hoja de ruta para la sostenibilidad macro.

Casi tres años tarde, pero por fin el Gobierno se apropia de una política que propone cortar subsidios pro-ricos de forma decidida. Por convicción o por espanto ante un ticket que iba directo a tres puntos del PBI, se va a reducir más fuerte este esquema de alta ineficiencia.

Con los 4 millones de usuarios que pierden totalmente el subsidio y los 5 millones con consumos mayores al nuevo umbral, el ahorro fiscal será de aproximadamente un punto del PBI. Solo con esto el Gobierno se garantiza el cierre fiscal para este año y también para 2023.

Con este alivio del ticket de subsidios, las medidas para adelantar ingresos fiscales y el encuadre de la política de gastos, la meta de déficit primario del 2,5% del PBI para este año está garantizada, e incluso da cierto margen para reforzar la política social sobre fin de año.

¿Qué faltó? Reformas sobre el mercado cambiario. Massa tiró la pelota para delante, consignando que formará parte de la programación macroeconómica del 2023. Es riesgoso. Más allá del alivio de corto plazo por el ingreso de dólares, seguimos vulnerables a shocks sobre la brecha.

Sí hubo referencias a la implementación de nuevos ‘trajes a medida’ para habilitar tipos de cambio diferenciales a diferentes sectores. No son más que nuevos parches sobre el cepo.

Tampoco parece haber un programa anti-inflacionario firme, más allá de las buenas intenciones del orden macro. Será determinante la muñeca de Massa para establecer acuerdos con el sector privado, comprando tiempo con más acuerdos para frenar la inercia.

El nuevo ministro mantiene el compromiso por no devaluar. El cierre va a ser vía suba de tasa de interés. También anunció un canje voluntario de deuda de corto, con éxito garantizado a estas tasas. Parece evidente la falta de un macroeconomista en el equipo económico. Alguien que mire los equilibrios generales y piense mecanismos para salir de las distorsiones en los mercados.