Recientemente, el pasado 28 de enero, celebramos el día de la privacidad y los datos personales. ¿A qué se debe? Surgió en 2006 como iniciativa de la Unión Europea para conmemorar la aprobación de la convención celebrada ese día en el año 1981 y cuya denominación es "Convenio N° 108 del Consejo de Europa para la protección de las personas con respecto al tratamiento automatizado de datos de carácter personal".

Argentina es Estado parte del mencionado Convenio desde el 1 de junio de 2019 y más recientemente, ha adherido a la versión actualizada conocida como Convenio 108 Plus. En los 80s, la creación de archivos digitales de datos personales agilizó la gestión en el ámbito público y privado, pero se advirtió el riesgo exponencial que dicho tratamiento podía tener sobre la privacidad, principio reconocido y receptado en todos los textos constitucionales.

Con este fundamento, se dictaron las primeras leyes de protección de datos personales otorgando un marco regulatorio tanto para las personas naturales como jurídicas que actualmente se encuentra fortalecido por una copiosa jurisprudencia y doctrina nacional e internacional que profundizan aquel escudo concebido en un contexto tecnológico muy diferente al que nos rodea.

Nuestra ley data del año 2000 bajo el modelo de las leyes y directivas europeas requiriendo una actualización acorde a una nueva convergencia tecnológica y compatibilizando su texto a los principios vigentes en la materia recogidos en las nuevas normativas dictadas en otros países y regiones. Existen diversos proyectos de reforma que aguardan su tratamiento legislativo.

La propuesta de establecer un día de la privacidad tiene por objetivo crear un espacio de reflexión para que tomemos conciencia de la importancia de este derecho humano reconocido por tratados internacionales y regionales y en los ámbitos locales y especialmente en un ecosistema digital caracterizado, entre otros, por la comunicación multidireccional, la creación y circulación de contenidos en tiempo real, la oferta de bienes y servicios, los desarrollos de inteligencia artificial y todo aquello que caracteriza a esta sociedad de la información y del conocimiento.

En ese contexto, se hace necesario enfatizar el concepto de la privacidad y de los datos personales entendiéndolo como ese ámbito íntimo del individuo que lo protege de cualquier injerencia arbitraria en su vida privada tanto del Estado como de terceros. Se trata de un principio amplio y que, en la región, ha sido interpretado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos con ese carácter en numerosas sentencias, así como su relación con el derecho a la información y la libertad de expresión.

Si bien estos principios han estado por años en la búsqueda de un equilibrio, el devenir de la tecnología ha impactado con mayor énfasis en la necesidad de encontrar un marco de respeto entre estos microsistemas en el cual puedan desarrollarse sin el avasallamiento de uno por el otro. Hoy tenemos la oportunidad de repensar la importancia de la privacidad y el tratamiento de nuestros datos personales. No la dejemos pasar.