Fin de semana complicado para nuestro Gentleman de la información económica, por eso la charla dominguera debió a esperar al lunes. Durante su infaltable caminata a media mañana por Barrio Norte, tras culminar sus compromisos radiofónicos, el Hombre de los Negocios y la Política se cruza con un vecindario ávido por interrogarlo sobre la actualidad. Demorado en la cola de una panadería donde hornean las mejores croissant de la comarca, Don Willy atiende los requerimientos de sus inquietos fanáticos, que lo ametrallan con preguntas.

-Willy, lo de Alberto de sacarle a la Ciudad y solucionarle el conflicto a la Provincia, ¿es sólo para debilitar a Larreta?

Willy- El conflicto que se abrió entre el gobierno nacional y la Ciudad de Buenos Aires tiene un doble efecto que lo motoriza. Por un lado, la necesidad de seguir cubriendo el déficit de la provincia de Buenos Aires, que es un problema histórico en la Argentina y que, por supuesto, se potencia con los efectos de la pandemia y la cuarentena: menos recaudación, mucha más necesidad de asistencialismo. Por lo tanto, todo eso es creciente y, en alguna medida, se financia con inflación, emisión monetaria, brecha cambiaria, inestabilidad económica. Con lo cual, que parte de ese auxilio no sea con emisión monetaria e inflación, eso obviamente al gobierno le viene bien. Y mata a dos pájaros de un tiro porque cubre parte de ese bache, poco pero parte de eso, quitándole a las provincias que políticamente son menos afines al peronismo y, en general, a los sectores que conforman la alianza de gobierno.

- CABA no es la única...

- Creo que la Ciudad de Buenos Aires es un caso, pero después están las otras provincias como Córdoba, como Mendoza. En Santa Fe es más complicado porque está en la alianza con el gobierno. Pero bueno, hay una situación que en realidad es generalizada, que es que todo el país, en buena parte productivo, que contribuye con la asistencia al conurbano bonaerense, a través de las retenciones. Pensemos que el plan jefes y jefas de hogar de Eduardo Duhalde, en el estallido de pobreza de 2002, en definitiva era un plan para atender la pobreza y los jefes y jefas de todo el país. Pero, ¿dónde estaban la mayoría de los jefes y jefas desocupados o desamparados? En el conurbano.

-No es algo nuevo.

No. También tenes la pelea por la 125 en el campo que terminó siendo más retenciones, que son impuestos que recauda solo el gobierno nacional y puede repartir en forma discrecional a quién asiste más y a quién asiste menos. Es obvio que la provincia de Buenos Aires en todos los gobiernos, también obviamente en la administración Macri para con María Eugenia Vidal, siempre la provincia de Buenos Aires es la que más recibe asistencia del tesoro nacional, porque está totalmente descompensada la ley de coparticipación. Pero el problema es histórico y se va a seguir dando porque, además, en el conurbano están los votos que construyen a un presidente.

- Entonces, ¿el tema central en este caso sería la contienda electoral?

W- Después de la reforma de la Constitución de 1994, al elegirse presidente por voto directo y en distrito único, no por colegio electoral, perdieron pesos las provincias y básicamente lo que importa es quién gana las elecciones en el conurbano bonaerense. Y eso hace que los presidentes y los que tienen proyectos políticos tengan que concentrarse en repartir fondos en el conurbano (sea la policía, sea los hospitales, sea el asistencialismo, el metrobus). Y bueno, a alguien hay que sacárselos. Y es obvio que la Ciudad de Buenos Aires es la que se tiene más a mano. Históricamente también fue así, y además hay casi una curiosidad histórica. Cuando volvió la democracia en el año 1983, el primer perjuicio para la provincia de Buenos Aires, en beneficio del resto de las provincias, especialmente de las más pobres, fue un acuerdo que lo tuvo como impulsor al entonces gobernador de la provincia de Buenos Aires, Don Antonio Cafiero, el abuelo de Santiago (que en esa época ni siquiera sé si iba al colegio). Efectivamente, eso se hizo porque Antonio Cafiero tenía un proyecto presidencial, había ganado la elección en la provincia de Buenos Aires, era el candidato del peronismo para sucederlo eventualmente a Alfonsín y hubo un acuerdo con las provincias peronistas del Norte, que también le vino bien a Alfonsín para abroquelar el Senado, y ahí la provincia de Buenos Aires cedió seis puntos de coparticipación. En esa época no existía la Capital Federal; en definitiva, la más rica en todo caso era Buenos Aires. Y así empezó la historia. Después, por supuesto, en la administración Kirchner, para vaciarlo al gobernador de la provincia, primero Felipe Solá, después Daniel Scioli, se congeló el fondo del conurbano, es decir, se le sacó la plata a la provincia y el Presidente se entendía directamente con los intendentes. Todo eso llevó al punto que cuando agarra María Eugenia Vidal, Macri le trata de recomponer un poco la situación y el kirchnerismo con Áxel Kicillof como diputado vota en contra de esa recomposición. De modo que es cierto que Macri le dio a la Capital, pero también le dio a la provincia de Buenos Aires. Entonces sí, es una historia que tiene mucho de economía, mucho de política y mucho de especulación electoral. Diría que la especulación electoral es lo más importante porque insisto, tanto para el oficialismo, para la oposición o para cualquiera que esté en la presidencia, cuidar el conurbano es cuidar la reelección.

-Pensando en política. Igual, ¿esto no le conviene a Larreta en sus aspiraciones para ser Presidente?

- Si a Larreta le conviene o no esta situación me parece que es temprano para saber. En el corto plazo, es obvio que la administración que hizo Rodríguez Larreta de la pandemia en la Ciudad de Buenos aires, del mismo modo que también la administración que se hizo en la Ciudad en los 12 años, donde con Macri o sin Macri, finalmente Larreta era el que administraba, eso lo ha posicionado mucho. Pero, también es cierto lo de una crisis de financiamiento en la Ciudad (si bien vive de los impuestos que cobra mayormente a sus vecinos y eso le da una independencia). El resto de las provincias, muchas de ellas, viven de lo que manda Buenos Aires y eso hace que los gobernadores y legisladores tengan que, de alguna manera, estar siempre quedando bien con la Casa Rosada. El gobernador  de la Cuidad de Buenos Aires o el jefe de Gobierno porteño tiene esa ventaja, pero de cualquier manera todo lo que significa financiar obra pública, toda la política de comunicación que tiene Larreta, todo eso puede afectarse y le puede traer algunas dificultades, porque se supone que el gobierno va a seguir adelante, tratando de sacarle la mayor cantidad de recursos posibles a la Ciudad y tratando de tirarle la mayor cantidad, eventualmente, de obligaciones. Eso va a estar muy presente. Por supuesto, le va a ayudar a Larreta en su propio electorado.

-¿Y cómo va a reacción su espacio político?

-Me parece que, en la oposición todavía, hay que discutir, en definitiva, cuál va a ser la estrategia política, cómo se va a lograr evitar una dispersión, si los sectores del peronismo defraudados con Alberto van a tener alguna representación, cuál va a ser el rol eventualmente de Mauricio Macri, de Elisa Carrió… En fin, hay mucho que ver en ese sentido, más allá que en términos de conocimiento en la opinión pública e imagen, Larreta ha sido muy beneficiado tanto por la administración de la pandemia, como por este punto de colocarse y poder victimizarse frente a una actitud obviamente agresiva contra él. Pero todavía hay mucho por recorrer.

-Más allá de la política. Siempre escuchamos que a la Provincia la joroban históricamente con la coparticipación. Todos los gobernadores se quejan ¿Es inviable administrar la Provincia de Buenos Aires hasta que se modifique el reparto de fondos?

W- Históricamente, la provincia de Buenos Aires ha tenido un déficit, digamos, de unos 10.000 millones de dólares. Finalmente, la provincia de Buenos Aires es la mitad de los problemas de Argentina o más de la mitad, tanto el déficit fiscal, la situación de desequilibrios socioeconómicos, obviamente la extrema pobreza. Todo eso es la provincia de Buenos Aires, porque además hay dos provincias, una rural y una del conurbano. Son dos realidades totalmente distintas, pero la historia marca efectivamente que alguna vez habrá que pensar otra idea administrativa para la provincia. Pero volvemos a lo de siempre, dado que se reformó la Constitución y el presidente se define en el electorado de la clase media baja y clase baja del conurbano bonaerense. Es muy difícil que se pueda avanzar en una solución porque siempre el que tiene el gobierno nacional va a querer tener un dominio sobre ese territorio electoral que impide, lógicamente, avanzar en lo que tendría que ser que cada provincia recaudara los propios recursos que gasta. Eso sería lo ideal.

-¿Willy, me explicas cómo funciona eso de la coparticipación?

-El régimen de coparticipación es básicamente un régimen monárquico, donde está el Rey en Buenos Aires que reparte para todos los demás. Por supuesto, es una historia que viene de cómo se conformó el país, del puerto de Buenos Aires y el resto del país. Hay una historia muy larga. En definitiva, las grandes luchas de la organización nacional tuvieron que ver precisamente con cómo se repartía la plata de la aduana de Buenos Aires. Esta historia es más vieja que la Argentina.

-Escuché a Redrado el fin de semana en la Radio que usted labura decir que nos estamos quedando sin reservas. ¿Tiene otra alternativa el Gobierno que no sea endurecer el cepo?

W- Es cierto que el Gobierno, digamos los argentinos, se está quedando sin reservas. El Banco Central se está quedando sin reservas. Creo que endurecer el cepo, lo único que va a hacer es agravar todos los problemas que hoy tenemos. Es básicamente la dificultad para que ingresen dólares, la falta de inversión, más gente que decide comprar dólares en lugar de consumir con sus pesos o eventualmente apostar a aumentar su capacidad de producción o de prestación de servicios. Es decir, la economía se va paralizando.

- ¿Cuál es su propuesta?

W- El Gobierno tiene alternativas más lógicas a endurecer el cepo. Lo he planteado varias veces que me parece mucho más lógico que haya un mercado libre para el dólar ahorro y para el dólar turismo. Eso ha generado, digamos, algún temor en todas aquellas personas, empresas u organizaciones que tienen deudas en dólares, porque bueno, cuando en los años 80´, la Argentina tuvo un desdoblamiento cambiario, existía un dólar comercial y un dólar financiero y todas las deudas financieras se tuvieron que pagar por ese dólar financiero. Entonces, las empresas endeudadas, sobre todo las empresas exportadoras, dicen "yo produzco bienes y servicios y cuando exporto pagan, en el mejor de los casos, 78 pesos por dólar", el campo menos porque están las retenciones, "pero resulta que cuando tengo una deuda financiera me la hacen pagar a 120", en lugar de como es ahora que las deudas financieras se pagan con el dólar oficial, siempre y cuando haya dólares y siempre y cuando el Banco Central autorice a las empresas a pagar. Así que yo creo que se puede mantener perfectamente esa situación, después se puede discutir la justicia de eso. Hay mucha gente endeudada en dólares en la Argentina y no tiene la capacidad de que el Banco Central le de los dólares a 78 pesos, pero bueno supongamos que es cierto, y es cierto, que las empresas se endeudaron antes, y por lo tanto, tiene que regir el contrato que tenían antes. Podríamos discutir qué pasa para el futuro. Lo que pasa es que también las empresas van a decir que si en el futuro yo tengo que comprar una máquina y la tengo que pagar a 130 pesos por dólar, y resulta que lo que produce esa máquina lo exporto a $80, no voy a comprar ninguna máquina. Por lo tanto, la economía no va a crecer.

-¿Debería preocuparme Willy? Pareciera que nos vamos a quedar sín dólares.
-Bueno, hoy hay una situación donde si no se hace nada, tarde o temprano, el Banco Central se va a quedar sin dólares y ahí no va a haber dólares para nadie: ni para el ahorro, ni para el turismo, ni para pagar las deudas de las empresas y la Argentina va a ingresar obviamente en un espiral de inestabilidad financiera y en una corrida contra el peso, que va a ser mucho peor que hacer algo.   

-¿Y qué debe hacerse?
-Lo que todo el mundo sabe: bajar el gasto público, achicar el gigantismo estatal, y obviamente liberar el mercado de cambios y tener equilibrio fiscal y, entonces, va a haber un dólar único y se terminan todos estos problemas. Pero todo eso no está disponible hoy en la Argentina. Y mucho menos con el efecto de la cuarentena y la pandemia. Por lo tanto, mientras que vemos qué hacemos, por lo menos dejemos de regalar las reservas a la gente que consume Netflix. Ahora, entonces ¿qué hacemos? ¿Prohibimos Netflix, porque hay que prohibir el dólar?  No, hay que permitir un dólar libre, sin que se pierdan reservas para que la gente pueda ver Netflix, pueda comprar pasajes, pueda ahorrar.

- ¿Un dólar libre para todo?

- Hay que mantener el dólar a 78 pesos para que las empresas, el Estado, la gente que emitió bonos paguen los compromisos en dólares con el dólar oficial. Bueno fenómeno, pero por lo menos que se dejen de regalar las reservas para el que quiera ahorrar. No se puede prohibir el ahorro, hay que permitirlo, pero no con las reservas del Banco Central. Para eso hay que poner un dólar libre para el ahorro y un dólar libre para el turismo y que la gente pueda comprar y vender los dólares libremente. Los exportadores seguirán por el dólar oficial, los importadores seguirán por el oficial, y las deudas financieras se seguirán pagando por el oficial.

-Decime Willy, ¿qué piensan de esto cerca del Presidente?

Por lo que se ha escuchado del equipo económico, sobretodo Cecilia Todesca que habló muy contundentemente, el Gobierno no quiere desdoblar el mercado cambiario y no quiere cerrar el cepo. Bueno, todo eso está muy bien. Me parece que las dos cosas a la vez, tarde o temprano, no se van a poder seguir haciendo. Es una cuestión de tiempo. También hay una negociación con el Fondo Monetario abierta. El ministro dijo el fin de semana que ya se aceleraron las cartas formales y la negociación empieza. Bueno, veamos si hay señales que permitan recomponer la confianza. Yo creo que mientras se discuten esas señales, por lo menos, que se cierre el grifo de la pérdida de reservas por ahorro y por turismo.  Y que se permita que la gente compre y venda dólares libremente.  

-Aprovecho. Vio, con esto de la cuarentena estoy gastando menos en transportes, salidas y demás. ¿qué me recomienda hacer con la guita? Yo me animo a lo que me diga…

W- Hacer recomendaciones financieras siempre es muy odioso, porque si uno francamente supiera estaría fumando habanos en algún lugar del mundo que lo permitiera y sin trabajar. Yo diría, el dólar blue es una operación ilegal, así que uno no puede recomendarlo. Insisto, si el gobierno hiciera dos o tres movidas, más o menos razonables, el dólar no debería seguir subiendo mucho más de lo que está.

-Entonces Willy, ¿alguna pista?

-Como dijimos la semana pasada, finalmente se había estabilizado en torno de los 130 pesos, el contado con liquidación 120/130, parece un valor de equilibrio. Así que mientras que el gobierno venda los dólares ahorro, hay que comprar dólar ahorro. Y con lo que sobre, hay que tratar de comprar bienes que estén un poco atrasados contra la inflación. Si uno necesita azulejos, pinturas, tela, todo lo que sean bienes, eso va a ser una buena inversión. Y las inversiones financieras, hay unos bonos que ofrecen tasa de interés en pesos y están los bonos ligados a la futura devaluación del dólar link, del oficial. O sea que yo diría, comprar dólar ahorro, todo lo que el gobierno venda; comprar bienes si uno cree que va a pintar la casa el año que viene (y bueno, los tarros de pintura van a ser una gran inversión); y si todavía sobran pesos, bonos en pesos a tasas de interés o bonos con el ajuste por la futura devaluación del dólar oficial, eso cubre contra un salto devaluatorio, si lo hubiera en el futuro.