El viernes fue un día muy especial para Cristina Kirchner. Dos meses y tres días habían pasado del intento de magnicidio que pretendió terminar con su vida y la vicepresidenta, con esa empedernida resiliencia que la caracteriza, decidió volver a la arena que más disfruta: encabezar un acto político. El escenario elegido, a medida para el discurso que tenía en mente, le resultaba familiar: un camping sindical controlado por un gremio histórico donde el kirchnerismo comenzó a pisar fuerte.

Pero el temor por la repetición de la pesadilla, permaneció hasta que el último militante se retiró del predio ubicado en Pilar y Cristina pudo retornar a su rutina. Recién en ese momento, los organizadores respiraron tranquilos. "Todo salió como esperábamos", confió una fuente camporista a Data Clave. Y esa referencia incluía, por supuesto, no solo lo ocurrido arriba del escenario, sino también el celoso dispositivo de seguridad montado para evitar cualquier tipo de incidente.

Noviembre cristinista para sobreponerse al terror y encolumnar a la tropa propia con la mira puesta en 2023

CFK fue muy cuidadosa esta vez con los mensajes internos. A diferencia de otras oportunidades en las cuales sus palabras generaban cimbronazos en la estructura del Frente de Todos y tembladerales en los ministerios a los que apuntaba, en esta ocasión el tono discursivo reconoció a sus dos principales socios en la coalición, haciéndose cargo de la elección de Alberto Fernández como "el mejor candidato para ganar las elecciones de 2019" y admitiendo que Sergio Massa "está haciendo lo que tiene que hacer" con la herencia que dejaron sus antecesores.

"Cristina encolumnó a la militancia detrás de un proyecto, que es muy superador a cualquier nombre y dejó claro que hay que corregir muchas cosas, pero que nuestro principal valor continúa siendo la unidad para evitar el retorno del verdadero enemigo, que es la derecha", le apuntó a este portal un dirigente sindical con representación parlamentaria presente en Pilar.

Este mes la vice ya tiene definido encabezar otro acto el próximo 17 de noviembre, esta vez en el estadio "Diego Armando Maradona" de la ciudad de La Plata, donde -se estima- vertebrará un discurso en un tono más agresivo contra los verdaderos adversarios del Frente de Todos: "el macrismo que quiere volver a gobernar para terminar de destruir al país", aseguró otro legislador que también participó de la convocatoria metalúrgica.

Durante toda la semana previa, CFK deberá ocuparse de reemplazar al presidente, quien el próximo miércoles se embarcará en una gira de ocho días, que lo llevará a París para participar en el Foro por La Paz del 11 y 12 de noviembre; y asistir a la Cumbre del G20 en Bali, Indonesia, prevista para el 15 y 16, donde ya invitó al ministro de Economía.

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Abortar plan anti PASO y desgastar a Alberto

Apenas 24 horas después que su madre, se presentó en Mar del Plata el diputado Máximo Kirchner, con otro marco bien diferente y un discurso que fue utilizado para enviar mensajes internos al Frente de Todos. Con ese contexto, el diputado nacional aprovechó para lanzar dardos que apuntaron a Alberto Fernández

"En 2017 algunos dudaban de la hoy vicepresidenta. Esas dudas o esas peleas personales nos llevó después a un diciembre de reforma previsional. Y después fuimos al FMI. Nunca más nos puede volver a pasar lo mismo". Y luego, agregó: "No puede volver a pasar que aquellos que se valen de construcciones colectivas, una vez que llegan, inician una aventura. Para aventureros está el turismo, la política es responsabilidad, no para poner de cara víctima y decir yo no fui".

Sobre el cierre se permitió un último párrafo con clave interna: "Así como Cristina hizo todo lo que tenía que hacer en 2019 para salir del macrismo, espero que esos compañeros que están jugando al aventurero, se den cuenta y dejen de jugar al ofendido y al triste. Ofendidos están los compañeros que quieren un gobierno que trabaje más todos los días. Discutamos lo que haya que discutir y ofrezcamos a nuestro pueblo la posibilidad de volver a soñar".

El discurso del líder de La Cámpora no fue un hecho aislado. Forma parte de un "plan desgaste" lanzado por el sector kirchnerista "paladar negro" para limar cualquier expectativa presidencial de aspirar a una reelección en 2023. El sábado anterior, en la ex ESMA y frente a la militancia más cercana, MK aprovechó el clima mundialista para aplicar la retórica futbolera y expresar su opinión negativa sobre su propio gobierno: “Hay que transpirar la camiseta, no pensar si en las elecciones me van a elegir o no. Es hoy. ¿Cómo vamos a esperar que la gente nos escuche con un 6 a 7 por ciento de inflación mensual?”, lanzó.

Prácticamente desahuciado el proyecto que propone una reforma de la ley electoral para avanzar contra las PASO en el Congreso, el operativo "limemos a Alberto 2023" tendrá un nuevo capítulo público el 17-N, cuando Cristina vuelva a mirar cara a cara a la militancia desde La Plata, mientras el presidente se encuentre en la paradisíaca isla de Bali participando de la cumbre de los líderes mundiales.

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Recuerdos de la muerte (que no fue)

La vicepresidenta inició su discurso de este viernes en el polideportivo de la UOM recordando la noche del intento de asesinato. “No vi el arma”, confió a los militantes que la escuchaban absortos cuando se refirió al ataque perpetrado en la noche del 1º de septiembre por Fernando Sabag Montiel. Luego compartió una repaso por las conclusiones a las que arribó tras dos meses y tres días del intento de magnicidio. 

“Después de ese tiempo de reflexión e información creo que algunas cosas positivas de este hecho horrible podemos obtener”, comenzó asegurando Cristina. “La primera conclusión buena que saqué fue que esos presuntos indignados que agredían, insultaban, no eran indignados eran gente pagada por empresarios que se identificaron con el anterior gobierno”, completó al hablar de los integrantes de Revolución Federal, quienes fueron procesados 24 horas después de habérseles otorgado la libertad. 

“Esto no quiere decir que no haya gente enojada por las cosas que pasan, pero lo cierto es que esos indignados que eran reproducidos por la televisión, no estaban enojados con la política. Recibían millones de pesos, a uno de ellos se le encontró 50 mil dolares. Cortenla con lo de los indignados rentados que no va mas”, siguió al referirse a los pagos de Caputo Hermanos a la carpintería de Jonathan Morel. 

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“La segunda cosa que descubrimos es que durante la gestión de Mauricio Macri en seguridad pusieron a conducir la escuela de inteligencia a una Miss Argentina, Mira vos. Y una justicia, que ya estoy resignada, no va a investigar nada porque me quieren de acusada pero no de victima”, apuntó al señalar al “partido judicial” por no avanzar con los responsables ideológicos y financieros del ataque

Llama la atención que trascurridos 65 días del atentado, exista aún una pasividad difícil de comprender entre aquellos que deben dar respuesta al reclamo por el esclarecimiento del hecho de violencia institucional más conmocionante desde el inicio de la democracia. Sobre todo porque la información abunda, solo resta la voluntad y la decisión por parte de los jueces de utilizarla en esta investigación, conectando las partes de un Frankestein de difícil reconstrucción.