"Al Zurdo lo mataron como a un perro y fueron los ratis". Indignado, un hombre desencajado le gritó a los periodistas que aquella fría tarde de lunes cubrían el partido entre Lanús y Estudiantes de La Plata, a tres fechas de finalizar el torneo. Javier Gérez se llamaba el hincha granate al que ese 10 de junio de 2013, durante el ingreso al estadio "Diego Armando Maradona", un efectivo de la Policía Bonaerense le disparó con balas de goma a quemarropa. La perdigonada de la Ithaca 37 le produjo un agujero de cuatro centímetros en el tórax y lo mató, en medio de una brutal represión donde no faltaron gases y otros heridos. 

Roberto Lezcano, Víctor Bacuco y Jorge López fueron los tres efectivos apartados de la fuerza por orden del ministro de Justicia y Seguridad de la provincia Ricardo Casal. Estuvieron unas horas detenidos, los liberaron rápido. La mira de la justicia apuntó a Lezcano, que transcurrió todo el proceso en libertad. En 2016, después de un juicio oral, fue absuelto porque no se pudo determinar fehacientemente que fuera el autor del disparo. El tribunal ordenó investigar a Bacuco, que adujo problemas de salud y la causa se archivó. Por este grave incidente, la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) -conducida por Julio Grondona- prohibió la asistencia del público visitante a los estadios.

Prevenir la violencia en las canchas de fútbol: una deuda pendiente que no se salda con "mano dura" policial

Un simpatizante del fútbol fue asesinado por la policía, no hubo ningún condenado y los únicos castigados fueron los hinchas. La única palabra que define lo ocurrido es impunidad. Pero también una terrible degradación de las prácticas legítimas y folklóricas de las hinchadas que fueron perdiendo paulatinamente espacios y derechos en detrimento de los verdaderos violentos de esta historia, los que nunca pierden porque se asocian con el poder, policial y político: los barrabravas.

Nueve años después, también en la ciudad de las diagonales -pero esta vez en las inmediaciones del estadio de Gimnasia y Esgrima, ubicado en el corazón del Bosque platense- otra represión policial brutal, a mansalva, en el marco de un operativo incomprensible desde la razón, provocó más de cien heridos y se cobró la vida de otro hincha de fútbol. César “Lolo” Regueiro, de 57 años, quien se encontraba en la cabecera local junto a su familia, sufrió una descompensación cardíaca y murió. “A mi hermano lo mató la represión policial”, dijo este viernes Oscar, hermano de la víctima. ¿Se repetirá la historia?

La política siempre mete la cola

El desastre perpetrado por la Bonaerense causó fuertes cruces hacia el interior del Frente de Todos y expuso al gobernador Axel Kicillof quien decidió sostener a su ministro de Seguridad Sergio Berni, a pesar de los fuertes cuestionamientos recibidos por propios y ajenos. No es la primera vez que a Berni lo cuestionan desde la propia coalición oficialista, desde donde no son pocos los que lo miran con desconfianza y entienden que debería dar un paso al costado, porque no comulgan con su idea de la “mano dura” y el empoderamiento de la Policía.

"Berni tiene que dar explicaciones en la Legislatura", le dijo el diputado bonaerense del Frente de Todos Nicolás Russo a Data Clave en D SPORTS RADIO. "Tengo diferencias con lo que ocurre con la Seguridad. Ideológicamente creemos que no se debe reprimir, se debe controlar y tener mucha más prevención. El ministro debería venir lunes o martes a dar explicaciones, no dentro de dos o tres meses", agregó el expresidente de Lanús. Para Russo "hay una clara responsabilidad de la Policía. Es un tema de organización. No es un tema simple el fútbol. Requiere como todos los temas, una especialización"  y "debe trabajarse en cada estadio con una policía especializada, ver bien la capacidad de cada estadio. Ver bien cómo se venden las entradas. Aunque no ocurra nada, tenés que tener un control sobre la gente que ingresa a la cancha"

Prevenir la violencia en las canchas de fútbol: una deuda pendiente que no se salda con "mano dura" policial

En un comunicado, Kicillof reconoció que el accionar policial durante el partido fue “inadmisible”. “Vamos a respetar el accionar de la Justicia para que se determinen las responsabilidades de los hechos ocurridos y seremos estrictos con las sanciones de quienes no hayan cumplido su deber”, dijo el mandatario en el documento. Tras reunirse con Berni, Nicolás Kreplak (Salud) y Julio Alak (Justicia y Derechos Humanos) para analizar el estado de situación, las usinas informativas oficiales sostuvieron como hipótesis principal del conflicto que hubo sobreventa de entradas por parte del club.

“Nuestro Club cumplió con los protocolos establecidos por los organismos de seguridad. No hubo sobreventas de entradas y el comportamiento de nuestros socios y socias e hinchas fue el correcto”, afirmó la comisión directiva en un comunicado. Sin embargo nadie pudo explicar por qué existió una sobreabundancia de "entradas de protocolo" distribuidas por la dirigencia mens sana, en coordinación con sectores del gremio que nuclea a los trabadores de espectáculos deportivos (UTEDyC). "Nadie controla cuántos de estos tickets efectivamente se regalan y cuántos se venden, ni a qué precio, por eso este circuito paralelo termina siendo un negocio sin control", explicó a este portal una fuente de la investigación.

También hicieron oir sus voces otros referentes "frentetodistas" como Fernando “Chino” Navarro, funcionario de Casa Rosada y referente del Movimiento Evita, que disparó munición gruesa contra el gobernador. “El gobernador, máxima autoridad provincial y a quien yo voté, debe dejar de mirar a otro lado y fijar un rumbo definitivo en materia de seguridad y prevención”, sostuvo. Desde la Secretaría de Derechos Humanos nacional, Horacio Pietragalla Corti también repudió el accionar policial y señaló que “nada justifica una represión con tanto ensañamiento y descontrol” al público presente. Y agregó: “Vemos con mucha preocupación la violencia institucional que ejerce la policía en los partidos de fútbol”.

Prevenir la violencia en las canchas de fútbol: una deuda pendiente que no se salda con "mano dura" policial

Desde la oposición, quienes encabezaron los cuestionamientos fueron los diputados bonaerenses Alex Campbell y Daniel Lipovetzky, ambos de Juntos por el Cambio, que solicitaron la interpelación de Berni ante el cuerpo legislativo por considerarlo "responsable de los heridos, el caos y la lamentable muerte de un hincha de Gimnasia". En diálogo con Data Clave, Lipovetzky además confirmó que avanzará en el pedido de juicio político contra el titular de la cartera de Seguridad. "Es un ministro al que la única cámara que le interesa es la de televisión, nunca viene a la Legislatura. Lo hemos pedido muchas veces y nunca vino. Se dedica además a criticar a su propio espacio político, tiene que dejar el cargo", afirmó.

Palos contra los hinchas, negocios con los barrabravas

Los episodios de violencia contra el hincha de fútbol se viene repitiendo de manera sistemática desde hace varios meses. El miércoles, 24 horas antes de los incidentes el Bosque, la Bonaerense arrojó gas pimienta y le pegó a hinchas de Independiente tras el encuentro con Central Córdoba, cuando la desconcentración en el "Libertadores de América" era normal . La semana pasada, también en Avellaneda pero en la cancha de Racing, varios hinchas fueron agredidos injustificadamente por los controles policiales cuando pretendían ingresar al Cilindro para presencia el partido donde el local le ganó 4-3 a Rosario Central. Los hechos se repiten con una matriz común: más violencia contra el simpatizante y carta blanca para los barras.

Una fuente con acceso directo a los principales despachos de la cartera de Seguridad bonaerense le contó a Data Clave que esta "ola represiva" no es casual, sino que forma parte de un plan que Eduardo Aparicio, titular de la Agencia de Prevención contra la Violencia en el Deporte (Aprevide) le explicó a la conducción de la policía provincial hace algunas semanas en una reunión en la que les habría impartido "la orden de imponer mano dura en el fútbol y no dejar pasar ni el más mínimo incidente".

Sin negar el evidente e injustificado accionar violento de los efectivos policiales, Aparicio deslindó responsabilidades en las autoridades gimnasistas. “Faltaban aproximadamente 20 minutos para el inicio y ya teníamos la totalidad de las tribunas cubiertas. En los alrededores había una cantidad importante de gente, entre 5.000 y 6.000 hinchas que querían ingresar con entradas de todo tipo”, dijo el funcionario que no amagó siquiera a presentar su renuncia tras el escandaloso operativo.

Prevenir la violencia en las canchas de fútbol: una deuda pendiente que no se salda con "mano dura" policial

Uno de sus antecesores en esa función, Juan Manuel Lugones, dijo que la policía "reprimió y no a la barra de Gimnasia, sino a un grupo que tenía carnet del club, entradas que expenden; la saña con que los trató la Bonaerense es inexplicable”. A propósito de lo ocurrido en las inmediaciones del estadio "Juan Carmelo Zerillo", poco después de comenzado el partido con Boca, Lugones opinó que “la policía está cebada, vienen generando hechos de violencia, el sábado hubo un partido de Almirante Brown con Defensores de Belgrano, del Nacional B, en Isidro Casanova, y hubo un hecho muy parecido a este, no con gases sino con represión policial. La otra vez en la sede de independiente, cuando reclamaban por elecciones, fueron reprimidos con un sistema parecido. Lo mismo con hinchas de Racing un fin de semana cuando jugaron los dos”, consideró Lugones.

“No es que hubo un grupo tratando de despejar una puerta, lo que hicieron fue tirar balas de goma y gases durante una hora y media. Con una ferocidad que hace años que no se veía en canchas de fútbol, y sin embargo nadie los paró. Es una actitud muy canallesca, lo mismo los funcionarios políticos que después se desligan del tema”, añadió.

Avanza la investigación 

Este sábado, la Policía Federal detuvo a Juan Manuel Gorbarán, el comisario que estuvo a cargo del dispositivo de seguridad, y a Fernando Nahuel Falcón, el oficial que le disparó a un camarógrafo de televisión que estaba cubriendo el partido. Gorbarán y Falcón, que ya fueron apartados de la fuerza, están acusados por el delito de estrago culposo seguido de muerte y están en la mira de la investigación que llevan adelante el juez Agustín Carlos Crispo y Martin Almirón, titular de la Unidad Fiscal de La Plata Nº8.

Prevenir la violencia en las canchas de fútbol: una deuda pendiente que no se salda con "mano dura" policial

El pedido de detención del fiscal llegó horas después de que se conocieran los resultados provisorios de la autopsia al cuerpo de Regueiro, el hincha fallecido, donde se afirma que la muerte se produjo “por paro cardiorrespiratorio no traumático”. Aún restan conocerse los estudios histopatológicos, que podrían cambiar el rumbo de la causa al brindar detalles sobre la salud cardíaca del hombre, que perdió la vida mientras era trasladado en una ambulancia al hospital San Martín. Su familia asegura que la Bonaerense seguía detonando granadas de gas a su alrededor mientras tenía dificultades para respirar y que no fue debidamente asistido.

Ya se realizaron estudios de planimetría, fotografía, se ubicaron cámaras de seguridad y se levantaron rastros del suelo: se hallaron más de 400 cartuchos de escopeta disparados, todos postas de goma, ninguno de plomo. También, se secuestraron tres granadas de gas lacrimógeno. Además de Gorbarán y Falcón fue separado del cargo y puesto a disponibilidad Alejandro Morinigo, segundo al mando en el operativo registrado ayer en La Plata. “No va a quedar acá la investigación: actúa asuntos internos y también la Jefatura analizando el trabajo previo y como se desarrolló el operativo en el territorio. No se descarta separar a más efectivos. No se descarta nada”, le dijo a este portal una fuente de la cartera de Seguridad.

En las últimas horas, y tras la detención de Juan Gorbarán, se dio marcha atrás con el desplazamiento de Morinigo. Ahora, el Comisario estará a cargo de la Comisaría 9 y organiza el Operativo de Seguridad de Estudiantes-Lanús, encuentro que se jugará este lunes en UNO.