El presidente suele decir que su gobierno está amparado por “las fuerzas del cielo”, lo que no queda claro es si esa influencia celestial-religiosa responde a una religión en particular, a una impronta esotérica producto de las vivencias personales de los hermanos Milei, o solo a una expresión de deseos que asocia al “cielo” con lo “bueno”. Lo cierto es que en un contexto global marcado por la escalada del conflicto Israel-Palestina-Irán, esto no parece ser indiferente al núcleo duro que transita la Casa Rosada, que enfrenta en estos días -como si no tuviera pocas situaciones caóticas de disputa de poder- una fractura interna que refleja tensiones étnicas y religiosas entre muchos de sus integrantes.

Esta división, que opone a quienes defienden a Israel, liderados por el presidente, su hermana, su canciller, su asesor Santiago Caputo y figurones influyentes como "El Gordo Dan" y sus secuaces de “Las fuerzas del Cielo”; contra un sector más alineado con la comunidad árabe y el islam representado por el clan Menem, que quedó expuesta en el espacio de debate preferido de los libertarios: las redes sociales.

“Borrá eso, pelotudo”: cuando el conflicto en Medio Oriente se cuela en la interna de gobierno

El contexto del conflicto interno

Milei, conocido por su admiración personal por Israel, fruto de su conversión al judaísmo, ha hecho de su apoyo a la nación judía una marca distintiva de su gestión, puesto que parece no distinguir entre lo personal y lo público, entre sus vivencias personales y su rol como representante de gobierno de millones de argentinos. Su reciente visita a Israel, que incluyó reuniones con Benjamin Netanyahu y la visita al Muro de los Lamentos, culminó con el anuncio de planes para trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén, una decisión que lo alinea con un grupo reducido de países que reconocen a Jerusalén como capital de Israel.

Esta postura, sin embargo, no parece ser compartida por todos dentro de La Libertad Avanza (LLA)

El 7 de junio de 2025, mientras Milei estaba en su gira internacional, Lucas "Sagaz" Luna, director de Intercargo cercano a Santiago Caputo, publicó un X post que desató controversia. El mensaje, "No odiamos lo suficiente al islam", acompañado de un video de cristianos perseguidos por extremistas en Nigeria, fue interpretado como islamofóbico y generó una reacción inmediata de Federico Sharif Menem, secretario personal de su tío, Martín Menem y un ahijado putativo de Karina Milei quien tiene a Eduardo Menem, el padre de Sharif, como su mano derecha. 

Los Menem, un clan histórico de la casta política liderada por el ex presidente Carlos Menem, son oriundos de Siria y practicantes del islam, por lo que el pibe no se anduvo con vueltas; al posteo de “Sagaz” Luna, tal su apodo en redes, respondió con un concreto “Borrá eso, pelotudo”, la misma frase que suele usar “Gordo Dan”, el mandamás de “Las Fuerzas del Cielo”, la organización cuasi paramilitar que señala a quién se debe hostigar entre los opositores, a quienes despedir dentro del gobierno. Zulema Menem también se hizo eco, y le dio a Luna una larga explicación acerca de cuántos argentinos adhieren a esa religión. Martin Menem habló del cruce luego: “Fue una estupidez de alguien que tiene que leer un poco más", en referencia a Luna.

“Borrá eso, pelotudo”: cuando el conflicto en Medio Oriente se cuela en la interna de gobierno

El contexto más amplio: comunidades diversas en Argentina

Argentina es hogar de una de las comunidades judías más grandes fuera de Israel, con aproximadamente 180,000 a 200,000 judíos, lo que la convierte en un centro significativo de la diáspora. Al mismo tiempo, hay una comunidad árabe sustancial, con estimaciones que sugieren alrededor de 5 millones de argentinos de descendencia árabe, principalmente de Líbano y Siria. Esta diversidad significa que las decisiones de política exterior relacionadas con Medio Oriente tienen profundas implicaciones domésticas que deberían considerarse más allá de las inclinaciones personales de quienes circunstancialmente están al frente del gobierno.

El apoyo firme de Milei a Israel, aunque popular entre algunos segmentos, ha generado preocupaciones entre otros. Su decisión de votar en contra del reconocimiento de Palestina como estado en las Naciones Unidas y su crítica a Hamás -sin distinguir entre un grupo terrorista y una nación- han sido bien recibidas por grupos pro-Israel, pero también han alienado a quienes simpatizan con la causa palestina. El conflicto interno dentro de su gobierno refleja estas divisiones sociales más amplias, destacando los desafíos de navegar la política exterior en una nación multicultural.

El viaje reciente de Milei a Israel: una declaración de solidaridad

La reciente visita de Milei a Israel fue más que un simple gesto diplomático; fue una declaración de las prioridades de su administración. Durante el viaje, recibió un doctorado honoris causa de la Universidad Hebrea de Jerusalén y fue galardonado con el Premio Génesis, a menudo denominado el "Nobel judío". Estos honores subrayan su alineación con Israel y sus partidarios. Sin embargo, el viaje no estuvo exento de controversia. Mientras Milei visitaba el Muro de las Lamentaciones, dos manifestantes palestinos intentaron acercarse, gritando consignas en apoyo a Palestina. Fueron rápidamente detenidos por seguridad, pero el incidente sirvió como un recordatorio de las tensiones que sus políticas provocan.

“Borrá eso, pelotudo”: cuando el conflicto en Medio Oriente se cuela en la interna de gobierno

De regreso en Argentina, la reacción al viaje de Milei fue mixta. Los partidarios elogiaron su compromiso conIsrael, viéndolo como una postura contra el terrorismo y a favor de los valores democráticos. Los críticos, sin embargo, lo acusaron de ignorar las complejidades del conflicto y alienar a la comunidad árabe de Argentina. El desacuerdo público de Sharif Menem con el X post de Sagaz puede verse como parte de este descontento más amplio, una señal de que no todos dentro de LLA están cómodos con el enfoque unilateral de la administración hacia Medio Oriente.

La lucha interna: dinámicas de poder dentro de LLA

El incidente que involucra a Sagaz y Menem no es un evento aislado, sino parte de una lucha de poder más amplia dentro de LLA. Por un lado, está la facción "digital", liderada por Santiago Caputo y sus aliados, que controlan la narrativa en redes sociales y se ven como los guardianes de la imagen de Milei. Por el otro, está la facción "territorial", más cercana a Karina Milei, que dirigen los Menem en las sombras y se enfoca en la organización de base y la política local.

El conflicto interno sobre el tema Israel-Palestina es más que un desacuerdo sobre política exterior; es una prueba de la cohesión del gobierno de Milei. Mientras Argentina enfrenta desafíos económicos y disturbios sociales, la unidad dentro de la administración es crucial. Sin embargo, las divisiones sobre un tema tan sensible podrían debilitar la capacidad del gobierno para gobernar efectivamente.

Además, este conflicto destaca el desafío más amplio de equilibrar la diversidad doméstica con las decisiones de política exterior. La administración de Milei debe navegar estas aguas con cuidado, asegurando que sus políticas no alienen a porciones significativas de la población. La forma en que maneje este desacuerdo interno podría establecer el tono para cómo aborda otras cuestiones controvertidas en el futuro.

En conclusión, la fractura dentro del gobierno de Milei sobre el conflicto Israel-Palestina es un microcosmos de las divisiones sociales más amplias en Argentina. Mientras la administración lidia con estas tensiones, debe encontrar una manera de reconciliar sus compromisos de política exterior con las diversas identidades de sus ciudadanos. El camino hacia adelante requerirá no solo habilidades diplomáticas, sino también una comprensión profunda de las implicaciones domésticas de las posturas internacionales. Por ahora, el incidente que involucra a Sagaz y Menem sirve como un recordatorio contundente de que incluso en un gobierno conocido por sus posturas audaces, hay límites para la unanimidad.