El expresidente Mauricio Macri presentó este jueves en Mar del Plata su libro "Para qué" en el que plantea algunas de sus ideas sobre el rumbo que debería tomar el próximo gobierno nacional. En esa línea, el exmandatario aprovechó la oportunidad para marcar la cancha no solo hacia afuera sino también hacia adentro de su partido. Y lo hizo a su manera, sin dejar en claro cuáles serán sus próximos pasos rumbo a las elecciones presidenciales.

Macri sabe que hoy hay una disputa de poder interna. Y que el principal aspirante al sillón de Rivadavia es el jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta, quien encarna la figura de contraposición interna no solo en el marco de una puja de poder sino también en cómo el PRO debería actuar en caso de ser gobierno.

Como se sabe, y expone en su libro, Macri sostiene que todo lo realizado por su gobierno (entre 2015 y 2019) tuvo que ser bajo un tamiz de fuerte oposición. Y que hoy, tras esa experiencia, y como reafirmó ayer, el cambio debe ser “profundo y veloz”

En otra palabras, el exmandatario quiere ir por todo lo que no pudo hacer en su momento. Una radicalización de la centroderecha que, a la vez, le permitiría detener la fuga de votos que está sufriendo el partido hacia figuras más directas como el diputado nacional Javier Milei.

Los argentinos están esperando octubre para empezar una nueva etapa”, afirmó ayer junto al intendente de Pinamar, Martín Yeza, quien ofició de presentador en La Normandina, el espacio donde se llevó adelante la segunda presentación (tras la realizada en La Rural) del material con el que le dio a continuidad a su anterior trabajo, “Primer Tiempo”.

Macri llegó a Mar del Plata con la tropa dura del PRO, pero sin la titular del partido, Patricia Bullrich. Como era de esperarse, Rodríguez Larreta no fue de la partida. Quien sí lo hizo fue su delfín bonaerense, Diego Santilli. Entre tantos halcones, el anfitrión Guillermo Montenegro puso en juego su rol de moderador sin tomar las definiciones del caso.

El expresidente aprovechó la temporada de verano para volver a mostrarse públicamente y ejercer la presión necesaria que hoy considera para mantener en línea a sus rivales internos. Es que, en la actualidad, cada paso de Macri tiene más peso hacia adentro del PRO que para enfrente. Así lo ven los propios, quienes hacia el interior también aprovechan el empujón del líder del partido para salir a dar la disputa que se esconde detrás de las candidaturas y que lentamente comenzará a generar más ruido y está relacionado al armado de listas. Una pelea que, por caso, ya se adelantó en el peronismo bonaerense.

Sin embargo, la pregunta que quedó flotando en complicidad con Yeza, quien trabaja en función de la candidatura de Cristian Ritondo para gobernador, fue desde dónde acompañará la campaña. Si será desde adentro o desde afuera. La respuesta, en clave con el juego de generar mayor incertidumbre, fue tan clara como esquiva. Y aseguró que será “dónde lo necesiten”. Y agregó: “Quiero estar aquí, amo este país, estoy aquí para ayudar a cambiar”.

Lo vi hace cerca de dos meses y me dijo que no iba a ser candidato a nada. Entiendo que la película, el tiempo pasa y todo puede cambiar. Es líder de nuestro espacio y muchos entramos por él, pero donde quiera estar, el espacio lo va a respetar”, le dice a Data Clave un dirigente bonaerense de cepa macrista, quien entiende que hoy su lugar es otro. Y agrega: “Hoy Mauricio es muy necesario para todos los que queremos ir por más. Y es por eso que nos sirve su presencia. Hoy su figura está representada en Patricia y es lo que necesitamos para generar el cambio profundo del que habla”.

En otras palabras, los propios tampoco lo ven adentro. Y varios tampoco lo prefieren en ese rol. Consideran que su nivel de llegada es el más alto del partido, pero que el rechazo, como sucede del otro lado con Cristina Fernández de Kirchner, también es grande. Y que hoy se lo necesita más para poner límites hacia adentro y no permitir que Rodríguez Larreta marque la agenda y reposicione solo la tropa interna.

También en diálogo con este medio, un jefe comunal sostiene que Macri “va a tener un rol más de estadista. Más de un líder de marcar camino. No en el día a día, con otra filosofía. Lo que decida va a a ser fundamental”.

Es por esto que la frase de ayer, en la que afirmó que "estamos abiertos a una competencia para ver quién conduce y para ayudar a levantar el nivel” no pasó desapercibida. Incluso Larreta ya se había pronunciado en la misma línea, dando a entender que la posibilidad de un acuerdo de partes en la previa a las PASO cada vez parece más complejo.

Lo cierto es que hoy Macri intenta no perder su rol de líder indiscutido algo que, muchos aseguran, de ganar Rodríguez Larreta, quedará destronado.