Para Juntos por el Cambio 2023 será un año bisagra. Las encuestas dan a la coalición opositora como la que mejor mide de cara a las elecciones nacionales y la idea del “segundo tiempo” que esgrime permanentemente Mauricio Macri toma fuerza para un espacio que quiere volver a gobernar y cambiar la imagen de lo que fue la anterior gestión.

El problema, claro está, lo tienen a la hora de ordenar a los dirigentes de todos los partidos que tiene esta coalición. Empezando por el PRO y pasando por la Unión Cívica Radical, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano. Eso sin mencionar que algunos referentes tratan de cerrar filas y captar el voto de otros partidos. Una muestra clara es la incorporación de Cynthia Hotton al ejecutivo de la Ciudad de Buenos Aires de la mano de Horacio Rodríguez Larreta. La referente de +Valores, que superó el piso del 1,5% en las anteriores PASO, se suma a la estructura del jefe de Gobierno porteño con la intención de trasladar sus votos en la provincia de Buenos Aires a Diego Santilli, su candidato a gobernador.

Todos estos movimientos de último momento generan suspicacias en la coalición opositora. Otro potencial candidato que empieza a mostrar sus cartas es Gerardo Morales. El gobernador jujeño, la principal figura del radicalismo en la actualidad, pisó Buenos Aires y tuvo no sólo un encuentro con Larreta y Santilli, sino que también incluyó en su espacio a Elisa Carrió, la voz potente de la Coalición Cívica que vuelve a mostrarse como la “madrina” de Juntos por el Cambio. Vale recordar que en 2015 fue una de las que impulsó fuertemente la candidatura de Macri.

Esa gran interna nacional inevitablemente se traslada a la Ciudad de Buenos Aires, donde todos quieren formar parte de la sucesión de Larreta, quien ya no puede ser reelecto y se apunta como candidato a Presidente. Y la sucesión no es estar en la gestión, sino liderar el edificio de Uspallata.

Y este desorden lo paga un dirigente en particular: Jorge Macri. El ministro de Gobierno porteño, lanzado para ser el sucesor de Larreta, tiene en frente a otros candidatos que se anotaron en la carrera, entre ellos los ministros de Educación y Salud, María Soledad Acuña y Fernán Quirós, y el vicepresidente 1° de la Legislatura, Emmanuel Ferrario.

Horacio Rodríguez Larreta, María Soledad Acuña y Jorge Macri. En la pantalla, el expresidente de la Nación, Mauricio Macri.
Horacio Rodríguez Larreta, María Soledad Acuña y Jorge Macri. En la pantalla, el expresidente de la Nación, Mauricio Macri.

A estos candidatos también se suman los dirigentes de otros espectros que buscan competir. El principal es Martín Lousteau, senador por UCR-Evolución y quien ya tiene experiencia electoral en la Ciudad. Antes de tejer una alianza con Larreta, fue su contrincante en la elección de 2015 que lo dio como ganador al actual alcalde por poco menos de tres puntos de diferencia.

La idea de una “mega PASO” amarilla fue descartada por el primo de Mauricio, quien en un reportaje radial intentó poner los puntos para los de adentro.La Ciudad no puede tener más de un candidato del PRO, porque eso sería dividirnos y poner en riesgo la chance de continuar una gestión que comenzó con Mauricio, continúa con Horacio, y tiene que seguir mejorando”, le dijo a Radio Perfil.

En el entorno del ministro de Gobierno son conscientes de que no cayó bien en las filas del ‘Larretismo’ su acercamiento explícito a Patricia Bullrich. Y la ecuación en las filas del jefe de Gobierno tiene su lógica: le dieron la bienvenida a Jorge Macri a la Ciudad con un importante puesto de gestión y con espacio para mostrarse ante la clase media porteña. Pero del lado del pariente del expresidente también sostienen que su desembarco en CABA fue por una negociación de por medio para bajar sus pretensiones de ser el principal candidato en la provincia de Buenos Aires y dejarle el lugar a Diego Santilli.

“Si uno quiere tener un solo candidato tiene que tener el apoyo de todos, y en eso estoy”, dijo Jorge Macri, consciente de la pelea que tiene en frente. Otra fuente, más dura y de perfil halcón, le dijo a Data Clave que la sobrepoblación de candidatos es una factura política por el acercamiento del ministro de Gobierno con Patricia Bullrich.

Jorge Macri y Patricia Bullrich
Jorge Macri y Patricia Bullrich

"Estoy Tratando de que todos los referentes me apoyen, sumando también mi capacidad y mi experiencia de haber gestionado una ciudad, que, si bien es más chica, Vicente López tiene problemáticas similares a la Ciudad de Buenos Aires", expresó un Jorge Macri que está decidido a ser el candidato.

En cuanto a la competencia interna, todos los candidatos porteños van saliendo de la agenda habitual y empiezan a recorrer en traje de candidato. La primera es María Soledad Acuña. La titular de la cartera educativa, de las más combativas en el discurso contra el kirchnerismo, es una de las apuntadas por el alcalde de la Ciudad, quien le pidió explícitamente que levante el perfil y se muestre como una opción.

Fuentes cercanas a la ministra de Educación le dijeron a Data Clave que la intensidad de la campaña se verá a fines de febrero debido a que la funcionaria fue madre hace poco y está con una pequeña licencia desde lo presencial. En lo que respecta a su agenda marcan que en 2022 tuvo una serie de reuniones por fuera de los compromisos de Rodríguez Larreta y conversó con vecinos y jóvenes vinculados a la programación y la capacitación para las nuevas áreas de trabajo. Tuvo al menos tres reuniones por semana sobre esta temática.

Soledad Acuña es una de las personas de mayor confianza del jefe de Gobierno porteño. Trabajan juntos hace 25 años y es marcado su alineamiento con el proyecto presidencial. Aún así también se ve reflejada en la convivencia política y es una de las funcionarias que avala -y por momentos impulsa- la idea de que haya fórmulas cruzadas con el radicalismo. Desde su entorno reconocen el buen vínculo con Martín Lousteau, con quien compartió una serie de eventos educativos en la Ciudad.

El otro candidato por el que se espera mucha actividad política a principios de febrero es Fernán Quirós, la espada de Rodríguez Larreta en el combate contra la pandemia del Coronavirus. Amigo de Ginés González García y con un perfil extremadamente técnico, el ministro de Salud decidió tirarse a la pileta y meterse en el barro de la política, algo que, según reconocen desde su entrono, le costó tiempo asimilarse como un candidato.

La ventaja que tiene Quirós es su virginidad política y sus primeras armas en la función pública. Es respetado por oficialistas y opositores. Incluso, es el candidato que elogió de sobremanera la propia Elisa Carrió, dirigente a la que casi nunca se le escapan reconocimientos públicos.

La interna en la Ciudad de Buenos Aires irá tomando temperatura en el mes de febrero, cuando todos los candidatos regresen de lleno a la función y dejen a un costado las recorridas por las playas de la costa bonaerense. Pero hay algo claro en todo esto: la idea de que uno solo se sobreponga al resto sin PASO de por medio será una tarea que llevará hectolitros de café y mucha rosca de por medio.