En horas de la noche del domingo se conoció el fallo de la Cámara de Apelaciones porteña, por el cual ordenó a la ciudad de Buenos Aires que garantice las clases presenciales. Esta resolución cambió el panorama educativo por completo, pero también el político. 

El tribunal ordenó al Gobierno de la Ciudad que garantice las clases en las escuelas este lunes, pese al DNU del gobierno nacional que suspendió las clases presenciales hasta fin de mes para frenar los contagios por el coronavirus.

En el fallo en cuestión, la Cámara señala que "la naturaleza de los derechos
fundamentales en juego y la urgencia de la pretensión dirigida a resolver la suspensión
de un DNU nacional cuya vigencia comienza a operar a partir del día de mañana, lunes
19 de abril, y que involucra a todos los menores de edad que asisten a clases en el
ámbito de la Ciudad, sus padres y cuerpo docente, hacen imposible aguardar el tiempo
que demandaría cumplir con los pasos procesales establecidos por el Código de rito".

En otro apartado del texti, se establece que "el Decreto sancionado por el Poder Ejecutivo nacional, en su artículo 2°, párrafo tercero, vulneraría en forma directa la autonomía de
 la Ciudad de Buenos Aires y su poder de policía, respecto de materias específicamente
locales, como es el derecho a la educación".

Asimismo, el fallo apunta que "en la misma línea que el dictamen fiscal, entendemos que lo hasta aquí dicho resulta a todas luces suficiente para hacer lugar a la medida cautelar. No obstante, y en cumplimiento del art. 6° de la CCABA que impone un mandato expreso a las autoridades permanente e irrenunciable para garantizar la plena vigencia de la autonomía de la Ciudad consideramos que la normativa constituye un avasallamiento de la autonomía porteña".

Y agrega: "Dada la dinámica del contexto sanitario, resulta pertinente que el Gobierno de la Ciudad presente un informe durante el viernes próximo sobre la evolución de la situación epidemiológica".