En el medio de la mudanza de dirigentes del PRO a La Libertad Avanza, el expresidente de la Nación y máximo dirigente del partido, Mauricio Macri, no cede ante las presiones del Gobierno y amaga con una candidatura para las elecciones legislativas de este año.

Lo que eran apenas rumores de dirigentes se transformó en una realidad: una buena parte de políticos del partido amarillo se mudan al partido libertario para acomodarse de cara a los próximos comicios.

El caso más claro es el del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, un amigo personal de Javier Milei que entiende que el PRO necesita una renovación que hoy encabeza el oficialismo.

Valenzuela venía mostrando señales de cercanía con el espacio libertario desde hace meses. Ayer, por ejemplo, compartió una imagen en redes sociales de una figura de Milei con una motosierra sobre un escritorio del Ministerio de Economía, junto al mensaje: “De una manera muy didáctica, te recuerdan que la prioridad es el déficit cero”.

X de Diego Valenzuela

Pero esto no lo frena a Macri, que incluso desde su entorno reconocen que analiza en ser candidato para las elecciones. “Estuve con él ayer hablando hasta las 11 de la noche. Lo tiene que pensar, de hecho, lo está pensando”, aseguró el diputado nacional Martín Yeza, persona de su máxima confianza.

El legislador, en diálogo con Radio Rivadavia, sostuvo que “hay una materia prima en el interior del Pro que no se va a rendir y no se va a acabar, los que quieren ver muerto al PRO van a tener que comer pochoclo”.

Somos una bancada de 38 diputados, tenemos gobernadores, hay gente muy valiosa del PRO en muchos lugares del país y es parte del valor fenomenal que vino a aportar Mauricio Macri a la política argentina”, señaló.

A su vez, recordó de modo elogioso que al día siguiente de las elecciones Mauricio podría no haberle dicho nada a Javier (Milei) y mirar para el costado o irse de viaje, pero no, le dio su apoyo a cambio de nada”.

El antecedente del peronismo con Cristina Kirchner como protagonista

No es la primera vez que en un partido entra en un proceso de depuración, como lo explicó el diputado Yeza. Esta experiencia la vivió en numerosas oportunidades el peronismo, desde la interna Menem-Cafiero hasta la pelea entre Nestor Kirchner con el “Menemismo” y su antecesor Eduardo Duhalde.

Pero la experiencia más moderna tuvo como protagonista a Cristina Fernández de Kirchner. La expresidenta, una vez cumplido su mandato en 2015, no se bajó del ring político y decidió lanzarse como primera candidata a senadora nacional por la provincia de Buenos Aires.

La lectura del camporismo de esa época era que ningún dirigente simplificaba la identidad del peronismo como lo hacía su jefa política. Esto generó divisiones en el Justicialismo de “centro”, que planteaba una alternativa moderada y con un discurso más amplio hacia otros sectores políticos.

"Van a tener que comer pochoclo": Macri no se baja y amaga con su candidatura legislativa

Las diferencias entre los espacios hicieron que existieran tres listas del peronismo: Cristina Kircuner por “Unidad Ciudadana”, Sergio Massa por “1 País” y Florencio Randazzo por el “Frente Justicialista Cumplir”.

Pese a la victoria de la expresidenta en las PASO (ganó por poco más de 20.000 votos), las elecciones generales le dieron un cachetazo al peronismo. Esteban Bullrich, candidato de Juntos por el Cambio, ganó en ese distrito con el 41,38% de los votos. El kirchnerismo quedó en segundo lugar, con 37,25%. Por su parte, Massa sacó el 11,32% y Randazzo el 5,31%.

"Faltó coraje para decir en público lo que repiten por lo bajo", fue la síntesis que hizo Juan Manuel Abal Medina, exjefe de Gabinete kirchnerista y luego candidato por el frente Cumplir que pidió hasta el final una gran PASO peronista para encontrar una síntesis.

En el Gobierno no quieren correr ese riesgo y saben que una división con el PRO podría beneficiar electoralmente al peronismo. De hecho, el entendimiento post PASO de 2023 fue clave para que el actual oficialismo se impusiera en las elecciones ante un Massa que cosechaba las mieles de un peronismo unido. ¿Habrá fusión LLA-PRO?