La jueza María Eugenia Capuchetti procesó a Fernando Sabag Montiel y a Brenda Uliarte al considerarlos responsables del intento de homicidio a Cristina Fernández de Kirchner.

De acuerdo a la resolución que firmó la magistrada, los dos implicados fueron procesados por el delito de “homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, alevosía y el concurso premeditado de dos o más personas, en grado de tentativa”. Además, fijó un embargo de 100 millones de pesos a cada uno.

Además del intento de asesinato, se los procesó por una serie de delitos: “portación de arma de guerra sin la debida autorización legal; receptación, a sabiendas de su procedencia ilegítima de un arma de fuego, agravado por provenir de un delito cuya pena es mayor a tres años; acopio de municiones sin la debida autorización legal; tenencia ilegítima de DNI ajeno y falsificación de documento público”.

“Si bien fue Sabag Montiel quien utilizó el arma de fuego contra la víctima, lo cierto es que Uliarte también tuvo activa participación en la ejecución del hecho, en el cual estaba presente a escasos metros de lo ocurrido, brindando el apoyo logístico y moral para su realización”, remarcó la jueza en el fallo. Es decir, consideró que si bien el hombre de 35 años fue el que materialmente empuñó el arma contra la ex presidenta, la joven de 23 colaboró de manera activa en el plan.

“Actuaron con el dolo homicida, siendo que aquel designio quedó en evidencia también en los mensajes que intercambiaron previo al hecho donde expresamente hicieron referencia a la voluntad de matar a Cristina Fernández de Kirchner”, puntualizó la magistrada.

Las defensas podrán cuestionar los términos de la resolución, con lo que la causa en ese momento pasará a estudio de la Cámara Federal.

Cabe resaltar que la magistrada aún tiene pendiente de resolución las situaciones procesales de la amiga de Uliarte y de Martín Castillo, el dueño de la máquina de copitos.  Con respecto a Agustina Díaz, la chica a la que Brenda tenía agendada como “amor de mi vida”, lo que la vinculó a la causa fueron los mensajes encontrados que daban cuenta del conocimiento que tenía de la maniobra.