No es candidato, ni es bonaerense. Sin embargo, Horacio Rodríguez Larreta tiene en claro que si quiere aspirar a la presidencia en 2023 tiene que aprovechar el actual envión que arrojaron los resultados de las PASO. Y en ese camino, se encuentra. Con la clara intención de poner ambos pies en territorio ajeno para hacer crecer su nombre a partir de un contacto directo con los vecinos.

Luego de visitar varios distritos lindantes con la Capital Federal, Larreta tomó la decisión de pegar un salto de mayor distancia para poder empezar a darse a conocer en algunos municipios donde su nombre todavía no tiene un conocimiento comparable con el del Conurbano.

De esta manera, el jefe de Gobierno porteño volvió a quitarse el traje de intendente de CABA para ponerse al frente de la campaña que busca llevar a su alfil, Diego Santilli, al Congreso pero que también tiene como objetivo primario sentar las bases rumbo al 2023.

Es por esto que hoy llegó a Junín, donde gobierna Pablo Petrecca, intendente de clara cercanía con Jorge Macri. Lo que se dice un territorio de “halcones”, en esa batalla PRO entre los moderados, como les gusta mostrarse al larretismo (en su rol de palomas) y su futura rival interna, Patricia Bullrich.

Allí Larreta se reunió con comerciantes y sectores productivos. No estuvo solo. Quien ofició de nexo fue el referente peronista del radicalismo bonaerense, Emilio Monzó. Nombre fuerte en la cuarta sección electoral.

“Es una visita que le suma a todos. Incluso al propio Larreta. Si sus planes a futuro contemplan al peronismo, la figura de Emilio es muy respetada por estos pagos”, le dijo a Data Clave un dirigente cercano al expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación.

Larreta llegó a Junín dos semanas después de la visita de Santilli, quien volverá la semana que viene. No es casualidad. En la cuarta sección, la oposición se juega una elección de peso en lo que refiere a la Legislatura bonaerense. Y es por eso que Juntos refuerza al máximo el plan para contener los votos de las PASO con muestra de unidad y así asegurarse la ventaja que le provocaría al gobernador Axel Kicillof un fuerte dolor de cabeza por no poder alcanzar la gobernabilidad necesaria al contar con el Senado en contra.

Para noviembre, Santilli volverá de la mano de Facundo Manes para, en la misma línea, mostrar unidad e intentar sostener el voto radical de cara a la votación del 14.

Es por eso que Larreta aprovecha cada invitación. El temor a que se desdoble el voto es la principal preocupación interna. El jefe de Gobierno porteño viene de pasar por Lomas de Zamora y La Matanza, entre otros distritos. En este último sufrió un escrache. La Matanza es peronista” y “Vendepatria”, son algunos de los gritos que se escucharon durante su visita a la feria del barrio Oro Verde, en Virrey del Pino.

Claro. Como era de esperar, ahora desde el Frente de Todos porteño analizan de qué manera “pinchar” al jefe de Gobierno por el “abandono constante” que tiene para con la Ciudad sin ni siquiera ser candidato y “fuera del territorio para el que lo eligieron los vecinos”.