El próximo 24 de junio cerrarán las listas y, los más probable, es que recién para esa fecha se pueda saber con exactitud de qué manera saldrán a competir los principales frentes electorales en la provincia de Buenos Aires. Lo que de seguro ya se puede anticipar como parte de una realidad que se repite en cada uno de estos eventos es que una vez que comience un nuevo día habrá un tendal de heridos.

Durante el acto del pasado sábado en Ensenada, los dirigentes cercanos a Alberto Fernández dejaron en claro que para democratizar el PJ y construir la mejor alternativa posible hay que utilizar las PASO, un sistema que el peronismo, pero sobre todo el kirchnerismo, viene evitando desde hace bastante tiempo a la expectativa de lo que direccione la líder natural del movimiento, Cristina Fernández de Kirchner.

Lo cierto es que tras el renunciamiento del Presidente, se abrió una nueva batalla interna en la que se pone en juego el reordenamiento del frente electoral de cara a lo que serán los próximos comicios y con el corte del armado de nóminas como imagen final de un pintura que hoy todavía luce borrosa.

La presencia de CFK en La Plata, el próximo jueves, renueva las esperanzas de quienes todavía claman por su presencia en las listas con el fin de traccionar el voto descendente. La expectativa es alta. Y pese a que aseguran que no se expondrán definiciones sí será la oportunidad para que la expresidenta exponga su pensamiento tras la baja de Alberto y lo que viene en materia de candidatos.

Se sabe, Cristina tiene la lapicera. Pero hoy el albertismo abre la opción de unas PASO en la Provincia y pide por primarias en todos los distritos donde haya alguien que quiera presentarse. Claro, los intendentes no recibieron bien la novedad. Buscan asegurarse de no tener una contienda interna.

Sin embargo, todo se resolverá sobre el filo, como marca la historia en los últimos años del peronismo más allá de lo que fue aquella jugada de mayo del 2019 cuando la propia CFK anunció a Fernández como el candidato de la unidad.

Hoy las distintas corrientes internas del Frente de Todos están a la expectativa de cómo podrían acomodarse ante una eventual PASO nacional y, en consecuencia, con lo que vaya bajando a nivel provincial y distrital. Sucede que si finalmente se refuerza la alianza entre el kirchnerismo duro y el Frente Renovador, con el ministro de Economía, Sergio Massa, como candidato presidencial lo que queda por ver es qué impacto tendrá eso en los distritos donde varios dirigentes buscan subirse a la figura del funcionario nacional.

Nosotros ya dejamos en claro desde hace rato que lo mejor que tiene el nuestro frente para proponer es a Sergio para la presidencia y Axel para gobernador. Después hay muchos compañeros que piden pista pero todo se tiene que charlar”, le dice a Data Clave un dirigente bonaerense del massismo. Casos como el de Tigre, donde Malena Galmarini va por todo por la intendencia son el ejemplo de una puja que podría comenzar.

Del otro lado del espejo

La discusión interna no es solo propiedad intelectual del peronismo. En Juntos hoy las diferencias son claras. Sin embargo, la distancia parece ser más amplia hacia adentro de los dos principales partidos que componen la coalición opositora: el PRO y la UCR. De hecho, los acuerdos de parte entre el radicalismo y el partido amarillo están más aceitados que la puja partidaria.

Así las cosas hoy los intendentes de la oposición tienen dos realidades diferentes: mientras que en el radicalismo no se discute la representatividad de los jefes comunales, en el PRO todavía se evalúa la posibilidad de que los alcaldes deban enfrentar una interna. Se trata, en concreto, del resultado residual de la puja nacional. De todo lo que derrama desde arriba y que convierte al municipio en uno de los tesoros más pretendidos.

A dos meses del cierre de listas, la pelea es grande. Y como Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich no ceden, sus referentes provinciales y municipales tampoco lo hacen. Pese a que se intenta bajar la intensidad todavía no se pudo. Y desde abajo reclaman soluciones urgentes. 

Diego Santilli y Cristian Ritondo aparecen como los candidatos más firmes para dar una batalla que meses atrás parecía imposible y que hoy tiene mucho de realidad. Eso sí, más allá de las presiones, los alcaldes quieren evitar la sangría de la boleta de arriba y de la del medio para poder ir como candidatos únicos.