El recientemente electo secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Abel Furlán, señaló este martes que “al Presidente le tiene que ir bien porque si eso sucede le va a ir bien a todos los trabajadores”. Fue secretario de Prensa y también de Organización durante la era de Antonio Caló y entre el 2015 y hasta 2019 ocupó una banca de diputado nacional por el Frente para la Victoria donde afianzó su vínculo con el kirchnerismo y donde comenzó su rivalidad con el ex titular del gremio.

Sobre el acto que motivó su asunción al frente del sindicato, apuntó: “Fue un mensaje de democracia sindical, de hacer uso de esto cada cuatro años que nos permite nuestro estatuto, que en esta ocasión fue un poco más largo por la pandemia. Eso ha dado como resultado cambios que van a ser usados en beneficio de la organización”.

Consultado por las internas en el Frente de Todos, Furlán evitó polémicas y aseguró que “la UOM tiene una tradición enorme y una historia que no va a cambiar más allá de las autoridades”.

Y agregó: "Se produjo un cambio en nuestra organización y eso hace que tengamos la responsabilidad de conducirla por cuatro años, con la esperanza de estar cumpliendo con nuestro compromiso, que es la defensa de los derechos de los trabajadores y los intereses de nuestra patria”.

Respecto al nuevo cuerpo de la UOM, sostuvo que “se van a encontrar una organización sindical dispuesta a defender un modelo industrial y de desarrollo, que defienda a los trabajadores y alcance la felicidad de nuestra gente”.

Desde adentro de la organización le reprochan a Caló su apoyó al presidente Alberto Fernández en los últimos meses, lo que generó que un grupo de dirigentes comenzara a juntar votos para apuntalar a Furlán. Al ver que no contaba con la mayoría necesaria para seguir en el cargo, Caló decidió dar un paso al costado y no se presentó a la elección.

Furlán será secundado en la conducción por Naldo Brunelli, titular de la Seccional San Nicolás, un histórico dirigente que se mantiene en su cargo en la seccional desde 1973. Furlán consiguió hacerse con la mayoría de los 290 electores que estaban habilitados para votar en el congreso metalúrgico.