“Me parece una barbaridad que mande un proyecto así al Congreso", dijo a Radio Dos de Corrientes la diputada Sofia Brambilla (PRO) que votó a favor una propuesta muy similar en épocas del gobierno de Cambiemos. 

La legisladora sostuvo que incluir este debate en medio de una pandemia y una crisis económica profunda "es una bola de humo para evitar hablar de los temas más grave". Con esta explicación adelantó su rechazo no sólo al debate que propone el Ejecutivo sino que confirmó que su voto positivo se teñirá de celeste si llegara al recinto.

Una semana antes, la chaqueña Aida Ayala (UCR), había adelantado también su cambio de postura. “Ya dije que no voy a acompañar. El pueblo del Chaco se levantó en contra. Las instituciones me hicieron llegar el mensaje”, dijo la diputada y confirmó su rechazo al proyecto.

No son pocos los que piensan que este tipo de argumento puede expandirse en aquellos diputados que apuntan al gobierno en cuanto tema pase por el recinto. “Esperamos que haya muchos que crean que no es el momento para justificar un cambio de postura”, dijeron en off desde un sector en contra del proyecto.

En el sector que milita la aprobación en Juntos por el Cambio la noticia sorprendió. No se esperaban declaraciones así de diputadas que habían votado a favor. Tomaron nota y aseguraron que van a reforzar el debate interno. “En nuestro Interbloque la posición es libertad de conciencia así que cada uno puede votar lo que crea mejor”,  recordaron.

Sin embargo, el ala verde de la oposición sabe que debe reforzar el debate interno para no sufrir filtraciones. A algunos les cuesta imaginar que diputados con un perfil alto contra el gobierno puedan servir con su voto positivo la sanción de una ley que podría ser una bandera del propio Alberto Fernández. Por eso, se piensan alternativas para no dejar que esta posibilidad avance.

El sector de la oposición que impulsa la sanción del proyecto pretende sostener los votos positivos cosechados en 2018. “Vamos a mantener el debate en la comisión y trataremos de llevar conciencia de las prioridades de la sociedad”, dicen. Contra el argumento de los tiempos, ya tienen una estrategia discursiva. “Los abortos clandestinos existen y en pandemia han sido una calamidad, agravada por las escuelas cerradas y la violencia a la que siguen sometidas muchas mujeres en el país”, sentenciaron.

Los votos afirmativos confirmados superan ampliamente los 120 escaños en la Cámara baja mientras que los negativos apenas los 100. El resto, unos 20 legisladores indefinidos, serán los que definan la elección. La ventaja que mantiene hasta ahora el sector “verde” no es despreciable y denota cierta comodidad a la hora de sumar indefinidos. 

La diferencia en el poroteo previo en Diputados sigue siendo favorable con un margen considerable para los votos positivos. Aun con este contexto, los que abogan por el aborto legal levantan la guardia y no quieren correr ningún riesgo en la Cámara que supo darle media sanción al proyecto.