La disputa bonaerense entre Diego Santilli y Facundo Manes gana fuerza a medida que se acercan las PASO. Los cruces entre ambos espacios se acrecientan y la incógnita de muchos dirigentes pasa por saber cómo sanarán las heridas tras una campaña en la que ambos armados se disputan, en concreto, la representatividad territorial.

En ese marco, la Legislatura bonaerens es uno de los grandes frentes de batalla fuera de los focos nacionales del Congreso. Y allí, justamente, dos dirigentes opositores lograron consignar un espacio político que, en su momento, se diferenció del bloque de Juntos por el Cambio y, en consecuencia, lo debilitó en la Cámara baja provincial.

Con Cambio Federal, nombre del bloque, el intendente de San Isidro, Gustavo Posse, y el expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, unieron fuerzas y tras la fuerte derrota del macrismo y del vidalismo en la Provincia y el mismísimo 9 de diciembre, horas antes de la jura de los nuevos diputados, lanzaron su bancada conjunta de cinco legisladores.

La estrategia de Cambio Federal casi siempre fue la misma: seguir siendo oposición pero buscar el diálogo con la Provincia. De esa manera los acuerdos entre el FDT y JXC se acercaron muchas veces a lo propuesto en primera instancia por el nuevo bloque, algo que también despertó la bronca del principal bloque opositor que varias veces intentó desligarse de la idea de interbloque y hasta fueron acusados de “romper el bloque con la clara intención de dañar”.

En concreto, Walter Carusso, Fernando Pérez, Martín Domínguez Yelpo y Guillermo Bardón, los dos primeros en representación de Posse y los otros dos por Monzó, armaron un espacio al que diez días después se les sumó María Elena Torresi, dirigente peronista de Lomas de Zamora. De ellos solo dos tienen asegurada la continuidad por haber sido electos en 2019: Carusso y Martínez Yelpo.

Los cinco integrantes de Cambio Federal
Los cinco integrantes de Cambio Federal

Lo que no queda claro ahora es qué va a pasar en los próximos cuatro meses con un bloque, hasta el cambio de mandato, que en la actualidad tiene a dos sus máximos referentes compitiendo o acompañando a listas que enfrentadas.

Sucede que, tras la derrota en la interna radical por el comité provincial, Posse decidió no acompañar a la UCR de Manes y acordó con Diego Santilli para que sus dirigentes tengan representación en sus listas. Mientras que, como si se tratara de un trabalenguas, el peronista Monzó sí pactó con los boinas blancas y compite en la tercera colocación rumbo al Congreso, además de posicionar hombres de su riñón en lugares claves de la lista.

Ahora todos estamos concentrados en la campaña. Pero las elecciones ordenan. Y el que gana, ordena”, le dijo a este medio un dirigente que responde a Posse. Lo cierto es que, se sabe, los resultados de las PASO marcarán una tendencia que no será definitiva a la hora de cerrar posiciones más allá de las estructuras nacionales. Posse y Monzó lo tienen en claro. Saben que son actores importantes, pero con más peso territorial que ante las cámaras. Y, de esa manera, se seguirán moviendo una vez que la votación dé un ganador.

Hoy tenemos a Posse con nosotros, mañana no lo sabemos. Es un aporte tan necesario como peligroso. Si después se corta solo será parte de una coherencia”, le dice a Data Clave un candidato a diputado nacional del PRO bonaerense. No pasa algo distinto del lado de la UCR. “Son acuerdos electorales que tienen como fin sostenerse. No podemos ser una opción sincera si después no se sostiene. Pero entendemos que tanto De la Torre como Monzó tienen sus propias aspiraciones”.