El mani pulite santafesino que se inició en 2020 sigue avanzando. Pese a trabas políticas, las investigaciones judiciales acumulan funcionarios de la Justicia y de las fuerzas de seguridad involucradas en distintas tramas de corrupción, entre otros delitos. 

Este jueves, la novedad es que tres oficiales superiores de la policía de San Lorenzo fueron acusados este jueves de diseñar y concretar una maniobra de manipulación de pruebas para encubrir al comisario Sergio di Franco, acusado de asesinar de un balazo a un conductor. 

Los jefes policiales en cuestión son Daniel Quintana, Gustavo Spoletti y Gonzalo Paz. El delito que se les imputa es el de incumplimiento de los deberes de funcionario público y encubrimiento agravado. Una pena excarcelable pero que, otra vez, revela la fragilidad de las fuerzas de seguridad santafesina. 

En este caso puntual se investigó la alteración de pruebas que existió en el asesinato de Juan Cruz Vitali, ocurrido el 12 de mayo del 2019 en Capitán Bermudez, durante un control policial. Los oficiales en cuestión lograron que la causa se tramite como un accidente mientras el comisario Di Franco “empuñaba su arma”, lo que logró aliviar la pena contra el asesino.

Pero en la investigación que derivó en la acusación contra estos tres oficiales se demostró otra vez los vínculos espurios con la política. 

Según la investigación, llevada adelante por los fiscales Luis Schiappa Pietra y Matías Edery, se reveló que mientras Spoletti coordinaba el encubrimiento con Paz, se había comunicado con el exfiscal Gustavo Ponce Asahad, al cual lo encontró a través del senador provincial por San Lorenzo, Armando Traferri. 

Acá aparecen dos figuras ya conocidas en la novela del mani pulite santafesino. Ponce Asahad hoy está preso por ser parte de la trama de una organización de juego ilegal. Y en sus declaraciones en sede judicial, aseguró que Traferri está vinculado con la red de juego clandestino de Los Monos. 

Siguen entonces, las revelaciones de un sistema corrompido, esta vez, en una causa ajena a las investigaciones por la red de juego clandestino, que desató en su momento el “mani pulite santafesino”.