“No tengo muy claro cómo va a terminar siendo la política exterior de Biden, pero descarto que será mejor que la de Trump. Básicamente porque la de Trump fue una gestión de intervención fuerte, muy fuerte”, declaró el presidente Alberto Fernández en diálogo con el político chileno Marco Enríquez-Ominami, líder del partido progresista y miembro del Grupo de Puebla; y amigo personal del mandatario argentino.

Entre las críticas a la gestión de Trump, Alberto Fernández incluyó la intervención en la OEA, que a través de Luis Almagro “anuló las elecciones en Bolivia (de 2019)”, y “la forma en la que intervino el BID con un hombre de su extrema confianza (Maurice Claver Carone), que como director de Estados Unidos en el FMI  reconoció que resolvieron prestarle a Argentina más de US$50.000 millones para que Macri no pierda las elecciones”. 

También cuestionó la forma en la cual el gobierno de Trump se manejó con Venezuela, con los bloqueos e “inventando presidentes itinerantes que andan por el mundo llamándose presidentes de Venezuela”, en clara referencia a Juan Guaidó. “Es muy difícil que un gobierno norteamericano pueda poner más en riesgo el vínculo con América Latina que como lo hizo Trump”, sentenció.

“Había un diagnóstico que decía que durante la gestión Trump, América Latina se había vuelto un continente conservador. Pero cuando la gente tuvo oportunidad de expresarse, cambió rotundamente. Pasó en Argentina, en Bolivia, en Chile con el referéndum, los resultados de Brasil del domingo son otro ejemplo, en Ecuador está la posibilidad de que el partido de Correa vuelva a ganar las elecciones”, analizó Alberto, y sintetizó que "hay una mirada diferente en el continente después de la experiencia conservadora que tuvo un gran paraguas protector que fueron los Estados Unidos de Trump”.

Fue moderado respecto a la crisis política que atraviesa Perú. Argentina aún no ha emitido opinión oficial a través de Cancillería. No reconoció a Manuel Merino en los 6 días que ejerció la presidencia, y tampoco lo hizo aún con Francisco Sagasti. Se limitó a analizar que en ese país “hay una crisis de partidos desde hace mucho tiempo, los últimos presidentes de Perú están procesados o en prisión. El único que no está procesado o en prisión se suicidó, que es Alán García”.