La posibilidad latente de que Argentina pueda sufrir durante este invierno la falta de gas, motivó una serie de negociaciones por parte de las más altas esferas del gobierno, con el objetivo primordial de garantizar el vital fluido energético para los hogares y las industrias de todo el país. A tal efecto, el trabajo mancomunado que llevaron adelante funcionarios de diversas áreas del gabinete -incluidos diplomáticos y hasta el propio Alberto Fernández- obtuvo los resultados esperados.

"Este próximo jueves el presidente Luis Arce está viajando a Buenos Aires para reunirse con nuestro presidente y avanzar en un entendimiento que permita a la Argentina tener garantizada la provisión de gas", le dijo a Data Clave el embajador en Bolivia Ariel Basteiro. "Estamos muy cerca de suscribir el acuerdo que nos permitiría incrementar sensiblemente la cantidad de metros cúbicos que llegan del norte", completó el funcionario de la Cancillería.

Por su parte, desde La Paz, la viceministra de Comunicación Gabriela Alcón, confirmó que Arce viajará la madrugada del jueves 7 de abril hacia Buenos Aires para reunirse con Fernández. La funcionaria sostuvo que ambos mandatarios abordarán en su reunión "temas de interés mutuo de ambos Estados", aunque no precisó cuáles serían  y señaló que se darán a conocer "en su debido momento", ya que actualmente las agendas se están "manejando a nivel de las carteras de Estado".

Alberto Fernández pasó de nafta a GNC y se puso al frente de la negociación por el gas boliviano

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Fuentes con acceso a los principales despachos del Palacio San Martín confirmaron a este portal que durante la reunión se llevará a cabo una negociación para contar con una mayor provisión de gas natural cuando por estas latitudes imperen los fríos invernales. El acuerdo que podrían cerrar los presidentes esta semana prevé un envío de entre 16 y 18 millones de metros cúbicos por día, que equivale a una mejora en torno al 20% promedio frente a lo que el país recibió en 2021, y 30% mayor que en 2020.

"La idea de esta primera visita de Arce a Buenos Aires es concluir las negociaciones por el contrato de venta de gas, que están paralizadas desde diciembre tras el vencimiento de la quinta adenda al contrato original firmado en 2006 y las dificultades de Bolivia para cumplir el acuerdo por la falta de inversión exploración y mantenimiento de los pozos durante el gobierno de facto de Jeanine Añez", explicó otro funcionario del sector energético

Para Basteiro, el entendimiento entre las empresas Integración Energética Argentina (Ieasa) y Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) "se empezó a acelerar con el encuentro de los presidentes en Chile", en ocasión de la asunción del mandatario trasandino Gabriel Boric. A cambio de esta provisión estratégica Bolivia le pide a la Argentina garantizar los envíos de trigo para la producción local de harina y mantener los niveles históricos que requiere el mercado boliviano.

"Bolivia sabe que Argentina es un país aliado y amigo, y la relación entre ambos presidentes fue determinante para conseguir un acuerdo", remarcó el embajador al destacar que a partir de este entendimiento Argentina "tendría garantías de provisión de gas en el invierno" y permitiría reducir la necesidad de importar a través de buques gasíferos Gas Natural Licuado (GNL).

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La Argentina estaba pagando u$s8 por millón de BTU y si bien el contrato reconocerá un incremento producto de la fórmula de cálculo vigente entre las dos partes "será sustancialmente muy inferior a los valores que habría que pagar si en lugar de contar con ese gas hubiera que importar combustibles líquidos o Gas Natural Licuado", que en la actualidad se ubica en torno a u$s40.

Para este invierno, la Secretaría de Energía estimó que de mayo a septiembre, el gas nacional representará 73% de la demanda, el 9% se importará desde Bolivia, y el 18% restante corresponderá a compras de GNL.

Paralelamente, los representantes de ambas naciones también trabajan en la posibilidad de cerrar un acuerdo para el desarrollo de un centro de investigación binacional en torno a la producción del litio, mineral que los dos países pretenden desarrollar para atender la demanda de almacenamiento de energía.