Estas vez, sí. En el espacio que tiene como cabezas de serie al exgobernador de Salta Juan Manuel Urtubey y al mandatario saliente de Córdoba, Juan “El Gringo” Schiaretti, están convencidos de que puede ser este año. Que el 2023 se convierta en la bisagra para que pueda surgir una nuevo peronismo no kirchnerista en condiciones de llegar a la presidencia.

Quienes trabajan en el armado al lado del salteño hacen el siguiente razonamiento: “Cuando fue el 2015 hubo un sector de la población que quería ver que pasaba con Macri y fue un desastre. En 2019 también se le dio un crédito a un presidente elegido por Cristina y también fue un desastre. Ahora puede ser la oportunidad de volver a mostrar un peronismo que cree en la movilidad ascendente, en la justicia social, en los valores tradicionales del peronismo”, dice el operador.

"Lo que queremos es ofrecer una alternativa que le permita a los argentinos pasar por arriba esto que detiene a la Argentina. La confrontación permanente es la lógica de poder que comparten Juntos por el Cambio (JxC) y el Frente de Todos (FdT) y le está haciendo mucho daño al país", lo explica Urtubey en declaraciones radiales.

En este nuevo espacio se descarta que la tercera opción en las próximas elecciones pueda ser el mediático Javier Milei. Se lo considera un personaje muy anclado en la ciudad de Buenos Aires, aunque se le reconoce que está trabajando en el armado de alianza en todo el país para contar con una estructura nacional que lo respalde.

Esta vez creen que puede ser, porque entienden que se aprendió de las experiencias anteriores. Por ejemplo de la más reciente, la de 2019, cuando Urtubey armó alianza con Roberto Lavagna, quien a toda costa quería encabezar la fórmula presidencial. El salteño fue como candidato a vice, sin internas. Y el resultado fue muy escaso en votos y en volumen político.

Y también se rescata lo que ocurrió con Alternativa Federal, el espacio que surgió en septiembre de 2018, con mayor volumen político, pero que no se llegó a consolidar y se terminó desgajando con migraciones hacia los otros dos espacios mayoritarios. Sergio Massa volvió al cristinismo y Miguel Ángel Pichetto fue el compañero de fórmula de Mauricio Macri.

Un cuarteto que no prosperó.
Un cuarteto que no prosperó.

Ahora se asegura que la fórmula para ganar “músculo” es a través de elecciones internas para todos los que se vayan a ir sumando en los próximos meses, cuando el tiempo de la definiciones se acerquen y empiecen a surgir heridos y desencantados tanto en el oficialismo como en la oposición. Ahí piensan salir a “cosechar”.

Dan por descontado que algunas gobernadores peronistas salientes o aun en ejercicio se pueden llegar a sumar, pero que no lo harán en forma temprana, mientras Alberto Fernández conserve la lapicera presidencial. ¿Para qué hacerlo ahora?, se preguntan.

Ya en Data Clave se mencionaron a otros dirigentes que forman parte del gran arco peronista que podrían encolumnarse detrás de Schiaretti y de Urtubey. Se considera que la señal que dio el cordobés de competir este año por el máximo cargo, puede generar un movimiento que recién se inicia. Se verá hasta donde podrá andar.