Si a mediados de julio alguno de los cientos de analistas y eruditos de la política argentina osaba vaticinar que la interna de Juntos iba a ser positiva y la lista de unidad del Frente de Todos los haría sucumbir ante sus rivales, lo habrían tildado al menos de aventurado. Pero una vez más, la realidad destronó a las encuestas y a los boca de urna. La soberanía popular pudo más que la épica del gobierno y dio su veredicto. 

En ese río revuelto, el mejor pescador, naturalmente, estuvo en la oposición. Con el diario del lunes, la presión del Jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta para que Diego Santilli juegue en provincia y María Eugenia Vidal en la ciudad de Buenos Aires, rindió sus frutos. Y claro, también el esfuerzo del radicalismo para que el neurocientífico Facundo Manes aceptara el convite de dar el salto a la política y dar la pelea en territorio bonaerense.

La interna -aún con los chispazos del caso- fortaleció a la coalición opositora. Y eso se dio en dos planos: por un lado, la construcción de fuerzas de uno y otro lado, donde jugaron (y juegan) sectores del peronismo y partidos de corte progresista; y por otro, el volumen propio de competir en primarias, que motivó a actores extrapartidarios a sumarse a la compulsa. 

La victoria terminó de pincelar la estrategia. Hasta el triunfo con claridad del PRO fue bien recibido en el radicalismo, que superó las expectativas de propios y ajenos y los metió de nuevo en la discusión grande. Ahora, es momento de encajar la piezas en el rompecabezas y tirar todos juntos hacia adelante. Por convicción y por contraste, del otro lado afloraron las diferencias y quedó un manto de duda en el gobierno. Si no pierden la brújula, tienen una chance grande de dar un golpe en noviembre que puede dejar secuelas de cara al 2023.

En este sentido, en Juntos ya están trabajando de cara a lo que viene. “Todavía no hay grandes definiciones de la campaña porque recién se hicieron las primeras reuniones virtuales de la mesa de campaña esta semana, ya con el radicalismo integrado. La semana que viene hay una reunión pautada en San Isidro, donde ya sí se van a ver personalmente. Allí se va a terminar de ver el resultado de la elección. Están haciendo mucho hincapié en la participación, para ver dónde hubo mayor y menor participación, en qué franja etaria y en qué sección”, apuntó a Data Clave una fuente del corazón de la campaña de Santilli.

La intención de la alianza opositora es clara: diagramar una estrategia conjunta, sin perder las singularidades y sentido de pertenencia. “A priori la idea es que Manes tenga la relevancia a la par de Santilli y que hagan actividades juntos, pero también por separado. Cada uno para fidelizar sus votantes pero que a la vez se muestren juntos. Incluso se planea que hagan notas juntos en medios de comunicación”, remarcaron desde el PRO.

Otra de las cosas que aún no está resuelta es la conformación de la lista, atada al escrutinio definitivo. En cualquier caso, esto solo definirá la cantidad final -que no es poca cosa- de nombres en la papeleta de uno y otro lado. Pero el punto es que no está en discusión la unidad. Los radicales están expectantes de llegar al tan ansiado 40%, pero en el PRO confían en que la UCR quedará más cerca del 35%.

Por el lado de Manes, desde su entorno señalaron a Data Clave que no hay nada definido aún, en especial porque el médico saltense se va para España en los próximos días a presentar su libro. No obstante, sí confirmaron a este medio que en Vicente López se reunirán el martes todos los jefes de campaña para empezar a coordinar una agenda. No confirmaron el horario de dicho encuentro, pero sí aseguraron su presencia.

Asimismo, desde las filas de la UCR bonaerense confiaron a Data Clave que Manes y Santilli "harán juntos las ciudades más importantes". Si bien cada uno reforzará sus zonas, en algunos puntos claves de la provincia es esencial mostrarse a la par con el fin de evitar fuga de voluntades de uno y otro lado.

Las expectativas de los radicales van más allá de este resurgimiento que se vivió en el marco de las PASO en la UCR. La incorporación de Manes al espacio les abrió una ventana al 2023 que hasta el momento parecía lejana. Si bien hay otros nombres de peso y con espalda como para encarar una campaña presidencial, la llegada de un outsider de renombre y buena imagen rejuveneció al partido y sus aspiraciones.

En este sentido, en las filas del radicalismo bonaerense ya planean un acto que le devuelva la mística al partido centenario. La locación elegida sería curiosamente un emblemático escenario del básquet porteño. Sí, el encuentro se llevaría a cabo a fines de octubre en la Ciudad de Buenos Aires. La idea es llamar la atención de los medios de comunicación y darle un vuelo nacional también a la gesta, que por supuesto contará con la presencia de los principales referentes radicales del país.