El peronismo es uno de los movimientos políticos más diversos, capaz de encauzar dentro de sus filas a sectores de izquierda y derecha por igual, todos bajo el ala del Partido Justicialista. Allí se encuentra parte de la receta de la supervivencia de la fuerza política a lo largo del tiempo. Claro que, esta particularidad es también un arma de doble filo: las diferencias domésticas se convierten rápido en ásperas internas. Y esto complica la convivencia puertas adentro y en ocasiones, con virulencia hacia afuera.

Y si hay una provincia con diferencias de larga data entre sus dirigentes es Río Negro. Allí, se dividen las aguas entre -al menos- dos sectores del justicialismo: por un lado, el que lidera el ministro de Justicia de la Nación, Martín Soria; mientras que en la vereda de enfrente se ubica el senador Martín Doñate, máximo referente de La Cámpora en la provincia. Su reyerta viene de hace tiempo y tiene de fondo una aspiración por la gobernación, más allá de claras disidencias al momento de construir liderazgos.

¿Qué pasó ahora? La actual conducción del PJ rionegrino responde a Doñate y la encarna el intendente de Lamarque, Sergio Hernández. O al menos, así era hasta hace poco más de dos semanas, cuando a raíz de un enojo por una alianza política, fue desbancado por el sector que lidera Soria. Descontentos por la conformación de “Nos Une Río Negro”, el tribunal de disciplina partidario suspendió al legislador nacional y a un grupo de intendentes y varios diputados provinciales. Tras las sanciones, el organismo quedó en manos de María Emilia Soria, hermana del ministro. Todo orquestado por el titular de la cartera judicial nacional.

“Lo que está pasando es que con la excusa de ‘Nos une Río Negro’, el sector de Doñate va camino a una alianza con (Alberto) Weretilneck. Y hay sectores del peronismo tanto autoridades como afiliados que no quieren eso”, confió a Data Clave una fuente cercana al sorismo. La acusación remite a la buena relación que han mostrado los senadores en el Congreso, con gestiones conjuntas. Hábil, el exgobernador sabe que su aceitado vínculo hace mella en la casa del PJ.

Alberto Weretilneck divide las aguas en el peronismo rionegrino.
Alberto Weretilneck divide las aguas en el peronismo rionegrino.

Y la acusación tiene un sustento: Weretilneck tiene una relación de larga data con el fundador del Frente Renovador y hoy ministro de Economía de la Nación, Sergio Massa. “Con Massa hablan seguido. Todo el tiempo. Weretilneck es socio político para negociar ambas cámaras. La relación viene de varios años atrás, cuando Alberto gobernador formalizó su apoyo a Massa en Tigre”, confió a Data Clave un colaborador del rionegrino, meses atrás.

No obstante, los suspendidos no se quedaron de brazos cruzados. Representantes del senador Martín Doñate se presentaron en los Tribunales Federales, a través de su apoderado Luciano Ruiz. Allí avanzaron en la recuperación del poder en el consejo partidario del PJ rionegrino, ya que las sanciones quedaron sin efecto. "El conflicto fue rotando de lo político a lo judicial. En esta toma de poder de María Emilia hicieron todo mal. De hecho se volvió para atrás judicialmente, no hay sanciones. Se desconoce todo lo actuado", revelaron desde las filas del senador a este medio.

En su defensa, dispararon con munición gruesa contra el Tribunal de disciplina: "Hicieron esta jugada con el tribunal de disciplina, que la votaron 3 personas, entre ellas Luciano Delgado, que trabaja en ANSES y es sorista; y la mamá de José Luis Berros, diputado provincial (también referenciado en Soria)". Y agregaron: "Fue algo histórico, porque es el mismo tribunal que tenía la sanción a Pichetto hace 4 años, cuando se fue con Macri y no lo trataron. Ahora expulsaron a un 70% del total de intendentes que tiene el PJ en la provincia. Una locura". 

Ahora, la confusión puertas adentro del Partido Justicialista es total. Virtualmente hay dos presidentes del partido, más allá de la resolución judicial: Soria y Hernández. Para una parte de los militantes la presidenta es la intendenta de General Roca, mientras que para el resto ese lugar lo ocupa el jefe comunal de Lamarque. 

Tiempos de crisis en el Partido Justicialista de Río Negro.
Tiempos de crisis en el Partido Justicialista de Río Negro.

La disputa por el 2023 como telón de fondo

Soria y Doñate son, además de archirrivales y máximos referentes del peronismo rionegrino, potenciales candidatos a gobernador. El funcionario nacional y exintendente de General Roca ya lo intentó en 2019 pero su mandato familiar -es hijo de Carlos Soria, exgobernador- quedó trunco, cuando perdió con claridad con la actual mandamás, Arabela Carreras. Por su parte, el senador es el número 1 de La Cámpora en la provincia y tiene llegada a CFK y Máximo Kirchner. 

Con el último movimiento político, sumando al Frente Renovador y las demás fuerzas disidentes, Doñate sumó músculo a su intentona por conducir los destinos de los rionegrinos. Esto no cayó bien en el sector del roquense, donde ya son varios los que buscan impulsar a una dirigente menos beligerante y en especial menos expuesta: su hermana, María Emilia. Es actual intendenta de General Roca y tiene rodaje, fue diputada nacional. Además, tiene mejor vínculo con el oficialismo.

En efecto, la denuncia de un acuerdo con Weretilneck se cimenta también en que se espera que él sea el candidato de Juntos Somos Río Negro en 2023. La estrategia de despegarse y apuntar a los rivales propios como aliados del adversario.