Pese a que desde el ejecutivo bonaerense se cansen de repetir que la única campaña en marcha es la de vacunación, lo cierto es que el gobernador Axel Kicillof puso en juego un dispositivo territorial que apunta a poder llegar a todos los distritos claves antes de las próximas elecciones. El objetivo, es claro: lograr revertir la actual situación en el senado bonaerense y obtener, de una vez por todas, la ansiada gobernabilidad.

Para lograrlo, el gobernador sacó a la cancha, o mejor dicho a la ruta, a la plana mayor de su gabinete para acompañarlo o encabezar una serie de inauguraciones o presentaciones de políticas que apuntan a mejorar la calidad de vida de los vecinos de cada distrito visitado. 

Es así que en las últimas semanas, los ministros comenzaron a sumar kilómetros para intentar dar el golpe de efecto que necesita el ejecutivo provincial para tener una Cámara alta que le permita poder desarrollar su plan de gobierno sin la necesidad de tener que negociar, con el desgaste público y privado que esto provoca.

Y es que en estas elecciones legislativas se renovará la mitad del Senado: 23 de las 46 bancas; de las cuales Juntos por el Cambio tiene a su favor 26, dejando solo 20 para el oficialismo.

Ajedrez político

En esta votación, la renovación de bancas en el Senado se dará en la primera sección electoral, donde Juntos por el Cambio tiene 5 legisladores por 3 del oficialismo; la cuarta (con Junín como cabecera), 5 para la oposición y 2 para el Frente de Todos; la quinta (con Mar del Plata como referencia), 3 a 2 arriba JXC; y la séptima (Olavarría), 3 a 0.

De esta manera, la oposición pone en juego 16 de sus bancas mientras que el FDT solo 7. Estos resultados exponen lo que fue la gran elección que hizo, en 2017, Juntos por el Cambio en la Provincia, algo que no pudo sostenerse durante los dos años siguientes y que derivó en la salida de María Eugenia Vidal como gobernadora.

¿Pero cuál es la expectativa del ejecutivo bonaerense? “Los números nos dan cuatro bancas arriba, lo que nos permite quedar al frente”, le asegura una fuente inobjetable del gobierno a Data Clave. Quien, a su vez, remarca que “en caso de ser tres, también quedaríamos bien parados”. 

En caso de darse esta última situación, el Senado quedaría empatado en 23 butacas por bloque con la presidencia del recinto a cargo de la vicegobernadora Verónica Magario por lo que también se dan por hechos.

Impacto profundo

Ante este panorama, Kicillof decidió salir a jugar más fuerte en el interior donde el oficialismo cree que se podrían recuperar más bancas, pero no por eso conseguir la victoria seccional. Según la misma fuente consultada, el escenario que maneja el ejecutivo provincial es recuperar un senador en la primera, y quedar 4 a 4; y tomar otra banca en la cuarta (3-4). 

En relación a la séptima, el análisis llega desde la propia oposición. “Vamos a quedar 2 a 1 a nuestro favor”, por lo que el FDT recuperaría otra banca. La gran duda se da en la quinta, donde Mar del Plata se hace gigante. “Veíamos la posibilidad de dar vuelta el 2-3 actual, pero hay un voto gastronómico y turístico que nos va a pegar en contra por lo que puede ser que se mantenga igual”, le dicen a Data Clave.

Las últimas visitas a Miramar, Necochea, General Paz y Villa Gesell, donde se reunió buena parte del gabinete, exponen la importancia territorial del “voto senado”.

A dos meses de las PASO, el gobernador Axel Kicillof ideo un plan claro para poder llegar a aquellos lugares más lejanos de la capital provincial y así revalidar aquello de que dijo en su asunción: “No venimos a gobernar desde el centro, venimos a gobernar con todos los intendentes e intendentas”.

Y para cerrar, un funcionario de primera línea pone en duda la actual representatividad de la Legislatura y le dice a Data Clave que “no es normal que un gobernador gane una elección con el 52 por ciento de los votos, por más de 14 puntos, y hoy tenga la disparidad que hay en el Senado. En algún momento habrá que revisar la representatividad de cada sección”. Pero esto, claro, es otro tema.