El canciller Santiago Cafiero participó este lunes de la Décima Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP) de Naciones Unidas (ONU) en la ciudad de Nueva York, donde pondrá de manifiesto la posición de Argentina, que este año presidirá ese foro.

Ante representantes y expertos de 191 países que integran el TNP, Cafiero aseguró que “el mundo está signado por crecientes tensiones y conflictos que escalaron a niveles que podrían haberse evitado mediante un compromiso mayor con las dinámicas de negociación y paz”.

“A 50 años de la entrada en vigor del Tratado con testimonios de avances y retrocesos, ¿es este un instrumento válido en la actualidad? ¿Aún tiene el vigor y la fuerza suficiente? Confiamos en que esta Conferencia constituya una instancia clave para revalidar el rol vital del TNP y renovamos nuestros compromisos con los derechos y obligaciones en materia de desarme, no proliferación y usos pacíficos de la tecnología nuclear”, añadió.

De este modo, el titular del Palacio San Martín reafirmó la postura del país "para avanzar hacia el desarme nuclear completo, de un modo verificable, transparente e irreversible”.

“La invasión de Rusia sobre Ucrania cambió el escenario internacional y altos líderes mundiales comenzaron a hablar de una Tercera Guerra Mundial. Sin embargo, la carrera armamentística ya venía desarrollándose tiempo atrás.  Diferentes estudios internacionales afirman que los gastos venían creciendo desde 2015. Y solamente para el 2020 y 2021, 2 años signados también por la pandemia, se gastaron el récord de 4 billones de dólares”, aseguró Cafiero.

También se refirió a la Cuestión Malvinas, y resaltó la "prolongada e injustificada presencia militar del Reino Unido en el Atlántico Sur, complemento de la usurpación de tierras y mares circundantes de nuestro país, lo que incluye el desplazamiento de submarinos con capacidad de portar armamentos nucleares en esta Zona Desnuclearizada”.

Por último, el canciller argentino sostuvo: “Recientemente tomaron estado público documentos desclasificados en los Archivos Nacionales de Londres que prueban que, durante el conflicto del Atlántico Sur de 1982, el Reino Unido envió a la región buques equipados con 31 armas nucleares, lo que representaba en ese entonces el 65% de su stock de bombas nucleares de profundidad".

"Además de tratarse de una significativa cantidad, la mera presencia de esas armas implicó, no sólo para la Argentina sino para toda la región, un grave riesgo nuclear tanto en términos de contaminación radioactiva en el Atlántico Sur, como por las catastróficas consecuencias humanitarias asociadas al armamento nuclear”, concluyó en su exposición.