Carmela Moreau tiene 38 años y proviene de una familia con una marcada actividad política dentro del "radicalismo nacional y popular", es decir alejada de la conducción actual de la UCR nucleada en Juntos por el Cambio. Es hija de Leopoldo y hermana de Cecilia, ambos diputados nacionales por el Frente de Todos.

Pero más allá las responsabilidades de su familia, actualmente es asesora de Santiago Cafiero en la Jefatura de Gabinete y una de las líderes de Igualar, un frente político dentro del oficialismo. Resalta los valores de Raúl Alfonsín pero entiende de las necesidades políticas actuales y de las obligaciones en la gestión.

En una entrevista exclusiva con Data Clave pasó por todos los temas y contó cómo fue desde adentro el primer año del Gobierno Nacional con la crisis económica y la desconocida pandemia del coronavirus. A su vez, también habló de los "funcionarios que no funcionan" y coincidió con Cristina Kirchner, aunque considera que las decisiones tienen que ser de Alberto Fernández. "Muchas veces pasa que con compañeros podes tener mucha sintonía en lo ideológico y político, pero después ocurre que quizás no estén aptos para desempeñar determinado rol", consideró.

Data Clave: ¿Qué balance hace este 2020 en materia de gestión?

Carmela Moreau: Es un cierre mucho mejor del que podíamos esperar. Fue un año duro, donde recibimos una enorme deuda externa e interna, con indicadores sociales en rojo y un número creciente de desocupación, pobreza e indigencia. En ese marco el Gobierno tuvo una actitud proactiva para recomponer esa deuda social, a través de la tarjeta Alimentar y otras acciones para conservar o impulsar el empleo. La pandemia claramente afectó a la gestión y el Estado se tuvo que preparar a contrarreloj para contener el virus. Hoy por suerte tenemos varias opciones de vacunas y ya con la certeza de que empezaremos a vacunar a la población.

DC: Más allá de la pandemia, ¿cuáles fueron los desafíos más complejos del Gobierno?

CM: Es difícil hablar por fuera de la pandemia. Haber establecido una cuarentena estricta fue una decisión muy difícil y se hizo lo posible por controlar la situación. En esos meses, donde no había mucha información, lo que hicimos fue prevenir a la población y preparar un sistema de Salud abandonado por el macrismo. Muchos países no tuvieron la posibilidad de darle una cama de terapia intensiva a las personas mayores, nosotros sí. Pese a las especulaciones políticas y la postura desestabilizadora de la oposición, el Gobierno salió adelante y con absoluta entereza.

DC: ¿Colaboró la oposición en el trabajo?

CM: Cuando hablamos de oposición nos referimos a Juntos por el Cambio; los otros espacios son fuerzas políticas que conformaron un bloque en la Cámara de Diputados y que en algún sentido colaboraron con el oficialismo. La coalición opositora tuvo una postura desestabilizadora en todas las medidas de la actual gestión, e incluso algunas actitudes miserables como alentar las movilizaciones y buscar que la gente no se cuide del virus.

DC: ¿Desde su lugar de asesora en la Jefatura de Gabinete, cómo fue la coordinación con los ministros? ¿Hubo lugar para planificar a largo plazo?

CM: Las medidas estuvieron a la vista y lo que se buscó es que haya una contención social por parte del Estado, tanto para los desocupados como para los que tienen un empleo formal y corrían el riesgo de perderlo. Se implementó el IFE, ATP, Incrementar Trabajo y también se incorporaron más de un millón de chicos para la AUH, sumado a los aumentos que se dieron. Se congelaron las tarifas de alquileres y de luz, gas y agua; también se declaró servicio público y esencial la telefonía celular, de cable e internet, sumado a que se lanzó un plan de acceso a estos servicios con un costo accesible. A eso se le suma las políticas para buscar federalizar la producción y lograr que no haya intermediarios, al mismo tiempo que se mejora la calidad y el precio para los consumidores. Eso también es una fuerte política de soberanía alimentaria y el Gobierno va en esos caminos.

Carmela Moreau junto a Alberto Fernández
Carmela Moreau junto a Alberto Fernández

DC: ¿Qué opina de la frase de Cristina Kirchner sobre “los funcionarios que no funcionan”?

CM: Me parece algo natural marcar diferencias, es un Gobierno nuevo y es normal que en algunos espacios o ministerios tengan que darse reajustes, pasa en esta gestión y en cualquiera. Quizás se ponen expectativas en compañeros para algún rol y termina pasando que los resultados no son los más óptimos.

DC: Sin embargo la crítica pública fue subiendo de tono, porque se pasó del “funcionarios que no funcionan” al “váyanse a buscar otro laburo”

CM: Muchas veces pasa que con compañeros podes tener mucha sintonía en lo ideológico y político, pero después ocurre que quizás no estén aptos para desempeñar determinado rol. Esto no es impericia ni maldad, sino que cuando uno entra en funciones se ve sujeto a cumplir obligaciones, y esas obligaciones se pueden cumplir o no. Me parece natural que se den recambios y que se sigan dando.

DC: ¿Hay ministros que tienen que pedir la pelota?

CM: No es una cuestión de coraje o valentía, lo que ocurre es que hay compañeros que tienen buena voluntad, pero el cargo los supera. También es fácil mirarlo desde afuera, te da un ojo más crítico, pero el que conduce y conforma el Gabinete es Alberto (Fernández). Y esta postura de disconformidad no es solamente de Cristina, yo también considero que hay ministerios que no están funcionando correctamente y ministros que no me conforman. Pero repito, es una decisión del Presidente.

DC: ¿En algún momento estuvo cuestionado Santiago Cafiero?

CM: No, es la persona de mayor confianza de Alberto y tiene la función más importante como jefe de Gabinete. Siempre estuvo apoyándolo e incluso para sacarle peso de encima en el contexto de la pandemia. Su rol fue importantísimo, nunca estuvo en juego su lugar, no son más que especulaciones.

DC: ¿Cuáles son las expectativas para lo que viene, teniendo en cuenta que se aproxima la vacuna y se habla de una recuperación económica?

CM: La reactivación es algo que va a darse y también de a poco se reactivará la vida normal que nos quitó la pandemia. Todos estamos esperando poder superar estas barreras para regresar a la senda del pleno empleo, y también para que el Gobierno pueda pensar en políticas de largo plazo que no impacten en lo inmediato. Es un buen momento para replantear los modelos económicos y sociales, apostando a una visión reformista que busque soluciones sin tener que emparchar para esconder los errores. La pandemia evidenció que el sistema capitalista, al que nunca cuestionamos, fracasó en el mundo, y que hoy hay que ir a un camino más justo y redistributivo.

DC: ¿Qué opina de la legalización del Aborto?

CM: Yo estoy a favor del IVE, es una demanda que tiene más de 100 años en la historia argentina y que refleja una problemática social. El aborto no es algo nuevo, y esto de esconder la basura debajo de la alfombra no puede ser la ecuación para resolver los conflictos. Los legisladores tenían que darle un marco legal a las realidades que existen. El que niegue este cambio necesario lo que está siendo es hacer la vista gorda al devenir de la historia.