El debate se hará de forma semipresencial y será reservado. Esto significa, por un lado, que uno de los jueces estará en la sala de audiencias y los otros dos podrán seguir el debate como prefieran. Esa sala de audiencias no podrá tener más de ocho personas. El debate será reservado porque así son los juicios en el fuero de menores, el que lleva adelante la causa porque también enfrentará el juicio el otro adolescente que asaltó al turista y que en ese momento tenía 17 años.

Luis Chocobar fue acusado por el fiscal de instrucción por el delito de "homicidio agravado en exceso del cumplimiento del deber", que tiene una pena que va de los dos a los cinco años de prisión. La madre del fallecido Juan Pablo Kukok es querellante y la representa el Programa de Asistencia y Patrocinio Jurídico de Víctimas de Delitos de la Defensoría General de la Nación. En su escrito, ellos acusaron por "homicidio agravado por haber sido cometido por un funcionario policial con abuso de sus funciones", que tienen una pena de prisión perpetua.

La defensa de Chocobar, a cargo de Fernando Soto y Luis Cevasco, había pedido primero que se realice un juicio por jurados, algo que no está implementado en la Ciudad de Buenos Aires y luego se opusieron a la forma virtual de realizar el juicio. El debate tiene agendados unos 30 testigos, entre los vecinos que vieron la secuencia y los distintos peritos que intervinieron en el caso.

El caso
El 8 de diciembre de 2017 dos jóvenes menores de edad asaltaron a un turista estadounidense sobre la calle Garibaldi entre Olavarría y Suárez. Ante la resistencia de la víctima, lo acuchillaron en reiteradas ocasiones para lograr robarle su cámara de fotos. El hombre estuvo internado más de 20 días en el Hospital General de Agudos “Dr. Cosme Argerich” y su vida corrió peligro por las lesiones que sufrió en su corazón.

Luego de la secuencia del robo, ambos jóvenes se fugaron por la calle Olavarría en dirección a Irala. Uno de ellos logró escapar mientras que el otro fue alcanzado por tres personas que forcejearon con él para recuperar la cámara. En ese momento, llegó a la escena Chocobar: realizó primero tres disparos intimidatorios al aire y dio la voz de alto, identificándose como miembro de una fuerza policial. La persecución siguió hasta la Avenida Suárez cuando el efectivo le disparó en cuatro oportunidades, dos de las cuales alcanzaron al joven en la parte baja de su espalda y en la pierna e hicieron que cayera sobre la calle. A los pocos minutos llegó un oficial de la Policía de la Ciudad que secuestró el cuchillo que tenía en la ropa. El SAME llegó luego y lo trasladó al hospital donde falleció el 12 de diciembre.

La escena fue reconstruida a través del testimonio de los hombres que persiguieron a los jóvenes, de las cámaras de seguridad de la zona, del relato en indagatoria del imputado y de los efectivos que participaron luego del operativo. A eso se le sumó dos peritajes efectuados por la Unidad Criminalística de Alta Complejidad de la Policía Federal Argentina cuya finalidad fue la de esclarecer la trayectoria de los disparos, la distancia y cómo había sido el accionar de Chocobar. Allí, los expertos consideraron que el proyectil extraído de la zona lumbar de la víctima tenía ciertas características que permitirían afirmar que rebotó contra el suelo antes de ingresar al cuerpo.

El peritaje de la PFA consideró que el proyectil extraído de la zona lumbar de la víctima tenía características que permitirían afirmar que rebotó contra el suelo antes de ingresar al cuerpo.

En el requerimiento que hizo la fiscalía al momento de elevar la causa a juicio, se consideró que el accionar del acusado debía ser examinado desde su condición de policía. “¿Su estado policial lo obligaba a intervenir en los sucesos? Es claro que bajo ninguna circunstancia podía mostrarse indiferente o insensible a neutralizar el riesgo que implicaba el comportamiento de dos delincuentes que momentos previos (segundos)  habían cometido un delito de tal magnitud que pusieron en riesgo la vida de una persona”, remarcó el fiscal Marcelo Martínes Burgos. A esto le sumó que existía también un nuevo peligro: la amenaza a la integridad física de los tres vecinos que persiguieron en primer lugar a los agresores.

Destacó, al igual que lo hizo la Cámara del Crimen cuando confirmó el procesamiento, que Chocobar se identificó como policía y dio la voz de alto antes de disparar al aire, lo que es una valoración positiva de su actuación hasta ese momento. No obstante, si bien se determinó que la bala que impactó a la víctima en la zona lumbar lo hizo por un rebote en el piso, resaltó que esto indicaría que los disparos se hicieron cuando el joven corría de espaldas. 

De todas formas, en el requerimiento se especificó que quedó más que probado que “su fin en modo alguno era quitarle la vida” a la víctima. “Nunca tuvo la intención de matar y esa falta de dolo inicial en obtener ese resultado permite encontrar la solución en el ámbito de la antijuridicidad”