Cristina Fernández de Kirchner brindó un fuerte discurso ante una Plaza de Mayo colmada de militantes peronistas y en un escenario repleto de referentes del Frente de Todos, incluidos Máximo Kirchner, Axel Kicillof, Sergio Massa y Eduardo “Wado” de Pedro.

“No es pecado pagar buenos salarios. Al contrario, es de buenos cristianos”, dijo la vicepresidenta en referencia a la situación económica. En este punto, recordó su frase sobre “que la ganancia no se la queden cuatro vivos” y señaló que tuvo razón. 

Sin embargo, no todas fueron mensajes contra el gobierno de Alberto Fernández. “A pesar de los errores, este Gobierno es infinítamente mejor del que hubiera sido otro de Mauricio Macri, no tengo dudas”, apuntó Cristina.

En otro punto, ratificó críticas al FMI al señalar que “dieron U$S 57 mil millones para que pudieran ganar las elecciones. Un crédito insólito. No tiene la culpa el chancho, sino el que le da de comer”. Sobre esto, pidió una “solución política” para poder pagar el crédito. 

“Hay algunos dirigentes que tienen vocación de ser colonia. ¡Qué vocación, hermano! Ponete en la cabeza ser Malasia o Corea, pero no Potosí”, aseguró CFK.

En el capitulo contra la Justicia, la vice sostuvo que la “persiguieron” y “proscribieron” porque nunca “fue de ellos", ni lo va a ser. “Me quieran matar o meter presa, yo nunca voy a ser de ellos; yo voy a ser del pueblo, y de ahí no me muevo”, arremetió.

En este sentido, cargó contra la Corte Suprema de Justicia y cerró su discurso con una fuerte ofensiva: “Tenemos que repensar el diseño institucional. No podemos seguir con la rémora monárquica con personas que son designadas de por vida y que nunca más rinden cuentas”.