Mientras la sociedad asiste impávida a la difusión de casos de los vacunados de privilegio, los médicos de los hospitales porteños sufrieron dos nuevas bajas en la guerra contra el coronavirus. Esta semana fallecieron, víctimas del Covid, la doctora Maria Rosa Fullone de la guardia del Hospital Fernandez y el doctor Carlos Sereday (65 años), jefe de cirugía plástica del Hospital de Quemados.

Lo más angustiante es que aún restan vacunarse aproximadamente la tercera parte de los trabajadores de la salud que se desempeñan en los nosocomios que dependen del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.

Según el Monitor Público de Vacunación el Ministerio de Salud de la Nación distribuyó 221.225 vacunas contra el coronavirus a la ciudad de Buenos Aires. Y fueron aplicadas 116.019 de la primera dosis 30.667 de la segunda. Es decir, Ciudad no aplicó el 27% de las vacunas recibidas (un porcentaje que se repite en numerosos distritos). La Capital Federal está detrás de la provincia de Buenos Aires entre los distritos con más dosis recibidas y más dosis aplicadas.

Sereday era el jefe de cirugía del Hospital de Quemados y falleció por covid el último sábado
Sereday era el jefe de cirugía del Hospital de Quemados y falleció por covid el último sábado

María Rosa Fullone falleció este jueves. Hace cinco días falleció Sereday. Y hace poco menos de veinte días murió un integrante del personal del Hospital Argerich. Los tres decesos se deben al contagio de coronavirus, y ninguno estaba vacunado. Hay dos críticas que los médicos plantean hacia las autoridades porteñas y nacionales: el criterio en la distribución y la cantidad de dosis que la Ciudad tiene y no ha aplicado.

Fullone falleció este jueves por covid: integraba el staff del Hospital Fernández
Fullone falleció este jueves por covid: integraba el staff del Hospital Fernández

Fernán Quirós (ministro de Salud porteño) el miércoles,sostuvo que “Nación tomó la decisión de una distribución de vacunas basada en población general cuando la vacuna se aplica a grupos de riesgo, y los grupos de riesgo no son proporcionados a la población general en todas las jurisdicciones”. “La Ciudad tiene una carga de trabajadores de salud muy superior a otras regiones de la Argentina, y tiene una pirámide poblacional más envejecida del promedio”, cerró su cuestionamiento Quirós.

A esa idea se plegó también Alberto Crescenti, titular del SAME, al afirmar que “hay que vacunar al personal de salud. Si a nosotros no nos cuidan, que somos los que tenemos que cuidar a todos los ciudadanos, hay algo que no cierra”. 

Jorge Gilardi es presidente de la Asociación de Médicos Municipales y en diálogo con Data Clave detalló que aún resta vacunar entre un 20% y un 30% de todo el personal médico de la Ciudad, entre sistema público y privado. Y agrega la situación de la muerte de dos afiliados a la Asociación mencionados en el inicio de la nota. 

“Si vos le vas a dar vacuna a la Ciudad sin considerar que tienen un índice de quipo de salud muy elevado, y de gente envejecida muy elevada, vamos a tener un tema de faltantes, y es lo que está ocurriendo”, detalló Gilardi, advirtiendo que si no avanza la campaña se corre el riesgo de llegar a la segunda con parte del equipo sin inmunizar. 

Gilardi critica los criterios de distribución pero también de prioridad: “¿Cómo puede ser que haya gente vacunada en sitios médicos y la salud pública de la ciudad no?”. “La línea de vacunación en general tiene que respetar lo que marcó el ministerio de Salud de la Nación: los primeros somos los médicos, lo que estamos atendiendo a los pacientes”, insiste el presidente de la Asociación de Médicos Municipales. 

Según relató Gilardi, el diálogo con las autoridades porteñas es permanente. Y desde el entorno de Quirós aseguran que el problema tiene que ver con la distribución que organiza el Gobierno Nacional. Sobre ese punto, sintetizó: “Si ellos dicen que las vacunas no llegan, deberían plantarse”. 

Según los datos difundidos por el Gobierno de la Ciudad, la administración porteña dispone de 155.900 para vacunar al personal de Salud (público y privado), y aún resta aplicarse el 30% de las dosis, en sintonía con lo planteado por Gilardi. En lo que respecta a la población mayor, que se enlista segunda en la línea de prioridad, Ciudad dispone de 56.000 vacunas para la primera dosis y aplicó 38.000 mil, aún no recibieron de la segunda. 

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La vacunación en la Ciudad se ha hecho hasta acá mayoritariamente con vacunas Sputnik-V, pero también se han aplicado de las desarrolladas por Sinopharm y Covishield.