No es la primera oportunidad en la que Aníbal Lotocki se encuentra envuelto en una causa judicial al respecto de los tratamientos y operaciones estéticas que realizaba especialmente a famosas y figuras. Sin embargo, la situación que atraviesa ahora es distinta: es investigado directamente por la muerte de Cristian Zarate, un empresario de la construcción de 50 años. Ese homicidio destapó dos cuestiones: las irregularidades que había en la clínica donde trabajaba (y que fue clausurada por el Ministerio de Salud) y el hecho de que Lotocki no tiene estudios ni de cirugía general ni de cirugía plástica.

Zárate había ido para supuestamente operarse de una hernia en el costado derecho del abdomen con Lotocki. La intervención incluía también una cirugía estética denominada dermolipectomía. Lotocki fue detenido a mediados de abril y liberado 15 días después por orden de la Sala IV de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional de la Ciudad de Buenos Aires que le fijó una caución de cinco millones de pesos.

Mientras sigue adelante la investigación por su responsabilidad en la muerte de Zárate, Lotocki fue procesado por alteración de prueba por el juez Luis Schelgel. Básicamente, la acusación consistió en haber alterado la historia clínica del paciente con información inexistente o directamente falsa, con enmiendas en relación al horario de la operación incluso y sin detalle de quién realizó la operación más allá de Lotocki.

Eso no fue todo: cuando se avisó cerca de las 13 que había un paciente con “bajos signos vitales” en la clínica, un policía se presentó en el lugar y no lo dejaron entrar. Recién después de las 15 se pudo ingresar y detener a Lotocki, que de acuerdo a la investigación tuvo todo el tiempo que necesitaba para tergiversar los documentos y licuar su responsabilidad.

Justamente la sala IV de la Cámara de Apelaciones (la famosa Cámara del Crimen) es la que ahora debe definir qué pasa con ese procesamiento. Hoy finaliza el plazo para que la defensa y la fiscalía hagan sus presentaciones al respecto y luego los jueces decidirán qué hacer.

Mientras este procesamiento se gestaba, el Ministerio de Salud fue hasta CEMECO, el centro donde se produjo la muerte de Zárate. De acuerdo a la información exclusiva a la que accedió Data Clave, la inspección que llevó adelante el ente del Gobierno con la Policía de la Ciudad dio cuenta de una cantidad de irregularidades preocupantes que llevaron a la decisión de clausurarlo para evitar que cualquier persona termine atendiéndose allí.

El establecimiento se presentaba como un “Centro Estético Mamario, Cirugía Masculina, Lipoescultura, Cirugía Facial y Medicina Estética” y está ubicado sobre la calle Colpayo 20, en Caballito. Cuando los inspectores llegaron, tuvieron que esperar que llegara la coordinadora del establecimiento quién les contó la primera gran irregularidad. El centro médico figura a cargo de Claudio Conde, director médico del lugar. Sin embargo, la mujer les contó que tuvo un ACV en 2017 con secuelas que continúan hasta hoy. Es decir, el médico que debe supervisar y hacerse responsable de todo no está en condiciones desde hace cuatro años.

Cuando entraron al lugar, pudieron observar quirófanos sin las condiciones mínimas de higiene; no existían suficientes camas de recuperación para la cantidad de quirófanos; se realizaban cirugías no consideradas ambulatorias y se habían instalado habitaciones de internación pese a que no lo tenían habilitado. En botiquines encontraron también medicinas vencidas. 

“Estantería en paredes con medicación, material ya esterilizado y envuelto, mezclado con otro material sucio”, es una de las cuestiones que describieron los inspectores del Ministerio de Salud. La clínica tiene incluso un tercer piso que ni siquiera estaba en la habilitación y que se notaba que había sido hecho pocos años antes. Encontraron cajas con insumos que estaban rotuladas como ‘DR. ANIBAL’ sin estar autorizado “a ejercer en esa disposición”. Encontraron dentro de todo el lugar 57 historias clínicas bajo el control de Lotocki.

Cabe resaltar que Lotocki firmaba todo con su sello de médico cirujano pero lo cierto es que de acuerdo a los registros del Ministerio de Salud no lo es. “Es oportuno aclarar que el médico Aníbal Rubén LOTOCKI (M.N. No 90.187), CUIT 20-21302197-5, no posee título de especialista en Cirugía General ni tampoco posee la especialidad de Cirugía Plástica y Reparadora registradas ante esta cartera sanitaria, prácticas que realizaba en este domicilio”, se aclara en el informe que se elaboró luego de la clausura.

Con todo lo recolectado, el Ministerio de Salud concluyó: “el Centro Médico no cumple con la Ley No 17.132, no cumple con la Resolución No 2385/80 y modificatorias, no cuenta con Director Médico responsable a cargo y excede lo habilitado / autorizado en la Disposición No 2180 del año 2012, por tal motivo este cuerpo de inspectores sanitarios procede a la Clausura Preventiva de este establecimiento”. Esa normativa se refiere a las reglas para “el arte del curar para el ejercicio de la medicina” y las condiciones que deben cumplir los establecimientos para ser habilitados.

Mientras toda esta causa avanza, está en etapa de juicio oral el expediente que primero le generó problemas. El expediente está en el Tribunal Oral en lo Criminal Nº28 y las denunciantes son Silvina Luna, Virginia Gallardo, Pamela Sosa, Stefy Xipolitakis y Gabriela Trenchi. Todas lo acusan de distintos procedimientos donde habría existido mala praxis. La última de las mujeres estuvo incluso en coma a causa de la intervención. El debate se suspendió varias veces pero aún no hay siquiera una fecha cierta de comienzo. En Tribunales se preguntan si la causa llegará a algo o si simplemente quedará olvidada para terminar prescripta.