Comenzó el juicio oral por el caso de Hope Funds, conocida como una de las mayores estafas que existieron en la historia argentina. Se trata de un complejo entramado de sociedades que estafaba a ahorristas y sacaban el dinero a distintos paraísos fiscales. El perjuicio alcanzó los $ 1.500 millones y más de 300 víctimas, que denunciaron el hecho en la Justicia.

Enrique Blaksley Señorans, el principal acusado por esta serie de maniobras que perjudicó a cientos de familias, está actualmente detenido en una pequeña celda de la Unidad 31 de la cárcel de Ezeiza.

Pero no es el único acusado ante el Tribunal Oral Federal 4, donde se realiza el debate oral con más de 300 testigos. La imputación alcanzó a otras 15 personas: Federico Dolinkué -socio minoritario en Hope Funds y gerente administrativo-; el encargado de formar las sociedades en el exterior, Alejandro Miguel Carozzino; y la gerente comercial, su cuñada Verónica Vega. Pablo Andrés Willa también fue señalado como integrante del núcleo jerárquico del grupo.

La fiscalía también acusó como miembros y participantes de las diversas maniobras de la banda a Rafael María De La Torre Urizar, Guillermo Müller, Esteban Casco, María Rita Blaksley Señorans, Alexis Dietl, Francisco Blaksley Señorans, Juan Pablo Blaksley, María Paola D’Angelo, Felipe Badino, Olga Susana Masdeut, Damián Gómez Cárdenas y Daniela Sarsa.

Este complejo entramado de sociedades tuvo relevancia y cierta “aceptación” por los vínculos de Blaksley con el mundo deportivo y del espectáculo. Incluso llegó a montar eventos donde asistieron personas destacadas, como el caso del suizo Roger Federer.

Enrique Blaksley, junto a Roger Federer
Enrique Blaksley, junto a Roger Federer

De esta forma, consiguió con facilidad que una numerosa cantidad de personas confiara en él -y su firma-, entregándole sus ahorros. Exhibía supuestas vinculaciones con personas de renombre, con la participación de las empresas que forman parte de su conglomerado en diversos negocios reconocidos, como Hard Rock o Hertz. Sin embargo, no era más que una pantalla para seguir robando dinero.

Hope Funds -fundada en 1989- había aumentado de manera exponencial sus activos en solo dos años: en 2010 tenía $ 57 millones; en 2012, $ 400 millones. Como en toda estafa piramidal, al principio cumplió con el compromiso asumido en los contratos y de esa manera se ganó la confianza de sus clientes, pero luego se conoció lo peor.

El juicio continuará el 4 de marzo por vía virtual, con audiencias cada jueves por medio. Después, comenzaran a circular los más de 300 testigos propuestos. Cuando termine el desfile de testimonios y se valoren otras pruebas, llegará el turno de la acusación. El fiscal Abel Córdoba será el encargado de llevar adelante la acusación.