Con el nuevo cronograma electoral ya aprobado por la Legislatura, la provincia de Buenos Aires marcó en rojo el 9 de julio como fecha límite para que los espacios políticos definan si competirán juntos o por separado. El reloj corre, y la disputa entre La Libertad Avanza y el PRO no da respiro, justo cuando los cruces entre Javier Milei y Mauricio Macri subieron varios grados de temperatura tras la caída del proyecto Ficha Limpia.

Mientras tanto, el cierre de listas quedó fijado para el sábado 19 de julio y la elección provincial se realizará el domingo 7 de septiembre. El paquete de cargos en juego es enorme: 46 diputados y 23 senadores provinciales, 1097 concejales y 401 consejeros escolares en los 135 municipios bonaerenses. Un escenario que obliga a resolver rápido las diferencias internas si hay intenciones de construir una oferta competitiva frente al peronismo.

Pero hoy, tanto libertarios como macristas prefieren esperar los resultados de la elección porteña de este domingo antes de sentarse a negociar en serio. El número que arroje esa urna no solo va a definir quién llega más fortalecido a la mesa de conversaciones, sino que también puede cambiar el eje del debate. “Vamos a esperar”, reconocen desde el PRO bonaerense, donde algunos referentes todavía responden a Jorge Macri y no a la conducción nacional.

Los cruces ya no se disimulan. "La desilusión que tengo es infinita", lanzó Mauricio Macri tras las declaraciones de Milei, quien aseguró que el rechazo a Ficha Limpia fue parte de un pacto entre Macri y Cristina Kirchner. La respuesta libertaria no se hizo esperar. Desde el oficialismo, el Jefe de Gabinete Guillermo Francos salió con los tapones de punta: "Macri está exaltado, nervioso. No sé si él maneja el PRO en la Provincia, eso está por verse". Más allá del fuego cruzado, Francos dejó una puerta entreabierta: “Vamos a llegar a un acuerdo en Provincia. Es fundamental para enfrentar al kirchnerismo”.

Por ahora, los libertarios ya tienen aceitado su esquema de campaña: 10 coordinadores se encargan de cada una de las ocho secciones electorales. Con el sistema desdoblado, cada boleta solo tendrá dos cuerpos, uno para senador o diputado provincial, y otro para la lista de concejales. Avisaron que en los distritos donde LLA tenga candidatos más fuertes, el PRO deberá ceder. Pero todavía no está claro si eso se cumplirá cuando lleguen referentes macristas con más visibilidad y experiencia de campaña.

En paralelo, avanza una discusión caliente en el Senado: la posible prórroga del límite a las reelecciones indefinidas. Hoy hay 18 legisladores y decenas de concejales que no podrían competir en septiembre si no se modifica la ley vigente. El dictamen ya fue aprobado en comisión con firmas del peronismo y un libertario díscolo, Carlos Kikuchi. En contra votaron el PRO y sectores de LLA, como Florencia Arietto. Las ausencias también jugaron: entre quienes no se presentaron estuvo Daniela Reich, senadora libertaria y esposa del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela. Ella es una de las que necesita que se modifique la ley para poder buscar la reelección.

En contraste, la postura de la radical Flavia Delmonte se destacó. Aunque ella también está alcanzada por el límite, no solo asistió a la comisión, sino que votó en contra del dictamen que podría beneficiarla. Por ahora, no hay fecha confirmada para el tratamiento en el recinto, pero el tema mete ruido en todas las listas, ya que condiciona los cierres y posibles candidaturas en todas las fuerzas políticas.

La elección en la Ciudad de Buenos Aires, que se define este domingo, podría modificar los escenarios de negociación. Si el peronismo gana con Leandro Santoro, tanto libertarios como macristas tendrán más presión para unirse. En cambio, si uno de los dos se impone sobre el otro, podría reclamar más lugares en la posible alianza. Todo eso tendrá que resolverse en menos de dos meses: el 9 de julio vence el plazo para formalizar los frentes electorales.