Diálogos de WhatsApp que quedaron guardados en los teléfonos celulares, filmaciones de los sospechosos tomadas por los canales de televisión, conversaciones en las que abiertamente se habla de matar a las principales figuras del gobierno en una red social. A esta altura es evidente que el grupo que intentó asesinar a Cristina Fernández de Kirchner no está integrado por profesionales, ni mucho menos.

Pero eso no los hace menos peligrosos. En simultáneo, la colección de pruebas que van dejando a cada paso debería facilitar la tarea de los investigadores, sino se cometen torpezas como la que ocurrió a las pocas horas con el teléfono de Fernando Sabag Montiel, el primer detenido, cuando se reseteó a cero después de varios intentos por acceder a la información.

Carrizo por detrás de la imagen de CFK.
Carrizo por detrás de la imagen de CFK.

La pesquisa también debe avanzar sin demoras, cuando los indicios son tan evidentes. En ese sentido no deja de llamar la atención el tiempo que se demoró en ordenar el arresto de Nicolás Gabriel Carrizo, quien quedó preso el miércoles a la tarde cuando fue a buscar su teléfono celular al juzgado de María Eugenia Capuchetti.

Carrizo es el emprendedor dueño de los carritos de copos de azúcar que también integraban Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel. Apareció en un reportaje en Telefé, sentado al lado de Brenda, al día siguiente del ataque para decir que eran unos humildes cuentapropistas, que los amenazaban y que no eran terroristas. Su detención se produjo 12 días después.

Agustina frente a la casa de CFK.
Agustina frente a la casa de CFK.

Ahora apareció un video de la Televisión Pública que supuestamente registra la presencia de Agustina Díaz, la amiga de Uliarte, en las inmediaciones del domicilio de CFK el día anterior al ataque, según dijo ese canal. Aunque en tribunales fuentes que niegan que sea ella. Cuando declaró ante la jueza Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo Díaz afirmó que no estuvo en la ciudad de Buenos Aires por lo menos desde mayo pasado. Además, negó cualquier participación en lo ocurrido y dijo que creyó que su amiga de la escuela Uliarte "fabulaba" cuando le escribía mensajes de WhatsApp en los cuales hablaba de asesinar a la Vicepresidenta.

Las imágenes del video de la Televisión Pública son la evidencia de una mentira, porque estaba en el lugar del hecho, si efectivamente es ella. Parece ser parte de la inteligencia previa que se hizo antes del ataque contra CFK cuando llegaba a su casa y era recibida por los militantes, como cada anoche después del alegato del fiscal Luciani.

El fiscal Rívolo se opuso al pedido de liberar a Díaz, de 21 años, presentaron sus abogados defensores, porque aún restan medidas de prueba. Además, porque al principio parecía ser sólo una encubridora, pero su presencia frente a la casa de la vicepresidenta demostraría un involucramiento mayor en el hecho.

Las imágenes muestran a Díaz de frente y de perfil. También muestran a dos jóvenes que llegan hasta el lugar, uno de ellos con la cara descubierta y otros con gorra y barbijo, que le hacen una señar para retirarse. En el grupo hay dos mujeres más. Después del gesto, todos se retiran.

Dos fuentes de la investigación que trabajan bajo las órdenes de la jueza dijeron a Data Clave que trabajan para investigar esas imágenes y tratar de establecer la identidad de todos ellos y su eventual participación en el ataque.

También la Agencia Federal de Inteligencia presentó un escrito ante la jueza para pedir que se investigue a integrantes del grupo Revolución Federal, luego de detectar un diálogo en el que abiertamente hablan de matar a CFK, a su hijo Máximo y al presidente Alberto Fernández.