El 19 de septiembre pasado Martín Insaurralde asumió la jefatura de Gabinete del gobierno de Axel Kicillof. Junto a él también se sumaron otros dos ministros: Leo Nardini en Infraestructura y Cristina Álvarez Rodríguez en Gobierno.

La llegada de los intendentes provocó una revolución interna. Ambos unieron fuerzas y recibieron el apoyo de los jefes comunales quienes, aún dolidos por la derrota de las PASO, y la poca comunicación con Kicillof, encontraron en sus pares la posibilidad de hablar un mismo idioma.

Sin embargo, esa asociación libre (y directa) provocó que Álvarez Rodríguez pierda poder de fuego. “Nos entendemos muy bien con Martín. Y es lógico. Sabe de nuestras urgencias. Conoce el paño. Y muchas veces cuando los intendentes pedimos algo puntual necesitamos resolverlo”, le dice a Data Clave un jefe comunal del Frente de Todos en la quinta sección. 

Lo cierto es que los alcaldes se entienden mejor con Insaurralde. Y es el propio jefe de Gabinete quien tomó la decisión de contestar los llamados sin la necesidad de derivarlos con quien es el verdadero nexo entre los intendentes y el gobernador. 

Y es que con la llegada de Insaurralde, Kicillof pagó un dos por uno. Incluso 3 ó 4 por uno. El problema, claro está, es que el lomense se competirá en su principal contrincante interno de cara al 2023.

Y más allá de que hoy el massismo se muestra convencido con la idea de un segundo tiempo para el actual gobernador, Máximo Kirchner cada vez afianza más su alianza con el actual jefe de Gabinete.

Detrás de todos estos movimientos, asoma Álvarez Rodríguez. Y su figura, a simple vista, se encuentra eclipsada. No solo por el rol de Insaurralde, sino también por quien le precede. Es que María Teresa García dejó alta la vara. Según los intendentes, no por su poder de “resolución” sino porque “por lo menos atendía el teléfono siempre que se la consultaba”, sostiene un intendente de la segunda sección. Y aclara: “No porque Cristina no lo atienda, ojo. Pero para nosotros es más simple hablar con Martín o con Hernán (Y Zurieta) cuando necesitamos solucionar algo urgente que tenga que ver con su área”.

En concreto, hoy, Álvarez Rodríguez está al frente de no Ministerio de peso. Con poder de acción, pero sin la muñeca política que pensó que iba tener al llegar a este cargo. Muy lejos de los intendentes y sin toma de decisiones. 

Eso sí, la ministra no descuida su rol militante. Y en lo que refiere a cualquier actividad relacionada con su tía abuela, Eva Perón, siempre está presente. Lo mismo con aquellas temáticas relacionadas a cuestiones de género. Sin embargo, a tres meses de su asunción, la ministra de Gobierno no pudo desenvolverse en su cargo. Y al parecer, mientras Insaurralde siga siendo el satélite político de los intendentes, tampoco podrá avanzar. Habrá que ver de qué manera se recicla en su rol de ministra sin gobierno.