Desde hace poco menos de una semana, la guerra entre Rusia y Ucrania mantiene en vilo al mundo entero y no es para menos. Si bien no es el único conflicto bélico que se desarrolló en estos años, sí es el primero que tiene a una potencia como protagonista directo y en su territorio. Los casos de Estados Unidos en Afganistán o Irak son diferentes porque no ocurrieron en su territorio. Pero no es menor traer al país norteamericano a colación.

Sucede que en este conflicto de apariencia europea, tiene su raíz en una vieja disputa entre el Kremlin y las tierras del Tío Sam. En efecto, fue palabras más palabras menos, esa la justificación del presidente ruso, Vladimir Putin, para dar inicio a las hostilidades. Avisó en un par de oportunidades y luego, siempre subrayando la necesidad defenderse ante la amenaza de la OTAN, comenzó la invasión en Ucrania. Pero claro, el origen de la reyerta se remonta mucho tiempo atrás

¿Cómo se llegó a este enfrentamiento? Después de mucho tiempo de incumplimientos de pactos, algunos por escrito y otros de palabra por los distintos mandatarios. En la caída de la Unión Soviética, allá por 1991, se llega al acuerdo de que se desarmaba el Pacto de Varsovia pero que también la OTAN se comprometía a no avanzar más hacia el Este, es decir, hacia Rusia. Se iba a quedar con los países que tenía hasta ese momento. Pero esto no se cumplió, la OTAN sumó 14 países del este de Europa desde aquel compromiso hasta hoy. Y se acercaban cada vez más y más”, apuntó el analista de política internacional Héctor Bernardo a Data Clave.

El caso puntual de Ucrania es, además, particular. “Era parte de la Unión Soviética y se independizó cuando se desarmó la URSS. Hay muchas tensiones, en este caso con los resabios que había dejado la etapa soviética, con sectores prorrusos y otros anti rusos, con un odio visceral. Y otros que hoy se declaran repúblicas independientes, Donetsk y Lugansk, donde se habla ruso”, señala el director el Observatorio Latinoamericano de Comunicación y Procesos Políticos de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social.

Y un antecedente que marcó el inicio de una suerte de guerra fría y negociaciones constantes entre ambas naciones. “En 2014 estaba la intención de que Ucrania se sume a la Unión Europea y la OTAN. Siempre desde la mirada rusa, que el país europeo ingrese a la OTAN implica que los misiles atómicos estén en la frontera con Rusia. Que un misil atómico esté a 5 minutos de Moscú. Eso es algo que el gobierno ruso asegura que no puede tolerar porque pone en riesgo su seguridad. Lo dijo el propio Vladimir Putin, ‘¿Cómo se sentiría EEUU si fueran ellos a poner misiles a la puerta de México?’”.

Y aquella discusión de hace ocho años fue la semilla de este conflicto actual. “Para evitar tensiones con Rusia finalmente el entonces gobierno ucraniano encabezado por Viktor Yanukovich, rechazó unirse a la UE y la OTAN. Dicha negativa desencadenó un golpe de Estado impulsado por grupos neonazis, que llevan la cruz esvástica en sus banderas. Grupos con un odio visceral hacia Rusia. Y fueron fomentados por Estados Unidos. Incluso una funcionaria norteamericana aparece en las protestas”, remarcó Bernardo.

Cronología del conflicto: de la diplomacia a la acción militar

Crónica de una guerra anunciada: la disputa Rusia versus EE.UU como telón de fondo

"Desde 2014 a 2022 Rusia intentó negociar por la vía diplomática el freno de la avanzada de la OTAN hacia Ucrania y la frontera con su país. Se habla mucho de que abandonó la vía democrática, pero lo intentó durante 8 años. Mientras Rusia dialogaba, EEUU y Reino Unido enviaban armamento para que Ucrania fortalezca su poder. Se hablaba de que iban a avanzar hacia la frontera, que no respetaban la independencia de las provincias rusas (Donetsk y Lugansk)", narró el periodista y escritor.

Y subrayó: "El desenlace final del inicio del conflicto es lo lógico que podía pasar cuando se provoca a una potencia del tamaño de Rusia: no se la escucha, no negocian con ella…había mandado pedidos formales por escrito a que confirmen que Ucrania no se iba a incorporar a la OTAN ni que iba a haber armamento nuclear allí. Y se negaron una y otra vez, amenazando con recuperar los territorios del Donbas. Allí, Rusia decide dar por terminada la instancia diplomática y pasar a la acción militar".

"Siempre desde el discurso ruso, hablan de una reacción a una provocación. 'Se cruzó una línea roja' dijo Putin. Se justifica políticamente, reconociendo a las provincias como países independientes. Entonces colaboran con armamento militar a aquellos que están siendo agredidos por Ucrania. De allí los bombardeos, por ahora, a zonas militares, aeropuertos, radares. Para tomar posesión de distintos lugares. Desde Moscú dicen que exigen una negociación y que Ucrania no las acepta, por lo que siguen la escalada de violencia. Todo indicaría que hasta que no tomen Kiev y destituyan a Zelensky, no se terminará", remarcó.

En este sentido, Bernardo explicó que "tenemos una gran dependencia de Estados Unidos en distintos ámbitos pero sobre todo desde la comunicación. Aparecen muchos discursos desinformando y sin contextualizar. Es necesario dar un marco a los hechos, sin justificar la invasión, claro está. Es solo darle un contexto histórico". Y añadió: "Sin dudas Rusia queda como el país invasor. También hubo invasiones de EEUU a Irak o a Siria y siempre se justificaban porque había alguien malo que vencer, donde no quedaba otra alternativa. Seguramente Rusia trata de presentarlo de esa manera ahora, con la OTAN, EEUU y Zelensky, como los malos. Del otro lado se dice que Putin es un dictador que busca expandir Rusia".

La tensa calma de Estados Unidos y la utilización del conflicto

"Hay distintos análisis de la situación. Lo que veo es que EEUU mandó armamento al igual que Reino Unido, pero como Ucrania no es de la OTAN, las tropas no van a intervenir. El Presidente Zelensky aseguró que lo abandonaron y pareciera que lo usaron, lo alentaron a que siga adelante, para generar esta reacción de Rusia para poder así aplicar e implementar estas enormes sanciones económicas. Había que frenar el desarrollo tecnológica armamentístico y su alianza con China, con compra y venta de tecnología. Por eso, una hipótesis es que hayan utilizado a Ucrania como carne de cañón", alegó Bernardo.

Y prosiguió: "Así frenaron al gasoducto que iba a ir de Moscú hasta Alemania. Hay muchas especulaciones al respecto. Entre 2014 y 2019 el hijo de Joe Biden era el CEO de la empresa de gas más importante de Ucrania, que alimentaba a Europa. Cuando el gasoducto iba a pasar por el territorio ucraniano, vaya casualidad, ocurrió el golpe de Estado. Ahora, que se relanzaba por mar y estaba bastante avanzado, estalla de nuevo este conflicto y los países europeos se ven obligados a cancelar los contratos. El precio del gas sube un 60% y la empresa de la que era CEO el hijo de Biden multiplicó sus ganancias. El dato: en 2014 el vicepresidente de EEUU era Biden. Hay un vínculo innegable".

Crónica de una guerra anunciada: la disputa Rusia versus EE.UU como telón de fondo

En tanto, el analista no ve posible una escalada mundial de la guerra. "Todo indicaría que en esta instancia no se amplificaría este conflicto a otros países, sobre todo porque da la sensación de que hay más amenazas que intenciones reales de ir a una guerra más grande. De involucrarse las naciones de la OTAN se entraría en riesgo de lo que siempre se temió, una guerra nuclear. Pero además hay un detalle: según muchos expertos en armamentos, los misiles rusos están más desarrollados que los de Estados Unidos o el Reino Unido", remarcó.

El impacto en las relaciones políticas y comerciales con Rusia

"Desde lo político, Argentina va a poner un freno a los acuerdos que se han firmado con Rusia. No darlos de baja, sino ponerlos en stand by, porque son temas muy polémicos. Las guerras se sabe cómo empiezan pero nunca cómo ni cuándo terminan. Esto puede durar 3 días o convertirse en algo constante, de resistencia que dure meses o años. Es muy difícil saberlo. Pero sí, mientras dure la situación, Argentina va a paralizar lo firmado y mantener la postura de sostener los caminos de la diplomacia y la paz, que es la postura histórica que tiene el país, incluso en casos como el de las Islas Malvinas", apuntó el analista. Y aclaró: "No se va a romper el vínculo argentino con Rusia ni mucho menos. Mientras más rápido se resuelva el conflicto, más rápido se retomarán los acuerdos.

Respecto del impacto económico del conflicto, Bernardo indicó: "hay que ver las sanciones de Estados Unidos y cuánta presión hay hacia Argentina para que se cumplan en lo comercial. Es muy difícil que le pida que no comercie con Rusia. Por ejemplo, en el corto plazo, tampoco podrán dejar de comprarle gas desde Europa. Esas necesidades superan la voluntad de sancionar a Rusia. Hay recursos que los europeos no tienen y los rusos sí. El mismo caso que Estados Unidos y Venezuela con el petróleo, a pesar de todo le siguen comprando".

Y agregó: "Sin dudas esto va a afectar el precio de los commodities. Ya se dispararon los precios, el petróleo ya subió y hay que ver qué pasa con el trigo y la soja. En ese mercado competimos con Ucrania y con Rusia. Habrá más demanda y los precios van a aumentar. Hay que ver cómo se resuelve en Argentina. Vender más trigo y soja implicaría más recursos para el Estado".