El reciente despido de cinco funcionarios en Hurlingham por parte del intendente Juanchi Zabaleta y la consiguiente renuncia de otros en solidaridad con sus compañeros fue el primer paso de una batalla que, con el correr de los días, irá ganando intensidad. 

Tras su paso por el Ministerio de Desarrollo Social, el jefe comunal se decidió por jugar fuerte y eyectar del gobierno local a todos aquellos con vínculo directo con La Cámpora. La decisión golpeó con todo hacia adentro y llevó a que la agrupación liderada por el diputado nacional y presidente del PJ provincial, Máximo Kirchner, tome la decisión de responder. 

Lo que está en juego es mucho más que una guerra de egos. Sucede que ni bien dejó el municipio, el entonces titular del HCD, Damián Selci, tomó el poder local. Pero a diferencia de otros interinos que cumplen el rol a rajatabla, el representante de La Orga se puso la camiseta de la militancia y tomó el control del distrito. 

El movimiento cayó pésimo. Y Zabaleta aseguró que ni bien volviese tomaría sus represalias. El tiempo llegó. Y el intendente cumplió su promesa. Eso sí, con su acción provocó la reacción de La Cámpora que tiene decidido salir a buscar mucho más que lo alcanzado en las elecciones de 2019 y 2021. La titularidad de Máximo al frente del partido y las alianzas conseguidas llevaron a que la dirigencia territorial busque ahora dar la pelea más a fondo. 

En concreto, los representantes territoriales de La Cámpora quieren dar el salto interno. Y para hacerlo buscan generar la presión necesaria para poner contra las cuerdas a aquellos jefes comunales que no se acomoden a la línea que se direccione desde arriba. 

Claro, el problema va más allá. Y es que en algunos distritos desde La Cámpora directamente quieren salir a pelearle la intendencia a los jefes comunales como una presión para poder terminar de cerrar un acuerdo previo al cierre de listas en el que puedan estar incluidos. El atajo interno va del PAMI y el ANSES al segundo y al cuarto lugar en la lista de concejales.

Es por eso que en varios de los distritos del Conurbano, la agrupación comenzará en breve a intentar negociar puertas adentro los lugares a ocupar. El problema mayor con el que cuenta es que cada vez son más los actores internos con los que cuenta el Frente de Todos para poder darles respuestas a todos. Ni hablar en caso de que, más allá de que hoy desvíe el tema, el ministro de Economía, Sergio Massa, salga a dar la pelea. O más complejo aún: en caso de que no la dé.

Además de La Cámpora, el Frente Renovador y los propios dirigentes con los que cuentan los jefes comunales se encuentra el Movimiento Evita, los gremios y muchas corrientes internas que cuentan con diferente tipo de fuerza en los diversos distritos.

En ese marco, La Cámpora tiene decidido pegar el salto de las direcciones municipales al HCD para empezar a tener su propia incidencia en el gobierno algo que perjudica de raíz a aquellos intendentes que buscan jugar solos ya que, de esa manera, pierden la mayoría absoluta.

Se trata sin duda de un movimiento que traerá muchas reacciones. La primera ya se dio en Hurligham. Está claro que no será la única. Habrá que ver qué tan tirante quedan las relaciones internas una vez que se vaya acercando la fecha de cierre de listas.