La política argentina permanentemente busca debatir sobre lo que hay que hacer con la educación. Sin embargo, en muchas oportunidades, el debate queda sujeto únicamente a cuestiones de presupuesto y si se debe cortar o no el porcentaje de inversión. Tiempo atrás se le escuchó decir a la exgobernadora bonaerense y actual diputada porteña, María Eugenia Vidal, que “nadie que nace en la pobreza en la Argentina llega a la universidad”. Sin embargo, un informe sostiene que la percepción de los barrios populares sobre la educación es completamente diferente a la construcción que se da en los medios de comunicación.

Según el Observatorio Argentinos por la Educación, las familias de los barrios populares tienen una percepción positiva de la escuela y nueve de cada diez consideran que las posibilidades de que sus hijos e hijas consigan empleo aumentan si terminan la secundaria.

El dato surge de un estudio que hizo este observatorio en familias que viven en barrios populares de ReNaBaP (Registro Nacional de Barrios Populares). El título del informe se llama “¿Qué esperan de la educación las familias de los barrios populares?” y el resultado arroja que el 89% consideran que las posibilidades de sus hijos/as de conseguir empleo crecen si terminan el colegio secundario. Adicionalmente, las familias destacaron la importancia de que sus hijos e hijas reciban formación profesional, laboral y de oficios durante la secundaria.

Dato mata relato: 9 de cada 10 familias tienen una percepción positiva de la escuela

Los datos también fueron complementados por la Secretaría de Integración Socio Urbana del ministerio de Desarrollo de la Nación. El informe se basa en una encuesta de alcance nacional a una muestra exploratoria de 540 familias de barrios populares con hijos e hijas en la escuela primaria y secundaria. “La enseñanza de oficios, idiomas y actividades vinculadas con el mundo del trabajo aparece entre las principales demandas de las familias encuestadas. Educación Sexual Integral, arte y deporte también son mencionados en los reportes ante la pregunta sobre qué les gustaría que la escuela les enseñara a sus hijos/as”, dice el informe al que accedió este medio.

Por otra parte, el 35% de las familias señala que la infraestructura de la escuela a la que asiste su hijo/a se encuentra en condiciones regulares y el 50% afirma que está en buenas condiciones; ​el 13% restante percibe malas condiciones. Las cuestiones relativas a mejoras de infraestructura más mencionadas son la calefacción (40%) y los baños (39%). Otros reclamos frecuentes son la necesidad de más aulas, espacios de recreación, mayor mantenimiento y seguridad. En relación con la conectividad, casi 7 de cada 10 familias (68%) informan que las escuelas de sus hijos/as tienen conexión a internet, dice el informe.

Dato mata relato: 9 de cada 10 familias tienen una percepción positiva de la escuela

Por otra parte, el informe explora aspectos relativos a los servicios alimenticios en contexto escolar. Según los reportes, la mayoría de los estudiantes solo recibe una comida liviana en la escuela (desayuno o merienda). En primaria, solo el 10,4% de los estudiantes que van cuatro horas o menos reciben almuerzo, mientras que ese porcentaje aumenta a 62,1% en el caso de los que van más de 4 horas. En el nivel secundario, los reportes señalan que reciben almuerzo el 25,2% de las y los que asisten 4 o menos horas y el 25,9% que asisten más de 4 horas.

Dato mata relato: 9 de cada 10 familias tienen una percepción positiva de la escuela

Volviendo a la valoración de la escuela, el informe cuenta que los etnógrafos encontraron una idea muy instalada y potente que asocia a la escuela con una buena salida laboral y una identidad cívica reconocida socialmente. Las respuestas inmediatas, se podrían resumir en dos expresiones: “Para ser alguien en la vida” y “Para tener un futuro”. 

Sin embargo, también aparecen señales de que esta construcción de sentido puede estar deteriorada con frases como “La educación no es la misma que teníamos”. De esta forma, el estudio etnográfico señala que si el sentido de ir a la escuela se mantiene vivo es porque cuenta con una representación anclada en un ideal y no necesariamente en las experiencias vividas que muchas veces son frustrantes y parecen atentar contra esta percepción

Otro de los datos destacados del informe indica que la elección de escuela por parte de los grupos familiares se basa, principalmente, en la cercanía: el 55% de las ​personas encuestadas menciona esa razón, mientras que el 15% menciona que eligió la escuela por “buenas referencias”. Además, 7 de cada 10 familias (70%) declaran que su hijo/a tarda habitualmente menos de media hora en llegar a la escuela.

Dato mata relato: 9 de cada 10 familias tienen una percepción positiva de la escuela
Dato mata relato: 9 de cada 10 familias tienen una percepción positiva de la escuela

De este informe, el Observatorio de Argentinos por la Educación saca cuatro conclusiones:

1. El estudio cuantitativo y el etnográfico coinciden en señalar que la elección de escuela se basa principalmente en la cercanía. De esta forma, se observa que el 70% de las encuestadas declara que su hijo/a tarda habitualmente menos de media hora en llegar a la escuela, es decir que la presencia de instituciones cercanas a los espacios de vida tienen un peso relevante en la elección de las instituciones asegurando el acceso y asistencia escolar. 

2. El 35% de las encuestadas señala que la infraestructura de la escuela donde asiste su hijo/a se encuentra en condiciones regulares y el 50% que está en buenas condiciones. Las cuestiones para mejorar más señaladas son la calefacción y los baños. En cuanto a las demandas espontáneas, entre los reclamos más frecuentes se encuentran la necesidad de más aulas, espacios de recreación, mayor mantenimiento, seguridad, y calefacción. En cuanto al acceso a internet, se observa una gran diferencia entre escuelas primarias y secundarias, ya que sólo el 45% de las encuestadas con hijos/as en primaria declara que la escuela de su hijo/a tiene acceso mientras que en secundaria el porcentaje aumenta a 75%, 

3. Parecería ser que en la mayoría de los casos, solo una comida liviana (desayuno/merienda) es la que se otorga y no un plato fuerte alimentario como el almuerzo. En primaria, solo el 10,4% de los que van 4 horas o menos reciben almuerzo mientras que ese porcentaje aumenta a 62,1% en el caso de los que van más de 4 horas. En el caso de secundaria, reciben almuerzo el 25,2% de los que asisten 4 o menos horas y el 25,9% de los que asisten más de 4 horas. 

4. Entre las cosas que a las familias encuestadas les gustaría que la escuela les enseñe a sus hijos/as, las predominantes son: oficios, idiomas y actividades vinculadas al mundo del trabajo. El 89% de las encuestadas manifiesta que las posibilidades de sus hijos e hijas de conseguir empleo crecen si terminan el colegio secundario y continúan estudiando y formándose. El 87% de las encuestadas afirma querer que sus hijos e hijas realicen prácticas en oficios para su posterior salida al mundo del trabajo. De acuerdo a lo respondido, las familias dejan a un lado los debates respecto a los contenidos específicos de las materias dictadas y avanzan hacia una reflexión en términos más amplios de la currícula: el interés está en que se revea de manera estructural qué es lo que se enseña en vistas al futuro de sus hijos e hijas para su inserción en el mundo del trabajo.